Hace mucho tiempo, cuando el concepto "shinobi" no existía, cierta persona mordió la fruta prohibida y obtuvo el poder del chakra, con el cual intentó detener la Era de la Violencia. Sin embargo, con el paso del tiempo las personas se obsesionaron con el poder.
Para mantener el orden de este mundo, ¿Es necesario el poder o el amor?
Este conflicto desencadenó en una larga guerra que continuó a lo largo de las generaciones venideras.
—¿Qué es lo que veo?
—¡Creo que es la pequeña bestia de la aldea!
—¿Pequeña bestia? ¡El monstruo feo!
El pequeño niño se tragó las ganas de llorar. Aún cuando estaba siendo rodeado por otros tres que parecían mucho mayores que él. Que grandes personas serían esos niños, llenos de veneno en sus palabras y sin piedad ante los débiles.
—¡Ya déjenme en paz! —gritó fuerte, cerrando las manos en puño a cada costado de su cuerpecito. Miró con enojo hacía los bravucones, que al verse enfrentados por la pequeña bestia. Rieron. — ¡Mí nombre es Naruto Uzumaki, el próximo Hokage!
—¿Tú, Hokage? —preguntó con burla y arrogancia, el que parecía ser el líder de grupo.
—¡Prepárense! ¡Jutsu: Multiclones de Sombra! —gritó con fuerza posicionando su manos. Se veía tan pequeño, perdido entre la gran nieve que estaba por el suelo. Mas su postura no flaqueo.
Por unos segundos los niños pensaron en correr, pero cuando el humo se disipó, solo se podían ver dos pequeñísimas copias de Naruto alegando en el suelo. El niño sintió algo de pena por su fracaso. Distraído en eso, no pudo evitar el golpe en su rostro que lo mando directo a la fría nieve. Cuando intentó levantarse estaba todo magullado, y su calentita bufanda todo un desastre de tela. Decidió dejarla tirada para irse corriendo.
Al día siguiente las clases iniciaron.
—Si mañana fuera el último día de la Tierra, ¿Con quién les gustaría pasarlo? —preguntó el maestro. La risita de Naruto resonó por un instante.
—Es imposible que la Tierra llegué a su fin. —dijo con seguridad, con los brazos cruzados detrás de su cabeza.
El maestro dio un simple ejemplo, de que si un meteorito cayera a la Tierra podría ser el fin. Chōji acepto que en lugar de una persona preferiría mil veces un pedazo de carne. Todos los pequeños soltaron risitas.
—Si eso llegará a pasar, yo te protegería. —admitió Naruto hacía Sakura.
—Yo no necesitaría que protejan. —afirmó la niña acomodando su rostro entre las manos. Notando así, junto a Naruto como su compañero de banca; Sasuke, estaba durmiendo. La niña soltó un pequeño suspiró y Naruto solo miró con molestia al niño.
Parecía que de algún modo, la clase no era demasiado interesante para el muchachito o quizás no había dormido lo suficiente durante la noche.
—Escribian el nombre de la persona con la que quieren estar en el papel. —señaló Iruka, mirando con emoción a sus estudiantes.
Naruto miró el papel en su mesa con las manos sosteniendo sus mejillas. Tenía un gran problema, no conocía a su padre, tampoco a su madre y tampoco tenía amigos. Sin más que pensar armó una pequeña avioncito de papel, para lanzarlo por la ventana, acción que inmediatamente fue reprendida por su maestro. Iruka, el hombre estaba tan molesto que su voz despertó a Sasuke, quien miró desorientado la situación. Las represalias al niño no tardaron en llegar, mientras Sakura cubría con sus brazos cortos la hoja que ella tenía, donde estaba escrito el nombre. Sasuke siguió mirando a Iruka y a Naruto, sin entender demasiado la situación.
Hasta que Iruka le miró a él, preguntándole porqué no había escrito ningún nombre. El niño suspiró y comenzó a escribir en la hoja sin entender demasiado el caso.
Mientras la pequeña avioncito de Naruto viajaba por el viento.
Cómo los años que Naruto pasaría y solo el viento podría ver su crecimiento.
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