Capitulo 18: Un jefe idiota y ¡No eres bienvenido!

421 66 9
                                    

—Creí que no vendrías —le dijo Tong a Gunnapat como saludo, haciendo una seña para que se sentara.

—Tengo hambre y tu amablemente vas a invitarme algo —contestó con toda la frescura del mundo dejándose caer en la silla—. ¿Qué hago aquí exactamente? —le preguntó después de decirle a la camarera lo que quería.

—Sabes lo que quiero —bufó antes de empujar una carpeta dejándola frente Gun. No hacía falta preguntar para saber qué era lo que había en su interior—. Te espere el otro día —levantó una ceja.

—Ya te dije que no regresare —aseguró Gun mirando la carpeta y luego a él—. Y estaba acompañado, no podía ir aunque quisiera —trabajo o no, solo le faltaba arruinar más las cosas con Mark.

—Vaya, que te hicieras detective privado tiene sus frutos —se burló—. ¿Ahora sales con alguien?

—Estaba con mi hermano —desvió la vista y Tong frunció el ceño.

—No me habías dicho que tenías un hermano —bufó—. Cinco años trabajando juntos y ni siquiera sabía que tenías hermanos, vaya confianza —le miró un poco enojado.

—Nunca preguntaste —esquivó Gun encogiéndose de hombros—. Supongo que ahora iras a investigar a la universidad del chico coreano —cambio de tema, y aunque Tong obviamente notó lo que hacía, no dijo nada.

—Así es, ya se han encargado de avisar a su familia —bajo la vista—. Es una lástima que aún así no puedan llevarse su cuerpo —porque aun querían encontrar más muestras—. Ya me estoy cansando de este caso, 15 años, Gun. Viene, mata a esos chicos y luego desaparece un tiempo y comienza de nuevo.

—Si no nos pusieran tantas trabas lo hubiésemos conseguido hace dos años —contestó Gunnapat, y era cuando había dejado de trabajar.

Tong sonrió.

—Tienes razón, me entregaron este caso hace tanto y solo logré encontrar algunas cosas y justo me dan a un novato, bocaza, egocéntrico y dolor de culo como compañero.

—Gracias… —el mencionado bufo.

—Es cuando empezamos a avanzar —ignoró el comentario—. Eres muy bueno en esto y lo sabes, deja de trabajar buscando incendiarios de autos y regresa a donde es necesario —obviamente ya sabía del otro trabajo de Gun.

—No voy a dejar un caso a la mitad —se encogió de hombros.

—Dejaste este —le replicó Tong.

—Pero el jefe era un idiota y aquí yo soy mi propio jefe —contraatacó.

—También eres idiota —Gun giró los ojos ante aquello—. Es la primera vez que comete un error, por lo menos echa un vistazo a esto y dime qué opinas —le señaló la carpeta antes de levantarse dejando dinero sobre la mesa—. Y el viejo ya se retiró, te lo dije la otra vez.

Gunnapat bufó terminando su comida cuando escuchó la voz de cierto gato rubio pidiendo un vaso de agua, tenía las mejillas un poco rojas y se notaba visiblemente agitado, se aproximó cuando escuchó a la mesera preguntarle si estaba bien.

—Venga, siéntate conmigo —dio un respingo al ver a Gun y se tensó cuando lo hizo sentarse donde antes había estado Tong.

—Lo conozco —largo a la muchacha que aun miraba al rubio preocupada, pero luego se fue un poco sonrojada—. Anda, tomate el agua y dime que te a pasado como para que vengas así.

—No a pasado nada —negó después de dejar el vaso vacío, Gun escucho el celular del rubio sonar, pero él no hizo nada por contestarlo.

—¿Una novia molesta? —preguntó con una ceja alzada pero el rubio se negó a contestar—. ¿Quieres que te lleve al departamento? —Mild giro nuevamente su cabeza hacia Gun y este realmente se sorprendió de que no se hubiera roto el cuello.

InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora