VIII

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Querido Diario:

Recuérdenme por qué rayos existe la timidez.

     Esta mañana, me dirigía a mi clase de Historia cuando me encontré a Matt. Me preguntó en dónde quedaba el gimnasio. Al principio mi mente no asimilaba la situación. Seguro parecía una enferma mental tratando de buscar las palabras correctas para responderle. Ya me cuesta hablar con personas en general, créanme que fue mucho peor con él. Y déjenme decirles que es muchísimo más guapo en persona, nada comparado a verlo de lejos.

     Cuando por fin logré explicarle el camino, no tartamudeé tanto, gracias a Dios. Creo que a él le pareció divertida la situación porque tenía una media sonrisa. Me dio las gracias y se fue por donde le indiqué.

     Él tampoco me pareció una mala persona, y realmente no creo volver a comportarme normal si vuelvo a hablar con él.

     Bueno, si es que llego a hablar con él otra vez.

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