capítulo 4

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Me desperté sintiendo dolor, los analgésicos habían perdido su efecto, abro los ojos poco a poco sintiendo un tremendo dolor de cabeza me rodea el color blanco, estoy postrada en una cama que no es la mía y el aire huele a hospital ¡HOSPITAL! claro, todos los recuerdos de lo sucedido se agolpan en mi cabeza y acrecentan mi dolor, el sonido de la puerta al abrirse me sobresalta, un hombre con bata de médico me sonríe desde la puerta y me tenso en seguida

DR: hola señorita García, soy el Dr. Carlos Sánchez, dígame ¿cómo se encuentra?

Asiento para indicarle que estoy bien, pero el médico que no parece estar de acuerdo conmigo se acerca unos pasos más para comprobar los sueros y la vía y yo como una idiota solo puedo temblar ante su cercanía

DR: ¿Te duele la cabeza?- Dice mientras me alumbra con una pequeña linterna los ojos y mi corazón se acelera cuando me toca y sin poder parar mi impulso una lágrima empieza a rodar por mi mejilla

DR: No llore señorita, le prometo que no voy a hacerle daño, ahora una enfermera vendrá a administrarle un calmante para el dolor de cabeza, quiero que sepa que puede hablar conmigo cuando quiera, no soy como él. Iré a llamar a su amiga, está como loca corriendo por el pasillo

Sale de la habitación y casi al momento entra Inas como un remolino de pura energía, cierra la puerta y en menos de dos zancadas ya está a mi lado

Inas: ¿lista para irte de fiesta?- sonrío y niego con la cabeza débilmente- ese camisón con la espalda descubierta es de lo más probocador- me carcajeo un instante antes de llevarme las manos a la cabeza en un intento de calmar mi dolor latente

Entró en la habitación una enfermera con una amplia sonrisa, me inyecta un calmante y me dice que fuera está la policía

___: no quiero prestar declaración

INAS: pero nena tienes que hacerlo, ese gilipollas se lo merece

___: Inas es el mejor abogado del país, tiene muchos contactos, no va a ir a la cárcel y cuando se entere va a venir a por mí- En la habitación entra mi mejor amigo Marc, bajo la cabeza y todos se quedan en silencio, sé que me miran pero no puedo mirarlos

Marc: OH NO NENA! a mí ni se te ocurra, te prometo que no muerdo, aunque siempre has sido una tentación para mí- Lo miro poco a poco y mi cuerpo se relaja solo un poco cuando sonríe

Marc: La señorita... e Inas tienen razón, tienes que denunciar - niego con la cabeza y él suspira- ah, ¿me has dicho que los llame?- va hacia la puerta

___: ¡NO!- se para y me mira- por favor no les llames

Marc: esa es mi bebé- se acerca a mí y besa mi frente- te quiero nena, y estoy aquí para lo que quieras

si me quieres... que sea de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora