𝑬𝑳 𝑭𝑹𝑰́𝑶 𝑬𝑵 𝑨𝑴𝑩𝑰𝑬𝑵𝑻𝑬 𝑷𝑼𝑺𝑶 𝑻𝑬𝑵𝑺𝑶 𝑨 𝑵𝑨𝑹𝑼𝑻𝑶. 𝑫𝑬𝑺𝑬𝑨𝑩𝑨 𝑰𝑹 𝑨 𝑪𝑼𝑩𝑹𝑰𝑹𝑺𝑬, 𝑨𝑫𝑬𝑴𝑨́𝑺 𝑲𝑼𝑹𝑨𝑴𝑨 𝑵𝑶 𝑳𝑬 𝑹𝑬𝑺𝑷𝑶𝑵𝑫𝑰́𝑨. 𝑷𝑶𝑹𝑸𝑼𝑬́.
—¿Me harías una bandana? —preguntó de pronto Toneri. Dando la espalda al rubio. Naruto alzó una ceja, mirándolo raro. — Una solo para mí. —completó dando la vuelta, sonriendo suavemente. —¿Te niegas? —preguntó, su corazón se encontraba algo dolido.
—He. No es que sepa exactamente, pero si quieres una, si, bueno. Lo intentaré. Dattebayo. —sonrió, algo incómodo. Toneri parecía calmado con su respuesta.
—Me alegras mucho, Naruto.
Ante las palabras del hombre, Naruto se sintió nuevamente conmovido, olvidando la discusión y las ideas raras del otro. De pronto Toneri se llevó una mano a sus ojos, le dolían bastante debido a que el Byakugan se estaba convirtiendo en el Tenseigan. Comenzó a caminar lejos del rubio, buscando descansar.
Naruto al verlo alejarse, volteo, buscando quizás alguna señal de esa súper arma del Clan de Toneri.
Tenía la inquietante sensación de que pronto todo podría acabarse. Recordó fugazmente lo que aquel hombre que le había llamado Príncipe Uzumaki, le mostró —tenia la sensación de que quizás Hinata también lo había visto—, la pelea entre la segunda y primera rama de los descendientes de Hamura.¿Cómo él podría destruir el Tenseigan?
No dejes que el mundo que creo mí hermano se destruya.
No sabía cómo, pero lo haría. Tenía qué. Había luchado contra otras cosas, podría con esto. Había demasiado en juego, Naruto sostuvo una mano de Hanabi. Pasaba su mayor tiempo, a pesar de que no tuviera noción de eso, al lado de la niña.
A la pronta conclusión que llego el equipo de rescate, era que Toneri estaba escondido en el Sol artificial. Donde mantenía alguna clase jutsu para negarle la visión al Byakugan.
Shikamaru y Sai, habían sido los encargados explorar. Buscar la entrada parecía imposible, pero Shikamaru decidió lanzar un kunai explosivo. Logrando atraer el enemigo hacía ellos. Sai estaba realmente confundido, pero el lograr volar en las bestias de tintas, le habían hecho a Shikamaru estar el tiempo suficiente observando a los rivales, para saber qué hacían.Mientras que en la Tierra preparaban un cañón, lo suficientemente fuerte para destruir cada meteorito y lanzarlo a otra dimensión.
Naruto se encontraba sentada en una mesa gigante, con múltiples comidas, frente un feliz Toneri que disfrutaba de su compañía. Ojalá el rubio pensará igual, pero las circunstancias y las intenciones no eran del todo buenas.
—Cuentame sobre ti. —insistió Toneri, llevándose un bocado a la boca.
—No es muy tarde para negociar con los shinobi de la Tierra. —habló. Ignorando la propuesta del hombre.
Naruto no paraba de decirle, que pese a todo, a las guerras anteriores actualmente era la paz la que se reinaba, gracias a la unión de todos los Shinobi. Sin embargo, pese a la sonrisa extrañamente comprensible, Toneri no cambio su punto de vista. Tenía una decisión y prefería que no sé hablará más del tema.
—Callate y come.
—No hay ramen. Idiota. —susurró el rubio, cruzándose de brazos.
Se distrajo mirando por el gran ventanal que había en esa parte del castillo. Toneri había dicho que una vez al año, el templo de Hamura órbita cerca del castillo. Era increíble extraño, como simplemente flotaba una estructura de piedra gigante, con una entrada bien construida. Naruto no tardó mucho en darse cuenta, que dentro de ese pedazo de isla, estaba escondido el Tenseigan.
—Sasuke. Adiós.
—Naruto. ¡NARUTO! —Gritó Sasuke, despertando, lleno de sudor. Mientras para su temor recordaba el momento exacto en que el rubio se fue junto a ese otro tipo.
—Al fin despertaste. Han pasado tres días. —dijo Shikamaru. Acercándose al otro, junto con Sai. Estaban alrededor de una fogata. — ¿Pasó algo entre Naruto y tú? —preguntó agachándose.
—No la verdad no. —respondió, evitando su mirar.
—Murmurabas su nombre. Naruto, Naruto. —dijo Sai. — También unas cosas embarazosas. —sonrió divertido. Sasuke frunció el ceño. — Pero pude escuchar tu lado meloso. Fue un gran material de investigación para mí.
Sasuke volvió a recostarse dándole la espalda a ambos. Aún así, Shikamaru le prometió que rescatarían a Naruto y Hanabi.
—Así que Sasuke es un shinobi excepcional, pero no puede soportar un corazón roto. —se burló Sai. Naara, lo miró algo mal.
De alguna manera, Naruto convenció a Toneri de ingresar al templo, para rendirle homenaje. Junto a ellos, alumbrando la oscuridad del lugar, iban algunas marionetas del castillo. Naruto aún tenía en su mente las imágenes de la destrucción del Tenseigan, mientras estaban parados frente a frente de el. Toneri era feliz explicando, la grandeza que le enorgullecía. A pesar de que Naruto creía que ese era el tesoro, capaz de mover la Luna. Se equivocó, el verdadero Tenseigan solo era visto por los altos rangos.
Aquel templo al que habían llegado era solo un lugar donde los bajos rangos iban a rezar.—Prometo mostrarte el verdadero Tenseigan una vez estemos casados. —habló Toneri. Mientras se alejaban del lugar. Intentando, de alguna manera hacerlo feliz.
Mientras se alejaban en su ascensor que flotaba. Naruto descubrió que un extraño chakra provenía de un lugar algo lejano. Estaba seguro de que ahí tenían escondido el real.
Sasuke parecía rancio a querer salir de la cueva dónde estaban acampando. Shikamaru estaba algo incrédulo con su actuar, era extraño. Cómo aparecía y verlo así, haciendo un berrinche silencioso.
—Nunca te rendiste con el propósito que te pusiste. ¿Por qué hacerlo ahora? —preguntó Shikamaru. Acercándose. Sasuke seguía de espaldas arrodillado.
—¿Qué quieres? —preguntó brusco. Levantándose de prisa. No dudo ni un segundo en sostener con su mano la camisa del otro. —¿Estás buscando pelea?
—¡No me importa lo que pase entre tú y Naruto! Pero eres un Shinobi. —habló ya enojado. — Ven conmigo. —ordeno. Sasuke lo soltó. Esperaba seguirlo.
Naruto no sabía cómo. Pero estaba intentado acomodar una tela, para hacer la bandana, que extrañamente Toneri le había encargado hacer para él. Suspiró, sosteniendo con rabia las tijeras. A pesar de sus muecas, de su molestia interna por su trabajo. Toneri, sentado en un cómodo sillón, similar a qué él ocupaba. Le miraba sonriendo, atentamente, con una mano en su mejilla. Algo tan simple para otros, él lo veía tan intensamente y feliz.
La calma del lugar fue interrumpida, cuando el dolor intenso en sus ojos hizo a Toneri levantarse.—Iré a descansar a mí cuarto. Espero con ansias esa bandana.
Dio media vuelta, haciendo presión con una de sus manos en su ojos. Las punzadas se le hacían tan dolorosas pero necesarias. Los ojos azules de Naruto le siguieron, sorprendido y algo apenado.
Esa era su oportunidad de llegar al lugar donde creía estar escondido el Tenseigan.
Mientras Naruto corría hacia el lugar, Toneri sentía por fin el Tenseigan completo en sus ojos.
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𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕
Fanfiction«El amor es una cosa curiosa. Se podía regalar la Luna por el y a veces ir hasta ella». Adaptación de THE LAST: movie al SASUNARU.