Vestido de Blanco
El traje era completamente blanco, impecable y brillante en su totalidad.
Lucía precioso en ese color, perfecto de pies a cabeza, sin un solo detalle.
Estaba hecho a la medida.
A la medida del ángel que parecía en aquel elegante vestuario. Con los accesorios perfectos, los cabellos castaños algo ondulados y un maquillaje de ensueño.
Incluso cuando su madre tomó la pequeña rosa roja y la acomodó sobre la solapa de la chaqueta no hizo más que resaltar su belleza.
- Todo tu traje grita que vas a casarte, pero tu expresión no me dice lo mismo Minhyuk, ¿está bien que el novio esté así de triste? – observó la mujer reparando en lo desganado que se veía su hijo a pocos minutos de ser llevado al lugar donde se celebraría su boda.
- Si respondo con honestidad probablemente vas a enloquecer, mamá – respondió el chico tras dar un suspiro profundo y regresar su mirada hacia el espejo frente a él chequeando su apariencia.
- Esto es por el chico de la cafetería ¿verdad? – preguntó directamente su madre viéndole con ojos de preocupación.
- ¿Có-cómo lo sabes, mamá? – Minhyuk quedó bastante sorprendido de que su madre lo supiera.
- Es difícil engañar a una madre, conocemos muy bien a nuestros bebés – aseguró ella mientras enderezaba el moño del traje de Minhyuk.
- Eso dicen – asintió Minhyuk llevando su atención hacia la ventana donde se distinguía perfectamente el Volkswagen blanco decorado con abundantes flores que lo estaba esperando.
- Aún puedes arrepentirte – insistió ella.
- No es tan fácil como escaparse por la ventana mamá, además mi padre me mataría – señaló Minhyuk en tono realista.
- Y a mí no me iría bien por ayudarte – continúo la mujer- Pero tu felicidad...
- Es hora y ya no podemos gastar el tiempo en soñar, mamá – la interrumpió Minhyuk reincorporándose con decisión.
- Hijo... - murmuró con los ojos cristalizados, aguantándose las lágrimas.
- Así es cómo se hacen las cosas en esta familia y así se queda, no te preocupes más y vamos – la apresuró.
Minhyuk salió del brazo de su madre hasta alcanzar la acera. El conductor del coche se adelantó a saludarlos con una leve inclinación para luego abrir una de las puertas de la parte de atrás.
El chico se quedó un poco confundido principalmente por dos cosas. El chofer iba demasiado cubierto con su gorra, un cuello alto y gafas oscuras. No era un día caluroso, pero tampoco tan frío para ir así, pensaba él. Sin embargo, pronto pasó de ese pensamiento cuando notó que su madre no subió al carro como Minhyuk ya lo había hecho.
- ¿No vienes conmigo? – le preguntó asomándose del carro.
- Me iré en el coche con tus tías – respondió ella señalando al vehículo negro a unos metros de distancia – Nos vemos luego, bebé – se despidió luego de dejarle un beso en la frente para caminar hacia donde había dicho.
Minhyuk volvió a acomodarse en la parte de atrás del vehículo mientras el chofer cerraba la puerta para luego tomar su lugar al volante.
- Si quieres hacer un desvío de camino no me molestaría – bromeó Minhyuk cruzando una pierna sobre la otra soltando una risita divertida.
Sin embargo, el conductor no reaccionó de ninguna manera. No dijo ninguna palabra, solo pareció asentir mientras encendía el coche e iniciaba la ruta.