Capítulo 49: Prem Warut

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Plan abrió los ojos en cuanto sintió la cama moverse y su mano lo detuvo inconscientemente.

—Es extraño que te despiertes en cuanto sientes que voy a levantarme, pero cuando suena tu celular ni siquiera te enteras —dijo Mean con cierto tono burlón al mismo tiempo que ponía su mano sobre la del rubio y la apartaba.

—¿A dónde vas? —le preguntó con voz somnolienta—. Es diferente, el celular solo provoca sonido, tú mueves la cama cuando te levantas —le explicó tallándose los ojos tratando de despejarse un poco—. ¿Por qué te estas vistiendo? —preguntó al ver que se estaba poniendo nuevamente sus jeans.

—No iré a engañarte, cariño —dijo claramente burlándose y sentándose en la cama mientras se ponía y abrochaba los converse.

—Sigues sin contestarme… —reprochó Plan sin dejarse distraer—. Sabes que es peligroso si salimos solos en estos momentos —susurró bajando la vista cuando los ojos amarillos de Mean se fijaron en él.

—No voy a negar que me gusta que te preocupes por mí, pero, en estos momentos quien está en peligro eres tú y no yo.

—¿Puedo ir contigo? —le pidió aún sin mirarlo y le escuchó suspirar pesadamente. Plan se arrepintió de haber preguntado, ya pasaban todo el día juntos, era normal que Mean quisiera un poco de tiempo para el solo, ¿no?

—Esta bien —dijo antes de arrojarle su camisa.

—¿Eh? —Mean suspiró girando los ojos.

—Tenemos que irnos sin que Mark se de cuenta, tiene el sueño muy ligero y si descubre que saldremos tratara de impedirlo, o terminara hablándole al imbécil de su hermano, y no estoy de humor para verlo —le explicó antes de levantarse dirigiéndose al armario y sacando una playera—. Si no te vistes ya, te dejare… —le advirtió y a Plan no me quedo más que apurarse.

—Ni siquiera debo molestarme en buscar las llaves de la moto, ¿cierto? —preguntó el rubio una vez que salieron del edificio y el azabache solamente negó con la cabeza.

Plan ya se estaba acostumbrando a que el azabache las encontrara en todos los lugares donde había intentado esconderlas, y realmente la manejaba bien así que no tenía que preocuparse porque llegara a chocarla. Subió tras Mean en esa ocasión y el azabache rápidamente tomó sus manos rodeándose el mismo la cintura con ellas. Plan sonrió sin poder evitarlo. No tardaron en atravesar el centro, recorriendo las calles casi vacías hasta que llegaron a las afueras de la ciudad y finalmente se detuvo enfrente de las puertas de un cementerio. Mean no dijo nada al bajar de la moto y Plan no sabía que decir, pero le miraba esperando alguna clase de explicación que por supuesto no recibo. Mean lo ayudó a brincar la barda y sostuvo su mano con más fuerza de la necesaria pero el rubio no se quejó, no le importaba mostrarle su apoyo en ese momento y sabía que si llegaba a decirle algo seguramente se soltaría y lo mandaría a la mierda o algo como eso.

—Prem Warut “Un ángel que ha regresado al cielo” —leyó Plan en voz baja cuando se detuvo enfrente de una tumba que estaba en muy buenas condiciones, miró al azabache un tanto confundido.

—Es algo tétrica la frase, ¿cierto? —dijo Mean con una sonrisa burlona en el rostro—, tomando en cuenta que también fue uno de los “Querubines”.

Plan se quedó congelado al escucharle decir aquello y le miraba con los ojos muy abiertos.

—Mean…

—Fue el último en morir antes de que ese imbécil desapareciera otra vez, su última víctima… claro, hasta ese entonces —dijo agachándose y tomando una de las rosas blancas que estaban sobre tu tumba.

—¿Qué estamos haciendo aquí? No entiendo porque me muestras esto —susurró el rubio.

—Porque este chico era el hermano menor de nuestra madre y era el prometido de Boun. Ha sido la victima de mayor edad entre los “Querubines” —el rubio casi se cae al piso de culo al escuchar la voz profunda de Mew atrás de ellos y fue Pak quien lo detuvo de caer con una sonrisa tranquila en los labios.

—Lo siento, no era nuestra intención asustarte —dijo, pero Plan se apartó por reflejo y fue al lado del azabache quien no tardó en pasar un brazo por su cintura. El rubio se sonrojo al ver la sonrisa ladina de Captain.

—O tal vez si... —dijo Captain apartándose la cabellera azul de sus ojos y mirándolo divertido.

—No deberías de andar a estas horas afuera de casa, Mean —le dijo Mew al azabache en un tono tranquilo pero que obviamente era un regaño.

—Ya salía a esta hora cuando era un crio, no voy a detenerme ahora —le respondió Mean encogiéndose de hombros pero desviando la vista.

—Tranquilidad, hermanos —intervino Pak levantando las manos—. Tal parece que todos estamos nostálgicos… —dijo señalando hacia la tumba antes de agacharse para colocar una rosa amarilla que extrañamente rompía la armonía de las demás flores que ya estaban ahí.

—Un cumpleaños es un cumpleaños… no importa si el festejado está muerto —dijo Captain antes de sacar una botellita de licor de la chaqueta que llevaba puesta—. Es tu favorito —dijo dirigiéndose al chico difunto—. Por ti, por mí y por ellos. Que estés bien hermano mío. Hermano nuestro —brindó antes de darle un trago y pasándole la botella a Pak.

—Por ti, por mí y por ellos —le dijo con aquella voz serena pero miraba el cielo en lugar de la tumba a diferencia de su hermano—. Por la vida que dejaste y por los sueños que no pudieron cumplirse…  —dijo antes de tomar solo un sorbo y pasándole la botella a Mean, quien le sonrió a Plan haciéndole sentir dolor. El rubio sabía que su sonrisa era sincera pero era triste, y eso le hacía sentir mal.

—Por ti y por él —dijo haciendo énfasis en él—, por la vida que no tuviste… —murmuró al final mirando la botella y finalmente dándole un trago antes de pasársela a Mew.

—Por ti, por él, por ellos y por nosotros —dijo serio—, porque somos inocentes.

InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora