O7;; Día dos.

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Luego de un largo rato meditando, Dahyun pensó que sería momento de llamar a Jihyo, o mejor dicho, escribirle.
La tenía agendada de manera diferente, le apodó "Thomas" para que no sospechen si la veían hablando y hablaban como si fueran amigas o algo parecido a compañeros.

[Dubu]:
Unnie, quería hablarle de mi día hoy.
Fue realmente productivo, me encantó.
Capturamos un par de joyas importantes,
fue una labor fácil gracias a "S" (Suga), él
desactivó los "espejos" de la casa de los Kim
y entonces entramos como si nada. Puede
verlo en las noticias ahora, de hecho, están
anunciando la desaparición de las cosas ahora.

[Thomas]:
Ya veo, Dubu, realmente la pasaste bien.
Espero que tus amigas también y que te
cuentan más sobre sus cosas, son muy
interesantes y te mantienen mejor ahora,
estamos esperando tu regreso a casa, pequeña.

Dahyun dejó el celular en el acto, al sentir las manos de alguien bajar por su espalda.

— ¿Qué hacés? — dijo Sana pícaramente y agarró el celular de la más blanca—. ¿Quién es Thomas? ¿Tienes novio? — se sorprendió.

— ¡No, Unnie, por favor, devuélvamelo! — se asustó Kim y luchó contra la rubia por su aparato —. No es mi novio, es mi hermano... — mintió. Dahyun creía que iría al infierno a este paso, lo único que decía era mentiras a sus mayores, por más asesinas que fueran.

— Ya veo. ¿Quieren que vuelvas a casa? — dijo Sana. Ella no comprendía qué pasaba, no conocía a Dahyun en lo absoluto, y cayó en la mentira como una piedra al agua.

— Ella... Ellos me esperan en casa. No teníamos muchos recursos y ésta era mi única oportunidad, servirles a ustedes, realmente necesito esto... — suspiró dejando de pelear.

— Lo siento, Dahyunnie, perdóname — dijo la Japonesa muy arrepentida. No entendía Dahyun de qué se arrepentía, pero estaba feliz de que "entendiera"—. Vamos a ayudarlos, seremos como Robin Hood y les daremos dinero para que lo usen, al menos un poco... ¿Y si les damos todo lo que obtengas? Es justo, es tu trabajo. — sonrió. Realmente no parecía una de las mentes más malvadas de Asia, parecía un gatito al que acariciar y te daría amor, pero Dahyun no quería salirse de la misión y asintió.

Rápidamente soltó unas lágrimas por todo. Se sentía horrible. Le mentía a ellas, le robaba a los demás, estaba siendo su amiga, había estado acostada con ellas, fingía, demasiado bien, pero no le gustaba. Odiaba esto, ¿Por qué aceptó?

— ¿Por qué lloras, Tofu? — dijo Momo llegando donde estaban las dos menores. Miró a ambas intrigada por lo que hablaban.

— No es nada, Unnie, no te preocupes — dijo con un nudo en el estómago. Esa sensación, de guardar algo, de querer soltarlo a gritos, de ahogarte con él, y no poder salir. Estaba atrapada, y era claustrofóbica.

— Dahyunnie está así porque su familia necesita dinero, Momoring. Le daremos para ella y su familia lo que ella consiga — dijo Sana decidida, parándose junto a la mayor, quién asintió un poco preocupada.

Dahyun, que estaba sentada, se levantó y caminó hasta su habitación. Comenzó a escuchar a lo lejos a Momo y Sana hablando Japonés, sobre su tema, y ella se abalanzó sobre su cama intentando ahogar sus sollozos contra la suave almohada, tapándose la boca como si fuese a comer aquella tela tan delicada.

Estaba injustamente atrapada, llorando, quería irse, quería ir a abrazar a sus amigas, a su madre, pero no quería encarcelar a Sana y Momo. No quería...
Por alguna razón, después de años de querer hacerlo, no pudo, no quiso, realmente estaba ahogada entre dos bandos, como un espía confundido. Sabía que debía entregarlas, tarde o temprano, pero al ver sus reacciones ante las situaciones, al ver el amor que se tenían y le entregaban a ella, se sentía querida, se sentía en su lugar, en su casa, pero a la vez no.

— Odio esto, las odio — susurró Dahyun con sus ojos llenos de lágrimas y sus mejillas mojadas, estaba harta, estaba indecisa—. Me odio — se culpaba por esto, si lo hubiese hecho alguien más lo haría mejor, ¿No es así? No estaría enamorada de ellas, al menos.

Luego de un largo rato, salió rápidamente al baño y lavó su cara. Se tranquilizó y salió, apenas eran las 12 de la tarde, sabía que era momento en que Momo y Sana le darían algo para hacer, así que las buscó.

— Al fin — dijo Sana al ver a Dahyun llegando donde estaban ellas, había estado encerrada por dos horas—. ¿Estás bien? Pensábamos que te habías desmayado o algo — nuevamente preocupadas por ella, nuevamente se sentía herida, enamorada.

— No, estaba meditando, es algo que hago, lo siento — no era mentira después de todo, sus pensamientos fueron meditados por dos horas, no era poco.

— Está bien, no pasa nada. Pero tendremos que darte una misión ahora, mira — dijo Momo señalando su computadora—. ¿Ves esto? Es por donde contactamos a nuestros amigos y estafamos ricos, es genial, te enseñaremos a usarlo y serás como una secretaria.

Dahyun asintió, estaba segura de poder hacer eso, había trabajado con computadoras antes, sabía cómo funcionaban. El problema era que era un programa diferente, con un equipo mejorado, más grande y equipado que una normal, claramente, era de hackers.

Momo se sentó en la silla del escritorio y palmeó sus rodillas, significaba que Dahyun debía sentarse sobre ella, y lo hizo. La Japonesa sonrió, aunque la menor no pudiese verla, y manipuló la computadora como si fuese pan comido, algo verdaderamente estúpido, pero Dahyun quedó embobada frente la computadora, con la mandíbula apretada.

— ¿Entendiste? — sonrió Momo mirándole la nuca a la coreana, ella negó con la cabeza y las Japonesas rieron suavemente. Ciertamente, prefería quedarse sentada sobre Momo un rato más, era relajante escuchar su voz sobre sus piernas, mientras movía el mouse y apretaba teclas que tenía que aprenderse.

Estuvieron así un rato hasta que logró entender, aunque lo había captado a la primera, necesitaba un refuerzo. Sana y Momo sonrieron mientras la miraban allí sentada, poniendo en práctica todo lo aprendido hace minutos, orgullosas.

— Bien, Dahyunnie. Vamos a dormir un rato ahora, estamos cansadas porque mientras fuiste a meditar, nos fuimos a robar una tienda de por ahí, muy fácil, esa será tu misión de mañana — dijo estirándose la menor de las Japonesas.

— Está bien — dijo la nombrada para levantarse luego de la silla—. Esperen, ¿Están invitándome? — dijo al ver el gesto que le hicieron para que fuera, ellas asintieron.

Subieron hasta la habitación con cama grande, donde ya habían estado antes, y se sacaron sus zapatillas para acostarse sobre las sábanas, era una especie de siesta.
Sana se acostó del lado izquierdo mientras que Momo en el derecho, pero la cama era muy grande y Dahyun se acostó en medio. Las dos mayores la abrazaron para luego quedarse dormidas, y ahí es cuando Dahyun lo sintió de nuevo, aquél gran placer de no estar sola, de que alguien te quiera como demostraban las Japonesas.

El nudo reapareció, no pudo cerrar los ojos hasta que Sana dio un beso en su mejilla mientras dormía, y ahí se sintió bien, ¿Por qué? ¿Por qué se sentía así al respecto? No debería estar pasando esto...

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Bueno, es soft porque me pareció
que la pareja SaiDahMo no es sólo
+18, y que pueden amarse así.

No significa que no va a haber más
+18, solo que fue lindo agregar esto.

Hasta lloré escribiéndolo, ahre.
Soy sensible, voten o lloro.

[ 14 / O1 / 2O ]

Éxtasis - SaiDahMo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora