O4; Día uno.

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- Bien, Dahyun. Hoy te entrenaremos. -dijo la Japonesa más pequeña con tono serio. Eran las 5 de la mañana y a Kim no le pareció raro, pero sinceramente no esperaba que las Japonesas la entrenaran al día siguiente.

La Coreana asintió, casi como cuando era aprendiz de policía. Recordaba los tiempos en los que juraba atrapar a cada ladrón y asesino que se cruzacen en su camino, cuando ahora las tenía en frente sin nada que poder hacer.

- No te preocupes, empezaremos por cosas fáciles. ¿Qué tal vas con la flexibilidad? -Preguntó Momo. Dahyun se sentía casi experta en eso, era siempre la más flexible en todos lados y no dudó en abrirse de piernas para comprobarlo, las Japonesas solo miraban.

- No vamos mal, al parecer. -soltó Sana-. ¿Y en cuánto a salto? No eres muy alta, pero con esa flexibilidad tal vez llegas lejos. -Dahyun nuevamente probó su buena destreza saltando lo más alto que pudo, digamos que casi el doble de su altura.

Las Japonesas asintieron entre ella y hablaron en su idioma mientras la Coreana, ni un poco cansada, esperaba qué dirían.

- Bien, creemos que ya estás lista para tu misión de hoy. De todos modos, esperábamos que tardaras un poco más, pero empezaremos. -dijo Momo seria.

- Tendrás que adentrarte en esta casa. Los señores padres de Kim Seokjin están fueran del país y él estará trabajando toda la tarde. Entraremos y robaremos un par de cosas, puesto que la seguridad es fácil de hackear para nuestros contactos. -dijo Sana. Seokjin era un joven modelo de ropa y marcas, muy famoso por su belleza e increíble forma de ser.

- Hablaré con Suga. -murmuró Momo. Al momento, agarró su teléfono y llamó a aquel hacker tan famoso, rápidamente atendió y comenzaron a hablar, a pesar de que Dahyun estuviese ahí-. Hola, Suga. ¿Recuerdas a ese tal Seokjin? Bien, necesitamos tu ayuda.

Ellos continuaron hablando un buen rato, mientras que Sana acompañaba a Dahyun por la casa. Le hablaba de cosas extrañas y no sabía si era por su mal Coreano o tal vez era así de extraña.

- Realmente este lugar tiene unas sillas maravillosas, estarían mejor con sogas y alguien atado. -rió pícaramente y Dahyun tragó saliva. Inmediatamente sintió como la Japonesa la sentaba allí y se le sentaba encima, Kim solamente abrió los ojos asustada-. No te haré nada por ahora, linda.

Dahyun esperaba que estuviese jugando, realmente su corazón estaba a mil por hora. No sabía si era por el susto que se pegó o porque Sana estaba sentada sobre ella, con sus piernas abiertas y muy descubierta.

- ¡Sana! ¿Qué te dije de atar a los que contratamos? -dijo Momo llegando a la sala. La menor de las Japonesas hizo rápidamente un puchero y se levantó a mirar a la mayor.

- ¡Ya lo hiciste una vez! ¿Por qué yo no puedo? -dijo, enojada y cruzada de brazos, Sana. Realmente estaban hablando en Coreano a pesar de hablar en Japonés siempre.

- Yo... ¡Lo mío fue un error! Ya hablamos de esto, ¿Sí? Fue hace tiempo y ya está muerto. -dijo Momo, casi con mucha dificultad. Dahyun sabía que anteriormente tuvieron un ayudante, aquel chico mayor que ellas se llamaba Heechul. Nadie sabe la razón, pero lo mataron luego de un año y fue el único crimen por el que pidieron perdón.

- Ya, ya. Lo siento. -miró Minatozaki a Dahyun, que aún seguía sentada y confundida. Ayudó a que se levantase y abrazó a Momo suavemente-. Perdón. -la soltó y caminó hasta la habitación sola.

- A las 12 debemos irnos. -dijo Momo secamente. Miró a Dahyun confundida y suspiró-. Perdón por eso, es que tuvimos un compañero antes y cometí un error.

- ¿También lo ataban a sillas o eso es nuevo? -dijo Dahyun bromeando, aunque realmente quería saberlo.

- Lo hice una vez. -se rió Momo y luego su sonrisa comenzó a caer, su mirada triste lo decía todo, realmente se arrepentía de haberlo perdido. En cambio, Sana fue tan afectada como su novia, y se notaba en sus celos.

- Lo siento, fue una mala broma para un mal momento, yo -. Fue interrumpida Kim por Momo.

- Tranquila. Pero no te metas en nuestras peleas. -dijo secamente denuevo y subió detrás de Sana. Dahyun se sentía terrible, ¿Debería? Momo y Sana eran asesinas, pero ella hirió un recuerdo de Momo. ¿Realmente debería estar mal si ella no hizo tanto como las Japonesas? Dahyun se sentía totalmente culpable apesar de todo, era realmente pura en ese sentido.

Ya había pasado un tiempo, eran las 12 menos cuarto y estaban preparando sus bolsos para irse a robar a Seokjin. Momo y Sana se habían arreglado ya y estaban felices ordenando, como si no fueran asesinas buscadas por todo Asia, se sentían muy seguras.

- ¿Realmente vamos a entrar tan fácil? -preguntó Dahyun, haciéndose la inocente. Sabía perfectamente lo fácil que era para un hacker desactivar unas cuantas alarmas.

- Sí, Yoongi ya apagó los sistemas y están preparados para que, cuando le demos la señal, haya una falla en los circuitos por un largo rato. -explicó Momo, muy calmada. Realmente se preparaban para estas cosas. Tenían sus contactos, sus estrategias e incluso los materiales, era increíble.

- Bien. Todo listo. Vámonos. -dijo Sana apresurada. Estaba ansiosa, al parecer, de asaltar por primera vez con Dahyun.

Una vez salieron a la calle, con pelucas y anteojos, caminaron hasta una localidad en Seúl, una especie de pequeño bar donde la gente tomaba, pero no habían borrachos a esa hora. Dahyun no llevaba más que un bolso y sus inseguridades colgados ambos de los hombros.

— Tranquila. —dijo Momo, que notó como las piernas de Dahyun temblaban. Estaba realmente asustada de arruinar todo, de estropear la misión con su mala actuación de niña asustada por robar por primera vez. Sí, lo era, era la primera vez que robaba, pero no estaba nerviosa, no tanto como lo proyectaba.

— No nos han descubierto antes y esto es pan comido, tranquila. —también dijo Sana, acariciando la mano de Dahyun en su costado.

— Bien, a trabajar. —dijo Momo, e inmediatamente comenzaron a caminar en camino al gran edificio de la familia de Seokjin.

Era un edificio alto, con muchos pisos, y por lo tanto, muchas cámaras. Momo encendió un walkie talkie (woki toki) y dijo "Ya", fue en ese momento en el que las tres entraron y las cámaras se apagaron automáticamente, ya estaban subiendo a la casa sin ningún problema y abrieron la puerta como si tuviesen la llave.

— Ya estamos. Agarren todo. —dijo Momo y comenzaron a buscar cosas de valor por ahí. Dahyun realmente tuvo que hacerlo, intentó negarse pero sería sospechosa. Ojalá pudiese irse ya mismo y arrestarlas allí.

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[O6 / O1 / 2O ]
Me costó, pero seguí e hice otro capítulo.
¿Qué les pareció? Ojalá esta historia tuviese más apoyo, pero realmente les agradezco a los que leen por estar aún.

Pasen por mi perfil, que ya casi termino un fanfic y se vienen más.
Bai bbs. 💕🐧

Éxtasis - SaiDahMo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora