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Él castaño, trás la petición sólo optó por obedecer.

Su voz interior gritaba: "¡no es ético!" pero sólo decidió ignorarla, pues aquella voz fue tan demandante que disipaba a su sentido común.

Se arrodilló y dió una lamida al glande, sacando gemidos roncos al contrario. Orgulloso por el sonido, lamió unas cuantas veces desde la punta hasta la base para después engullir todo el falo rápidamente, empezando a subir y bajar con un ritmo mediano.

Por su parte, YoonGi sólo estaba fascinado por lo caliente y húmeda que podía ser la boca del menor y el placer que ésta llegaba a causarle con su vaivén.

Tomó entre sus manos el cabello del menor y empezó a penetrar su boca. Logrando sentir como su miembro tocaba la campanilla del menor y exitandoce aún más al ver pequeñas lágrimas en sus ojos.

Una, dos, tres estocadas más fueron necesarias para llenar la boca del más pequeño con su esencia.

—Tragalo todo, sé un buen Bebé para Daddy—. Su voz era lujuriosa.

Vió satisfecho cómo el menor acataba su orden, se levantó y volteó al menor. Lo arrimó a la mesa, enseguida abrió el cajón izquierdo del escritorio y sacó un bote de lubricante, algo parecido a un anillo -un poco grande para un dedo- y un vibrador pequeño. Cubrió el aparato con aquel líquido y lo metió en la entrada del menor sin preparación, para luego encenderlo al máximo.

JiMin al sentir la intromisión soltó un jadeo ahogado que se perdío en su garganta.

—Se-ñorrr Min... ahb ¿qué es... uhg éso?— el aludido sonrió satisfecho.

—JiMin—. Le dió una fuerte nalgada —No es Señor Min—. Una vez más, su glúteo fue golpeado —Es  DA-DDY—. Dos nalgadas más —Ahora vístete, iremos a un lugar más cómodo, Bebé.

JiMin obedeció sin entender porqué ése trato, ésos nombres extraños, ésas nalgadas y el hecho de qué tenía que vestirse con el intruso en su recto, y aún peor por qué le agradaba tanto. Es que se sentía tan... Bien.

JiMin ya vestido, a duras penas se podía mantener de pié debido a el placer que aquel pequeño juguete le otorgaba.

—Ven conmigo, Bebé—. Ronroneó el pálido en su oído, solo empeorando su problema.

—S-Si, umm. Si, Daddy—. Después de éso, un abochornado JiMin y un orgulloso YoonGi se dirigieron al auto del mayor —¿A -dó-dónde me lleva, Da-Daddy?

—A mi casa, Bebé. Tú serás perfecto para un lugar en el que quiero jugar desde hace mucho.

No se mencionó nada después de éso. Pues el menor se concentraba en el placer que el juguete le proporcionaba y al dolor de su miembro al no poder correrse por el anillo en él. El pálido sólo le observaba de vez en cuando para disfrutar de la vista.

Su secretario retorciendose en el asiento de su auto, sufriendo por no poder correrse gracias al anillo y con lágrimas cayendo de sus ojos por tal placer.

Simplemente perfecto.

Llegaron al portón de una manción bastante alejada.

Cuando la puerta se abrió, JiMin vió una casa bastante grande pero no exagerada ni ostentosa,  rodeada de espacios verdes, muchas rosas blancas y negras en éstos y una sala exterior bastante linda.

El mayor estacionó el auto, se bajó y cerró la puerta, caminó alrededor de su auto y abrió la puerta del copiloto. Cargó a JiMin en brazos y cerró la puerta como pudo, para dirigirse hacia la bella casa de color azul marino.

Una vez dentro, JiMin pudo contemplar una sala con paredes y pisos blancos, sillones de cuero cafés y una mesa de vidrio con patas de madera clara en medio de ésta.

No pudo detallar más, ya que el mayor le llevó a unas hermosas escaleras de color negro que le daban un toque rústico y contrastaban con tanto blanco.

Fué llevado a la única habitación que no tenia la puerta blanca, sinó rojo oscuro con un letrero que decía "no entrar". El mayor abrió la puerta a duras penas con él menor en brazos y lo recostó en una cama redonda.

Era una habitación que en contraste a toda la casa, que tenía su toque minimalista, era de color negro desde el techo hasta el piso. Iluminada por unas luces rojas ya que la única ventana era cubierta por gruesas cortinas, y al lado un armario muy grande con muchos cajones.

—Mirá, Bebé, éste es mi cuarto de juegos, y es de éste color porqué es el reflejo de mis deseos de los que hoy tú serás el partícipe—. Caminaba peligrosamente hacia el castaño —Y nos vamos a divertir mucho—. Cerró con una sonrisa muy perversa y lo miró con ésos ojos negros profundos que sólo eran un aviso de lo perturbado que estaba el portante de los mismos.

Ésa mezcla perfecta logró estremecer el cuero del menor.

Espero y lo hayan disfrutado, nos leemos luego. (๑♡⌓♡๑)

EDITADO
—Mich 🌌.

—🐼💙

SUMISO -YoonMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora