06; Cachorro

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¿Por qué trabajas aquí?

No lo sé. He intentado salir, pero... esa puerta es mágica. Si yo intento girar el picaporte, no abre.

¿Huh? Pero... conmigo funciona de maravilla.

Quien sea que me puso en este lugar, no quiere que salga. ¡Sin embargo, no me molesta! Me encanta este lugar.

Hyunjin mantenía sus ojos abiertos, a pesar de estar en su habitación en penumbra total. Había despertado a las dos de la mañana, y desde entonces no podía dormir.

¿La razón? Recordar la conversación con Seungmin.

Había pequeñas momentos donde el pelinegro de bonita sonrisa realmente deseaba salir de ese lugar y conocer el mundo detrás de la pantalla de su televisor. Se preguntaba como sería la luz del sol tocar su piel. ¿Acaso tendrá familia allá afuera? ¿Por qué no le buscaban, en ese caso?

¿Por qué sigues apareciendo con objetos nuevos, a pesar que no he podido encontrar ninguno?

Esperanza, y fe.

¿A qué se refería con ello?

Realmente le era difícil descifrar muchas acciones y palabras de Seungmin. Él, respecto a ese tema, se sentía como un total inútil sin valor. ¿Cómo era posible el no poder encontrar siquiera uno de los objetos?

Cada vez que pensaba en eso, la impotencia le causaba deseo de golpear una pared hasta romperla en mil pedazos. Hyunjin podía notar la desilusión en los ojos de Seungmin, era más que obvio.

Y... ¿Tienes pareja?

¿Eh?

Mencionaste al amor de tu vida el día de la flor. Has de amarle mucho, ¿verdad?

Yo...

Lo vi en tus ojos. Ese brillo, estoy seguro que era amor verdader- ¿Te vas ya?

Si. Me largo.

Hyunjin cerró sus ojos con fuerza. Realmente... lo había arruinado. Los orbes del menor habían perdido todo rastro de vida cuando pregunto aquello.

–Ah... Seungminnie. ¿Estas sufriendo tanto como yo? – El pelinegro pregunto, como si tuviese al menor frente suyo. No entendía lo que había pasado respecto a Seungmin y su "amor de su vida". Pero, estaba seguro que tocar el tema era lo peor que podría hacer de ahora en adelante.

En especial porque, realmente no entendía la razón de sentir su pecho doler con solo saber que el corazón del castaño latía fervientemente por alguien.

El sonido del despertador le saco de ese estado, notando hasta ese momento que ya era hora volver a la rutina.

Se aseó, comió, se cambió. Todo era lo mismo día tras día, con la diferencia que nunca antes se había sentido tan desmotivado en hacer todo ello. Lo único que el motivaba era el poder ver los ojos de Seungmin, su sonrisa, su rostro angelical. Quizás hay se atreva a darle un cálido abrazo, o tomar su mano.

La campana de la puerta en la recepción hizo presencia, obligando a Hyunjin a sacudir con levedad su cabeza y así poder volver a la realidad.

–¡Bienvenido a Lost & Found, el lugar donde encontramos lo que alguna vez se perdió!

–¡Oh! No recordaba ese saludo. – Hablo el castaño, luciendo una enorme sonrisa mientras alzaba la diestra en saludo al trabajador.

Hyunjin, como siempre, no pudo resistirse ante esa curvatura tan perfecta, terminando por sonreír con la misma amplitud. Busco el cuaderno y anoto los datos, una vez más el castaño aparecía exactamente a la diez de la mañana.

Sin necesidad de articular palabra alguna, en mayor alzo su mano y Seungmin entrego la fotografía. Hyunjin abrió sus ojos en sorpresa, definitivamente este "objeto" era sumamente diferente, en todo sentido. La fotografía mostraba un cachorro pequeño, sumamente pequeño. Era olor blanco, ojos azules rozando el gris, orejas grandes y puntiagudas, y un collar rojo.

–Este sí que es inusual. ¡Te sorprenderá saber que hay un nivel para animales!

La bonita sonrisa no tarda en tomar control del rostro del mayor, Seungmin posó su diestra sobre la cabeza del pelinegro y así revolver sus cabello. En muchas ocasiones parecía que el castaño era el mayor.

Caminaron hasta el ascensor, Hyunjin utilizando la llave que les llevaría a ese nivel. Realmente deseaba preguntar respecto a la conversación de ayer, pero todo iba bien y el castaño se veía de un humor tan bueno, que arruinar el momento será desastroso. Al llegar, los ojos de Seungmin se abrieron aún más; ese nivel parecía sacado de un relato bíblico.

Los animales paseaban en libertad, parecía que ese lugar tenía todos los ecosistemas reunidos en un solo espacio. Se podían observar animales salvajes, domésticos, herbívoros, carnívoros... de toda clase imaginable de fauna, viviendo en armonía.

–Ninguno va atacarte, tranquilo.

El castaño mordió su labio inferior antes de entrar al lugar, confirmando las palabras del mayor. Seungmin no tardo en sonreír, con tal amplitud que sus ojos se volvieron media lunas. No se requería mucho para saber que ese lugar era del agrado total del menor.

Semejante a un zoológico, Seungmin se veía obligado a detenerse cada momento y poder observar a los animales, acompañado de Hyunjin y su explicación de cada uno. Era una grata sorpresa el saber que el pelinegro tenía un nombre asignado a cada uno, y los recordaba con suma facilidad. Después de todo, su trabajo era memorizar los objetos y así encontrarlos con facilidad.

Poco tiempo después, caminaron hacia el lugar donde todos los caninos jugaban y corrían en total felicidad.

–Estoy harto de no poder encontrar lo que buscas. – No era extraño que ese lindo cachorro no apareciera en ningún lugar. Ese detalle se estaba volviendo sumamente agobiante para el pelinegro, odiaba cada parte de no ser capaz de encontrar las cosas, desde el hecho de incumplir en su trabajo hasta la sonrisa llena de comprensión del menor.

Una vez en la recepción, Hyunjin tomó la muñeca del castaño, impidiéndole irse tan pronto. Seungmin arqueo una ceja, sin saber exactamente qué decir. El de cabello negro le abrazo, con fuerza.

Los ojos del castaño se abrieron can gran amplitud, sintiendo un extraño dolor en su pecho ante el acto. A pesar de ser tan cálido, dolía.

–Lo siento. – Hablo con una voz rasposa el mayor una vez se separó del cuerpo ajeno. Seungmin sacudió con levedad su cabeza para volver a la realidad.

–Ya te dije, no te preocupes por los objetos.

–¡De verdad lo siento!

–Jinjin, vamos... realmente, no es problema. ¿Sí? – Y ahí estaba de nuevo esa sonrisa leve pero cautivante, esos ojos llenos de brillo y vida, y la diestra del castaño acariciando con levedad la mejillas de Hyunjin.

El tacto tranquilizo un poco al mayor, y Seungmin lo noto de inmediato. Cuando el trabajador cerró los ojos, el menor se atrevió a rozar con delicadeza el labio inferior impropio, la profunda mirada de Seungmin observando a detalle ese par de hermosos belfos. Hyunjin sintió su corazón latir a mil por hora, sin embargo lo único que invadía su cuerpo era paz.

"¿Qué diablos está pensando, Seungmin? Vete ya." La voz de la razón le llego de golpe, alejándose lo más rápido posible del cuerpo del mayor.

–Nos vemos, Hyunjin.

El pelinegro siquiera reaccionó, hasta que escucho el portazo inundar la recepción. Al abrir los ojos, estaba completamente solo.

Pero su corazón se sentía lleno de calidez. Y su cabeza llena de confusión.











Lost and Found  [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora