1O;; Rescate.

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Ya había pasado el tiempo, ya era martes. Ese esperado martes. Ya habían dejado toda la recompensa, los 100 millones. Dahyun había cuidado de Jiwon a escondidas, intento hacerlo lo mejor posible para que le dijera a Jihyo que tenía todo controlado, aunque no fuese tan así.

Las mayores estaban planeando dónde la dejarían mientras que Dahyun bajó con la secuestrada, llevaba 3 días atada y le dolían las muñecas y tobillos, pero no era lo que más le preocupaba ahora.

Una vez decidido, las tres salieron y dejaron a la chica nuevamente en el baúl del auto, más amablemente esta vez. La bajaron donde anteriormente dejaban el dinero y la desataron para que corriera lejos, no conocía la dirección y ya todo Asia conocía sus caras después de todo.

— Estoy orgullosa de esto, Momo —. Dijo Sana con una sonrisa ladina en su cara, realmente era de aprobación y bastante. La mayor resopló suavemente conteniendose, pensando en lo que le había dicho Dahyun. Sabían igualmente que las palabras no serían suficientes, así no se resuelven los problemas psicológicos.

— Vamos a la casa, estoy algo mareada —. Dijo desganada la mayor. No tenía mareos, era una extraña sensación en su pecho, tal vez angustia, tal vez miedo, no sabía.

Las tres volvieron se pusieron a hacer cosas diferentes. Mientras Sana preparaba el almuerzo; Dahyun trabajaba en ese sitio web para descifrarlo; y Momo, bueno, ella solamente estaba acostada mirando el techo, apretando su estómago como si realmente tuviese algún malestar.

Las dos menores subieron con ella, la llamaron varias veces y no contestaba, ya estaban preocupadas. La mayor no contestaba, no decía nada.

— Momo, ¿Qué te duele? —. Susurró cansada la otra Japonesa, no entendía qué le pasaba, nunca le hizo esto. Tal vez era por lo de Jiwon.

— ¿Te duele el estómago? —. Dijo pensando Dahyun, al verla con su mano apretando su estómago era lo único que pudo deducir. No sabía realmente qué le pasaba, ni ella sabía.

— Llamaré a Seulgi —. Soltó Sana irritada, no quería aguantar la rabieta de su novia, o eso creía que era. No era normal, y su preocupación la hacía ver enojada.

Una vez vino la chica, que era doctora y amiga de ellas, la revisó por completo y nada, no tenía nada visible. Nada que pudiese saberse, tal vez no era algo de su cuerpo sino de su mente.

— Si no vas a decirnos qué te pasa te puede pasar algo, Momo —. Dijo agarrando la mano de su novia, que solo la miraba, con cara inexpresiva, cara de nada—. Vas a matarme de un infarto, maldita —. Susurró.

Dahyun acompañó a Seulgi hasta la puerta y luego volvió a la habitación, nada había cambiado. Las dos menores se cansaron de intentar, le dejaron su comida a su lado y comieron solas, en silencio. Sana estaba asustada y bastante, apenas podía tragar con la sensación de nudo en su garganta, se le fue el apetito bien a su pareja así.

— Tranquila, Unnie, está bien —. Susurró Dahyun suavemente mientras tomaba la mano de la rubia, ella levantó su cabeza, con su mirada borrosa y ojos llorosos, tal vez sabía qué le pasaba.

— No, ella... —. Susurró—. Hoy es el aniversario —. Soltó, Dahyun comprendió un poco, o creía eso. Ladeó su cabeza buscando una aclaración—. Hoy hace un año lo mató —. Dijo al fin—, ella lo extraña.

Dahyun miró su comida y se levantó sentándose junto a Sana para abrazarla. No había visto a la mayor llorar antes, incluso en el mes que se conocían, nunca. Se sentía mal por ella, entendía que eran celos, pocos pero notables. Y más allá de eso, su novia extrañaba a su ex, y por eso la ignoraba, no comía, estaba realmente deprimida, ¿Acaso podía ser peor tener una psicópata deprimida? No en esta situación.

— Tranquila, Sana, ya —. Dijo mientras la rubia se aferraba al pecho de la menor llorando, realmente había pasado demasiado esta semana, ahora entendía por qué le contaron hace unos días la historia, todo tenía más sentido, pero no estaba demasiado claro.

Luego de un rato abrazándola y calmandola, Sana decidió dormir en el que era el cuarto de Dahyun, estaba muy herida para ir con Momo ahora, no cuando la ignoraba.
Dahyun subió con cuidado, abrió la puerta y Momo estaba igual, quieta, parecía petrificada.

— Momo, no sé esta vez cómo te sientes —. Susurró Dahyun recostándose junto a ella—. Bueno, en realidad sí —. Ahora su mirada era triste, como melancólica. Con ese comentario logró captar la atención de Momo al fin, que la miró intrigada—. Antes dije que había salido con alguien, ¿No?

La mayor asintió, era solo eso lo que obtenía, pero era algo. Dahyun no quería recordarlo, no quería pensar en eso de nuevo, después de cinco años las cosas cambian pero los recuerdos se graban, más que nada uno como éste.

— Él murió —. Dijo mojando sus labios para continuar hablando, sus lágrimas estaban cerca. Recordaba su pelo, sus ojitos, sus momentos, incluso cuando habían sido breves.

— ¿Cómo? —. Dijo intrigada la mayor, apenas salió de su boca la pregunta, como un suspiro, y ya Dahyun sonrió por eso, estaba feliz de que lograse hablarle.

— Lo mataron unos ladrones —. Suspiró. Era la razón por la que era policía, le había dolido bastante—. Ellos estaban armados y le dieron 6 balazos.

— Lo siento —. Soltó Momo, estaba triste ahora por Dahyun, realmente no podía pensar en muchas cosas ahora, pero no sabía eso de la menor.

— No pasa nada, ya fue hace tiempo —. Dijo mientras acariciaba la cara de Momo, realmente era linda, pero sus ojos estaban tapados por su largo pelo—. No venía a contarte mi "triste historia", lo venía a decir porque Sana está ahí abajo llorando porque está preocupada, y mucho.

La mayor asintió, apretó sus labios algo dolida, sabía que la lastimaba, sabía que la rubia no decía nada ni se quejaba de sus berrinches y tristezas, la aguantaba demasiado.

— La última vez que hablé con mi novio, estábamos enojados por una tontería —. Susurró acurrucandose entre los brazos de la mayor—. Habla con Sana, te necesita, demasiado —. Sonrió y besó su cuello mientras la soltaba, estaba intentando calmarla para no detener la misión, pero algo le decía que debía hacerlo por otra cosa. Su empatía comenzaba a patinar entre dos bandos y era peligroso. Siempre fue malo ayudar al enemigo, pero ella no lo podía evitar, sentía un amor bastante grande.

— Sí, lo siento, perdón —. Suspiró Momo soltando a Dahyun y yendo con Sana. La menor sonrió de alegría, y pronto su sonrisa se desvaneció, ¿Qué hacía? ¿Estaba alegre por ellas? ¿Por qué? No podía dejar de pensar en que estaba arruinando todo.

— — — — & — — — —
Doble actualización. Jeje

Bueno, espero que estén listos
para el próximo capítulo que
espero subir hoy. Jesjjsjs

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Bai.

Éxtasis - SaiDahMo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora