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Llevo una semana trabajando con el Señor Min y en ése transcurso de siete días, él ya ha intentado tener más que una relación de trabajado conmigo, como lo esperaba.

Si bien su piel era tan nívea y lechosa, que tentaba tocarla para saber si ésta era tan suave como aparentaba. Y si sus labios me rentaban a besarlos...

—Señor Park, Park... ¡JiMin!—. Un grito me sacó de la nube.

—Si, Señor Min. ¿Qué necesita?

—Te preguntaba sobre los documentos de finanzas–. Se oía algo irritado.

—Si aquí están–. Comencé a caminar a su escritorio para entregarle la carpeta con los documentos.

Una vez estube frente a su escritorio, sus comisuras se alzaron en una sonrisa.

—Park, no muerdo. ¿Puedes acercarte por si hay algún error para será más fácil indicartelo?—. Algo en sus palabras no me convencía del todo pero aun así acate aquella órden.

—Aquí están los documentos, Señor Min—. Dí un paso en falso.

Jimin espero el duro toque de la Aterciopelada alfombra que adornava aquella oficina, pero en su lugar unas pálidas manos detuvieron su penosa caída

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Jimin espero el duro toque de la Aterciopelada alfombra que adornava aquella oficina, pero en su lugar unas pálidas manos detuvieron su penosa caída.

—¿Estas bien?—. Expresó preocupado mientras sentaba a su lindo secretario en su escritorio.

—Eh... S-si. No se preocuope—. Respondió aturdido.

Él pálido se acercó peligrosamente hacia el más bajo.

«Demasiado cerca y si me besa...»

La mirada del nombrado se dirigió hacia los labios de YoonGi, mientras éste acomodaba con suma atención la corbata de JiMin.

Al terminar con la corbata, subió su vista para terminar casi rosando los labios del castaño y notar que ése par de ojos no se apartaban de los suyos.

—Si te gusta tanto mirar mis labios, ¿Te gustara si los roso con los tuyos? —. Dijo con voz profunda y áspera, extasiando al menor.

—Y-yo, no es...—. Fué interrumpido por el íntimo toque que aunque tanto se lo negara así mismo, esperaba con ansias.

El beso subió de intensidad. Las manos de Jimin se dirigieron tímidamente al cabello oscuro del contrario profundizando más aquel beso, si es que eso era posible.

Se oyeron dos toques en la puerta, alterando a ambos.

Acomodaron rápidamente sus ropas y finalmente un sonrojado Jimin se dirigió a abrir la puerta.

—Oh, JiMin. ¿Te sientes bien? Estás algo rojo—. Dijo TaeHyung ingresando al despacho.

—E-Eh... Si—. Respondió casi en un susurro intentando disipar el bochorno en sus mejillas.

—¿Se conocen?—. La voz del pálido se hizo presente con un toque de molestia, mientras alzanba una ceja.

Espero una respuesta que no le irritarra aún más por parte de uno de sus amigos más cercanos.

—De hecho, si. La última vez que vine a visitarte y me topé con él—. Dijo sin importancia —vine para preguntarte si venías a almorzar conmigo estoy seguro de que no has comido nada más que café en todo el día—.pucherio.

—No puedo negarme cuando haces ésa cara...—. El contrario sonrio —JiMin, vuelvo en una hora. Revisa los documentos que te pedí, por favor.

—Si— Dijo cortante.

«¿Por qué actúa así con Tae? ¿Acaso se gustan?»

Pensó observando como el par salía del despacho.

Una vez salieron del edificio y caminaron hacia el carro del menor.

—Es tu nuevo juguete—. Confirmó irritado entrando al vehículo.

—No, pero pronto lo será—. Respondió confiado mientras se ponía él cinturón de seguridad.

—¿No extrañas lo... lo que teníamos?—. Se oyó un tanto triste.

—Conduce, por favor. No tengo mucho tiempo, es mejor ir a comer—. El contrario asintió en silencio y puso en marcha al carro.


Espero lo hayan disfrutado según como vayan avanzando los capítulos serán más largos.

EDITADO
—Mich 🌌.

—🐼💙


SUMISO -YoonMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora