"Antes de Nochebuena"
Inspirada en la película "Noches Blancas"
"Minhyuk, ¿vas a subirte?"
Hoseok me observaba con una sonrisa expectante desde el trineo donde se encontraba ya sentado, esperando que yo me decidiera a seguirlo en su deseo de descender la gran colina nevada sobre aquel trozo de madera.
"Oh, claro"
Mi respuesta sonó vaga e insegura. Caminé hacia él dando una mirada al panorama. Estaba demasiado nervioso y esperaba que él no lo notara.
Cuando me senté detrás de Hoseok mi corazón se aceleró aún más, estábamos demasiado cerca.
"Si no te sostienes de mí, vas a salir volando"
Fue la observación que hizo mientras dejaba escuchar sus encantadoras carcajadas. Sin responder nada me aferré de su abrigo tímidamente, pero él cogió mis manos y me hizo abrazarlo con más fuerza.
Finalmente, apoyé mi mentón en su hombro y me relajé un poco, pero eso perduró hasta que él nos dio un impulso con sus pies y comenzamos a descender colina abajo cogiendo cada vez más velocidad.
Terminó siendo más alto de lo que me había imaginado. No pude evitar gritar y presionar mis ojos con fuerza mientras me aferraba a Hoseok como si mi vida dependiera de ello.
Él gritaba, pero de júbilo, también se reía probablemente de mí.
"¡Solo abre los ojos, no pasa nada!"
Exclamó y tras escucharlo abrí los ojos y me incorporé mejor, dándome cuenta que me estaba perdiendo un paseo maravilloso con una increíble vista al ir bajando.
La fresca brisa golpeó mi rostro y sonreí automáticamente.
Ambos terminamos riendo y disfrutando del descenso.
De todas formas, se sentía tan irreal. Tener el perfume de Hoseok llenando mis fosas nasales por la cercanía, mis brazos rodeando su cintura en aquel abrazo cálido.
En la mañana coincidimos en el tren y seguimos juntos el camino a pie a mi pueblo natal luego de que el ferrocarril fallara y se quedara detenido en la mitad de la nada.
Hoseok apenas me conocía.
Sin embargo, yo lo conocía desde que debutó como cantante solista y su música me cautivó por completo.
¿Cúantas eran las posibilidades de que en el día de Nochebuena te encontraras con tu cantante favorito en el tren?
Y más aún, que estuvieras abrazándolo tan fuerte mientras disfrutaban de un agradable descenso en trineo por la colina nevada.
Un sueño.
Sabía que no debía ilusionarme, porque esa felicidad momentánea terminaría en cualquier instante.
Yo simplemente iba a casa de mis padres y él se había escapado de su mánager.
Inconscientemente por estar sumido en mis pensamientos y en la belleza del momento, alcé mis brazos de forma despreocupada solo consiguiendo desequilibrar el trineo y cayendo en el proceso justo antes de que llegáramos abajo.
Hoseok me perdió como pasajero y también el control del transporte, cayendo un par de metros más allá sobre la nieve.
Se levantó rápidamente mientras reía y caminaba como un pequeño pingüino hacia mí, quien había quedado vergonzosamente con medio cuerpo enterrado en la nieve.
Cuando llegó a mi lado estiró su mano gentilmente tratando de no reírse en mi cara, pero lo disimulaba tan mal que no pude evitar verle haciendo un puchero.
"Eres malo. No te rías". Protesté sin aceptar su ayuda aún para levantarme.
"No quiero reírme. ¿Estás bien?". Preguntó ya viéndose más serio.
"Estoy bien, no te preocupes". Asentí finalmente aceptando su mano.
Aunque finalmente me sostuve de él solo para jalarlo directo a la nieve.
"La venganza es dulce". Fue lo que pensé hasta que cayó sobre mí y nuestros labios quedaron a un escaso centímetro.
"¿Por qué no se está moviendo? ¿Está bien con esto?". Un montón de preguntas comenzaron a pasar por mi cabeza al tener a Hoseok tan cerca, mirándome directamente a los ojos como si yo fuese un tesoro valioso.
El corazón casi se me sale por la boca cuando tras estudiarme un poco se acercó un poco más. Nuestros labios se rozaron y solo eso ya fue tan dulce, pero su móvil sonó.
Para mi decepción se separó un poco incómodo y sin contestar el teléfono solo se quedó allí, haciendo que la atmósfera fuera más extraña.
"Contesta. No te preocupes". Señalé tratando de sonar normal y Hoseok se levantó alejándose unos pasos para responder.
Me senté en la nieve y suspiré triste ya que no me estaba viendo.
Finalmente se volteó y me vio con una expresión de decepción en el rostro.
"Era ... era mi mánager. Ya viene por mí"
Y esas palabras fueron el final del sueño.
Sabía que iba a ocurrir, pero aun así no pude evitar sentirme desilusionado.
FIN.