Epílogo "Nuestra Nueva Vida"

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Rin se encuentra sentada, recargada en un árbol viendo el cielo mientras suelta un largo suspiro. Ya habían pasado 400 años en los cuales afortunadamente no volvieron a haber problemas, todos viven tranquilos.

-Rin: Subaru —le brindó una cálida sonrisa, la cual no tardo en devolver su hijo.

-Subaru: Debemos irnos, madre, nos están esperando —le extendió su mano para ayudarla a ponerse de pie.

Cerca de ahí están junto a Ah-Un sus otros 3 hijos. Una vez que los alcanzaron, caminaron tranquilamente llevando flores.

En el camino estuvieron cantando los 5, a pesar de que al principio tardaron en convencer a Subaru. Cantar era algo que hacían desde pequeños.

Cuando llegaron al lugar, a la distancia vieron a Inuyasha, Kagome y sus hijos junto a Kirara.

Siempre han tratado de ir al menos 1 vez al año, a visitar las tumbas de aquellos a los que quisieron. También se encuentran algunos soldados de los cuales sus cuerpos no fueron destruidos, todos los que habitaron el palacio siempre se llevaron bastante bien. Incluso fueron por los restos de Jaken e Inu No Taisho, para estar todos juntos.

-Inuyasha: Ya no es raro que llegues tarde —habló cuando terminaron de colocar las flores.

-Nozomi: Te avisamos antes de venir.

-Rin: Bueno, pero ya está aquí —sonrió— vamos, Sesshomaru —se acercó a él para tomar su mano y estar junto con los demás.

-Sesshomaru: Debía terminar algo.

-Inuyasha: También te podía ayudar Ban.

-Sesshomaru: Hmph.

Sí, Ban y Sesshomaru se encuentran bien, sin embargo, después de que acabaron con Nawaki, sus extensiones y a los que tenía bajo control (de los cuales, la mayoría murieron debido al gran poder bakusaiga), y que hayan sido atravesados por varios diamantes, el peli-plata estuvo apunto de morir, pero gracias a todos los cuidados que le dieron Rin y Kagome, pudo despertar, aunque no se podía decir lo mismo de Ban que perdió demasiada sangre y a los pocos minutos de ese ataque murió. Él se había percatado unos segundos antes del ataque al ver a los niños, por lo que se acercó al peli-plata para que él no saliera afectado, pero fue un poco tarde, aunque debido a eso, Sesshomaru no murió.

Días antes de que despertará el peli-plata, llegó la sacerdotisa que se encargo de afectar a todos los demonios que absorbería Nawaki. En ese momento prefirió hablar únicamente con Rin. Podían haber partido al Este, pero cuando recordaron sus intentos fallidos, decidieron esperar un poco más a Sesshomaru, al parecer era el único que podía hacerlo.

Sus 4 hijos se mostraron bastante preocupados cuando pasaron varios días más sin despertar.

El día que por fin volvió a abrir los ojos, vio a su alrededor desorientado, se encontraba solo dentro de una cabaña. Con cierta dificultad se sentó, acostumbrándose poco a poco a todo; a la luz, el sonido y su vista dejó de ser borrosa.

A los pocos minutos entraron sus 4 hijos con varias cosas, las cuales terminaron en el suelo al verlo despierto. Subaru, Inu-No, Natsumi y Nozomi se sorprendieron por unos instantes, no podían creer lo que veían, pero a los pocos segundos sus ojos se cristalizaron y con una enorme sonrisa en sus rostros se lanzaron a él dándole un fuerte abrazo, consiguiendo a que nuevamente Sesshomaru quede acostado. El mayor se sorprendió ante ese acto, sin embargo, de inmediato supuso que llevaba así mucho tiempo para tener tal recibimiento.

Paso sus manos por el cabello de sus hijos.

-Nozomi: Te extrañamos mucho.

-Natsumi: Nos hacías falta.

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