07; Cámara

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Hyunjin pasaba sus delgados dedos por su labio inferior con lentitud, causando que una sonrisa se fuera ampliando con levedad.

Su cabeza no dejaba de recordarle lo ocurrido el día anterior, cómo el cálido trato del castaño le había hecho estremecer, como su corazón quería rogar por más.

Como tenia esas ganas de besarle.

El pelinegro dio un gran salo en su lugar, la campana característica de la recepción le saco de sus pensamientos.

–¡Bienvenido a Lost & Found! – el pelinegro sonrió. Quería dejar de lado esos incoherentes pensamientos, ¿Por qué Seungmin querría besarle? Era obvio que su corazón latía por alguien más... alguien del exterior.

Por parte de Seungmin, que recién iba entrando, le parecía una sonrisa de lo más hermosa. Podría pasar horas enteras viéndola. Sacudió con levedad su cabeza antes de corresponderle, con una mucho más leve pero llena de felicidad por poder verle un día más.

–Seungminnie, ¿Qué traes ésta vez?

Sin siquiera notarlo, el pelinegro ya había anotado sus datos, como siempre hacia. No le sorprendería, incluso, que ya tuviste las hojas de otros días con los datos puestos y listos para colocar una nueva fotografía. Seungmin le entrego la foto al trabajador, este arqueó una de sus cejas mientras la observaba.

Constaba de una cámara fotográfica profesional, con botones por doquier que hacían la cabeza de Hyunjin doler con solo imaginar todas las funciones que pudiese tener. Era color negro, con un lente intercambiable estándar y unos detalles rojos que, aunque Hyunjin no fuese experto, se veía personalizados al gusto de Seungmin.

–Wah, se ve costosa. – Sintió una presión mucho mayor a comparación de otras ocasiones, era la primera vez que el menor llegaba con algo tan costoso como ello, ¿y si no lo lograba encontrarlo?

–Uhm... Si la comparamos con otras, no lo es tanto. – El menor paso la mano por su nuca, en afán por restar completa importancia al respecto.

Hyunjin busco la llave y caminaron al ascensor, encontrándose con un silencio relativamente incómodo. El día anterior había terminado de una manera inusual, y podía respirarse en el ambiente como permanecía cierta tensión sin responder. Por más que Hyunjin deseara ignorar esa agradable sensación, no lograba hacerlo.

–¿De quién es la cámara? – fue lo único que la cabeza del mayor logro pensar con rapidez, y así destruir el silencio agobiante.

Seungmin alzo una ceja, siendo sacada de sus propios pensamientos.

–Es mío.

Hyunjin sonrió, mas por sorpresa que otra cosa. Sus ojos se abrieron, con un claro brillo esperanzado en ellos. Ambas manos se aferraron al cuello de la camisa de Seungmin, sacándole con diversión y causando risas exageradas en el menor.

–¡No me habías dicho que eras fotógrafo, Seungmiiiin! – Hyunjin alargo sus palabras, sin dejar de sacudirle. Acciones dignas de un pequeño niño haciendo un berrinche.

Seungmin se vio obligado a cubrir su boca en el dorso de la mano, debido a la serie de carcajadas que amenazaban con salir desde su garganta, hasta que el sonido de las puertas abriéndose les saco a ambos de la concentración en esa escena que Hyunjin decidió armar.

Salieron, encontrándose en un nivel sin mayor atracción en su decoración. Lo único destacable eran las repisas llenas de todo tipo de cámaras. Desde las reliquias y líneas de primeras cámaras en el mundo hasta las versiones de cámaras profesionales de última generación que hacían doler justo en la billetera a Seungmin.

El castaño tomo una de ellas, muy similar a la que buscaba el menor, a diferencia de carecer de esos detalles rojos personalizados. La extendió hacia el contrario sonriendo.

–Tómame fotos, quiero ver tus habilidades.

Seungmin, sin problema alguno encendió la cámara y dedico unos pocos minutos a colocar la configuración adecuada.

–Sonríe. – hablo Seungmin una vez fue acercando la cámara hacia uno de sus ojos, cerrando el otro para poder ver a través del lente y enfocar el rostro de mayor, que ya se encontraba luciendo una enorme y hermosa sonrisa, sus ojos volviendo medias lunas por la amplitud en el gesto.

Le fue inevitable al menor soltar una pequeña risa antes de tomar la fotografía.

Hyunjin dio un salto emocionado, acercándose al/ ahora/ fotógrafo para poder observar. En la pequeña pantalla rectangular de la cámara se podía apreciar el retrato de Hyunjin, la calidad siendo impecable, al punto que podía notarse a la perfección el lunar que tenía debajo del ojo.

Sin necesidad que ambos dijeran mucho, un infantil juego con la cámara inicio. Donde Hyunjin posaba de las maneras más graciosas que estuviesen en su imaginación, y Seungmin se moví de un lado a otro en un intento por captar los mejores ángulos a dichas poses.

Ambos reían, disfrutaban el momento.

Seungmin se detuvo para explicarle cómo funcionaba el aparato a Hyunjin, al menos los datos básicos para tomar fotografías aceptables y con iluminación ideal.

Y los papeles se invirtieron. Hyunjin jamas pensó ver un lado tan infantil y juguetón por parte de Seungmin, que solía estar en un estado relativamente serio la mayoría de tiempo. Seungmin posaba, hacía gestos, soltaba carcajadas cada dos segundos.

El sonido de su risa era adictivo en verdad, hacía sentir a Hyunjin miles de mariposas habitar en su estómago, dispuestas a salir en forma de halagos y caricias. Sin embargo, el pelinegro se contuvo y limito solamente a tomar las respectivas fotografías a Seungmin.

Luego de, quien sabe cuánto tiempo, ambos regresaron a la realidad; debían buscar l objeto perdido de Seungmin. Aunque, para ese punto, Hyunjin ya no sentía mucha motivación respecto a ese detalle.

Porque, el resultado no le causó sorpresa alguna. Una vez más, el objeto no apareció.

Hyunjin pasó una mano por sus negros cabellos, suspirando e incluso gruñendo. Quería estallar en llanto, frustrado, decepcionado consigo mismo, furioso.

Los brazos de Seungmin le rodearon de inmediato, porque Hyunjin sabía lo mucho que sufría al no poder encontrar lo que buscaba.

–No te preocupes, Hyunjin. Tenemos fotografías para recordar este momento. – Seungmin alzo sus comisuras, sonriendo con gran amplitud, haciendo a Hyunjin olvidar todo por un momento. – Fue realmente divertido, me alegraste muchísimo el día.

–¡Y tú el mio, Seungmin! No tienes idea.

Así fue como, acompañado de sonrisas tiernas y sinceras, el menor dejo el establecimiento, con una promesa que revelaría las fotografías y así ambos podrían tener ese recuerdo en sus manos.











Lost and Found  [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora