Capítulo 2

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La mañana transcurre con tranquilidad en el palacio del Oeste, o al menos eso creía Sesshomaru hasta que percibió el aroma de su medio hermano con su familia, en cualquier momento llegarían.

Rin habla con Natsumi, tratando de hacerla entender de que al menos ese día no podrían ir a la cascada que tanto le gusta, porque su hermana Nozomi enfermó. Al parecer en la noche, la pequeña se metió al estanque que está en uno de los jardines buscando un juguete; no hace mucho terminó el invierno por lo que las noches son frías, luego de que la menor encontró dicho juguete permaneció un poco más afuera, y al acostarse a dormir fue con su ropa mojada.

A Rin antes se le hacía un poco extraño que se enfermaran tan rápido, pero tenía sentido porque aún son pequeños, incluso unas veces Kagome le comentó que algunas ocasiones cuando viajaban para recolectar los fragmentos de la perla, se enfermaba Shippo.

La castaña sabe que puede confiar en los youkai que están al servicio del palacio, pero siempre le gusta estar ella personalmente al tanto de sus pequeños.

Estaba concentrada hablando con Natsumi, hasta que un grito hizo a que se adentrara al jardín mientras que la niña se va a su habitación.

-Rin: Inu, deja al señor Jaken —pidió al ver a su hijo amarrándolo, el menor se sobresaltó al escuchar a su madre.

-Inu-No: Pero estamos jugando a que es un rehén —habló fingiendo inocencia.

-Rin: Mejor algo más —rió— además necesitan al señor Jaken.

-Inu-No: Bien —resignado desamarro las manos de Jaken.

-Jaken: Tenían que ser igual de inquietos que tú —exclamó cuando estuvo cerca de la castaña.

-Rin: ¿Yo? —se hizo la desentendida.

-Jaken: Sí —respondió— no creo que como el amo Sesshomaru.

-Rin: Pero yo nunca lo amarre —sacó su lengua mientras se cruza de brazos.

Jaken negó lentamente con una sonrisa yéndose de ahí.

-Inu-No: Voy a aburrirme, madre —se acercó a ella abrazándola, quien correspondio el abrazo poniéndose a su altura— Nozomi está enferma, por lo que estarás gran parte del tiempo con ella, Natsumi se fue a su habitación porque no le hicieron caso, y Subaru entrena hoy con papá.

-Rin: No es cierto, siempre juego con ustedes sin importar qué —comenzó a reír Inu-No al sentir como su madre le hace cosquillas.

-Inu-No: No... D-detente... —dijo entre risas, estando tirado en el pasto.

Estuvieron así por un rato, hasta que escucharon las voces de unos niños gritando "tío".

Al ir a la entrada se encontraron con 4 niños abrazando al peli-plata, mientras que él sólo coloca una de sus manos en los cabellos de los hijos de Inuyasha a modo de saludo.

-Inuyasha: ¡Keh! Nunca entenderé como es que lo quieren, si siempre es indiferente con ellos —exclamó al ver la escena— tienen más privilegios, a su edad me ignoraba.

-Kagome: No te pongas celoso —comentó divertida al ver la cara de su pareja.

Inuyasha se limitó a murmurar un: "no estoy celoso", mientras continuaba viendo a sus hijos alrededor de su hermano contándole unas cosas.

En eso vieron a Rin junto con Inu-No acercándose a ellos. A las 2 mujeres les causó gracia ver a Inuyasha jugando un poco con Inu-No como suele hacerlo, pero en esta ocasión con la intención de molestar a Sesshomaru, quien sólo le dirigió una rápida mirada y volvió a poner su atención en los niños frente a él.

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