𝕮apítulo X.

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𝑬𝑵 𝑬𝑳 𝑻𝑬𝑵𝑺𝑬𝑰𝑮𝑨𝑵 𝑯𝑨𝑩𝑰́𝑨 𝑼𝑵𝑨 𝑴𝑨𝑳𝑫𝑰𝑪𝑰𝑶́𝑵, 𝑸𝑼𝑬 𝑳𝑬 𝑸𝑼𝑰𝑻𝑨𝑩𝑨 𝑬𝑳 𝑪𝑯𝑨𝑲𝑹𝑨 𝑨 𝑻𝑶𝑫𝑶 𝑨𝑸𝑼𝑬𝑳 𝑸𝑼𝑬 𝑰𝑵𝑻𝑬𝑵𝑻𝑨𝑹𝑨́ 𝑻𝑶𝑪𝑨𝑹𝑳𝑶. 𝑺𝑶𝑳𝑶 𝑨𝑳𝑮𝑼𝑰𝑬𝑵 𝑪𝑶𝑵 𝑳𝑨 𝑺𝑨𝑵𝑮𝑹𝑬 𝑫𝑬 𝑯𝑨𝑴𝑼𝑹𝑨 𝑷𝑶𝑫𝑹𝑰́𝑨.




Al lugar de manera rápida, se reunieron Hinata y Sai. Ella sostenía aún a su hermana en sus brazos, la niña seguía dormida. Dejó a Hanabi en brazos de Sai, quien parecía estar dispuesto a proteger a la niña, ante cualquier cosa. Y corrió hacía el "ojo gigante" que movía la Luna, acumulando chakra en sus manos y gritando ocho trigramas: golpe doble del león ascendiente. Sin embargo, pese a la fuerza usada para destruirlo, nada paso. Ni siquiera una grieta.

—Hace falta mucho más chakra. —observó Sai.

Naruto sostuvo la mano de Hinata, pidiéndole que le cediera chakra. Así, de pronto una aura naranja y una aura violeta los comenzó a rodear. Sasuke miró atentamente como ambos saltaban hacía el Tenseigan, creando una especie de rasengan con el trigama ocho. Destruyendo por fin aquella cosa, llamada el tesoro de Toneri.
El cual, para sorpresa de todos se trataba de un cúmulo de Byakugan.
Acabo con eso, las marionetas cayeron, inertes sin vida, sorprendiendo a Shikamaru y Sakura, que le seguían la pelea. También el movimiento de la Luna, de pronto se detuvo, sorprendiendo a todos en la Tierra.

Por otro lado, la arma del Raikage fue disparada, destruyendo todos los meteoritos que rodeaban la órbita terrestre.

—¡Shikamaru! —gritó Naruto encontrándose con el hombre. — Destruimos el Tenseigan, la Luna de seguro detuvo su movimiento.

Mientras ellos hablaban, Sakura soltó un suspiró de medio alivio. Viendo cómo Hinata estaba con su hermana en brazos. Sonrió con más calma. Ambas se miraron.

—El tesoro al que mí clan entero le ofreció sus ojos. El tesoro de Otsutsuki. ¿Cómo pudieron? —murmuró Toneri. Mirando la destrucción del lugar.

—¡Sakura! —gritó de pronto, Hinata. Abrazando el pequeño cuerpo de su hermano. La mujer tragó saliva. — Deseo entregarte esto. —señaló, mientras de manera compleja le tendría una bufanda de color rojizo.

Sakura abrió los ojos enormemente. Agradeciendo el regalo, y aferrándolo entre sus manos. Todo este tiempo ella había creído que no sé trataba de algo especial para ella.

Naruto miró esperanzado eso, rascándose un poco la frente, algo incómodo por el extraño velo que se suponía que usaba para su anterior boda. Miró hacia Sasuke, quien extrañamente ya lo estaba mirando. Le mostró con lentitud la bandana, que tenía una partidura, sus ojos se abrieron.

—Parece no ser la gran cosa. Pero prometo atesorarla. Siempre, porque a pesar del tiempo, tú la conservaste para mí.

Naruto sonrió.

—Se está moviendo. —dijo de pronto Shikamaru. Mirando el reloj en su mano. Mientras avanzaba.

Los ojos que Toneri había tomando, por fin estaban completamente listos. Brillantes y fuertes. Capaces de seguir el movimiento de la Luna. Y destruir de una ver por todas la Tierra. El piso lunar se comenzó a mover, sorprendiendo a todos. Saltaron de sus lugares buscando un lugar seguro, Hinata corrió con su hermana en sus brazos, Sakura le siguió de cerca, dividéndose todos en grupos de dos.
Naruto no podía creer como Toneri parecía estar dispuesto a destruir todo un mundo, incluso su hogar mismo, si con eso tenía su objetivo completo.

En la Tierra, el Raikage no podía disparar su arma, porque habían descubierto que el equipo estaba en ella. Kakashi pidió una hora, antes de que lo hiciera, basándose nuevamente en una corazonada. Al tener la certeza que ganarían.

El extraño velo que estaba en la cabeza de Naruto, cayó, dejando sus cabello libre al fin. Corriendo por el lugar y destruyendo pedazos de luna que caían.
Toneri parecía querer atacar únicamente a Sasuke, y presentía la razón.
Lanzando chidori, y usando su katana, el nombrado se defendía ante los golpes de Toneri, quien había expandido su poder. No era un shinobi pero tenía una capacidad de pelear sorprendente. Uno de sus golpes, hizo partir la Luna es dos.
El silencio se mantuvo en el lugar.

Naruto suspiró cansado.

—¡¿Qué crees que haces idiota?! —gritó desesperado. Comenzó a correr hacia Toneri, rasgando la compleja falda que estaba usando, quedando solo en un pantalón adornado con vendajes en sus piernas. — ¡No puedo permitir que termine así!

Sasuke parpadeó. Viendo cómo el rubio saltaba, y en lugar de darle un golpe a Toneri, simplemente lo sostuvo del cuello de su ropa. Acercándolo a él, y empujándolo hacia una roca en la superficie. Ante el impacto, el poder que había sido mostrado del hombre, se fue apagando, disminuyendo el chakra y todo signo de transformación mega potente.

—¿Cómo? —preguntó con la respiración entrecortada. Sin poder creer que había sido, detenido solo con eso. Desvaneciendo el Tenseigan de sus ojos.

Seguía atrapado y quieto en la roca. Agachando la cabeza, sintiéndose derrotado. Naruto se acercó, sosteniendo sus mejillas y alzando su mirada. Los ojos azules del rubio se encontraban con pena.

—Toneri. Debes devolver los ojos de Hanabi. —susurró. Mirándolo con tranquilidad.

—No. No quiero. —negó. Había pánico en sus voz. Sin embargo, una parte de él, era feliz por el suave contacto del rubio en su rostro.

—Por favor, Toneri. Por favor. —insisitió acercándose, lentamente hacía los ojos del hombre. Con una delicadeza poco propia de él, y de la perspectiva de Kurama quien por fin podía tener una visión clara.

Naruto simplemente beso la frente de Toneri. Así sin más, con calma. En eso ambos brazos atrapados en la roca, cayeron a los costados de su cuerpo. Hinata se acercó lentamente, tomando con precaución los ojos de su hermana, y llevándolos de prisa hacía la niña.
El vacío oscuro de la cuenca en los ojos de Toneri, no asustó a Naruto. Siguió con sus manos a cada lado de las mejillas del hombre.

—Me amaste porque sí. Y lo agradezco. Pero no puedes obligarme a sentir lo mismo, y lo siento. —dijo por fin. — Tus ancestros te mintieron. Déjame mostrarte la verdad, que Hamura me mostró a mí.

Antes de que el Raikage disparará hacía la Luna. En la superficie de está yacía escrito “Misión cumpliada”, en letras shinobi. Por el mismísimo Kurama.
Efectivamente la Luna se había detenido, no era una amenaza. Y el equipo había salvado a Hanabi y al mundo.
Las corazonadas de Kakashi siempre terminaban de lujo.

Naruto llevó, a Toneri hacía el cementerio interno que había. La tristeza del hombre lo hizo caer devastado, era terrible creer que por todo lo que había vivo era una mentira. Aún así, el rubio le ofreció consuelo en un abrazo, ante la atenta mirada de todos.

—Todos en la Tierra van a recibirte. —dijo Naruto, una vez que estaba recompuesto. Antes de la total despedida.

—Voy a permanecer en la Luna para expiar mis pecados. —habló. Negándose a la petición. Sus ojos cerrados, nuevamente, como siempre fue. Dio media vuelta, alejándose de Naruto.

—Un día ven a la Tierra. —propusó dando un paso adelante. Antes de que el otro desapareciera de su vista.

Toneri detuvo sus pasos, volteó su cabeza un poco, se podía sentir que miraba —aún sin ver—, ha Naruto.

—La Luna jamás debe acercarse a la Tierra. Nunca más. —añadió lo último, dando media vuelta, y seguir caminando hacia lo que suponía debía ser su corazón.

En un lugar del universo, en una esfera lejana. Existía alguien, que amaba incluso antes de que él mismo lo hiciera, a un tal Naruto Uzumaki. Así que, aunque no lo pareciera Sasuke Uchiha tenía la suerte de ser amado por igual.

Porque ese otro alguien, había alguna vez, ofrecido la Luna entera para un simple terrestre.

𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora