××Desesperante××

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Lexi caminó durante una hora hasta detenerse en la biblioteca del pueblo, quizo entrar y leer un buen libro simplemente para sacar de su cabeza las palabras de su padre, pero decidió quedarse fuera sentada en los escalones de la entrada. La luz del sol se había ido casi por completo, de seguro iban a dar las 6:30 que es cuando la noche hace presencia, escuchó decir a unas personas que debían irse a casa deprisa pues hoy era día de luna llena, el cielo estaba despejado y que él saldría.

Fruncio el ceño confundida, ¿quien saldría?.

'Acaso vivía un hombre lobo en Orville y no estaba enterada', pensó divertida.

—eres escurridiza

Ella saltó de susto, la voz repentina hizo que por un instante quisiera gritar, sin embargo dejó escapar un suspiro de alivio dándose cuenta de a quien tenía enfrente.

—¿que hace aquí?—preguntó viendo al detective Norman sentarse a su lado

—la busqué un rato, esperaba hablar con usted—le dijo

—am... claro—respondió—pero, ¿siempre es tan formal al hablar? no me malinterprete, no quisiera que me hable como una amiga, sino la razón es que me incómoda que me traten de usted

—en realidad es la manera correcta de dirigirme, no sería buen visto que le hable de tú, ya que puede dar paso a malos entendidos, aunque podría cambiarlo.

—gracias—le sonrió—es sólo que a mis abuelos les gustaba tratarme formalmente y eso no me trae buenos recuerdos

—no tienes que darme explicaciones—habló Alex Norman notando que la chica se había puesto un tanto incómoda

—cierto—Lexi lo mira avergonzada, estaba haciéndole perder el tiempo al detective comportándose como una tonta—venía a hablarme de algo ¿no es así?

Alex asintió.

—primero, para decirte que no escuche las palabras de su padre, eres una chica muy valiente por haber escapado de ese imbécil, suerte o no, estás con vida, es lo que importa

—quisiera que fuera tan simple, me duele saber que piensa eso de mí—bufó—debería estar acostumbrada

—te entiendo, la palabra 'suerte' la he escuchado durante los últimos cuatro años, obviamente dicha más como un insulto a mi trabajo

Él sonríe sin una pizca de gracia, hizo un gran logro en su carrera y las personas creían que los méritos no los merecía. Pese a las malas críticas Alex pensaba que la mayor recompenza por arrestar a unos de los narcotraficantes más buscados del país no era obtener los alagos de los demás, sino ver a la mujer que amó a salvo y feliz.

—en ocasiones tienes que ignorar las palabras dañinas—continúa hablando—como dije, eres valiente, prometo que no descansaremos hasta dar con el hombre que te lastimó, tienes mi palabra de que cualquier pista que descubra te la diré, incluso si a su padre le molesta.

Ella lo ve levantarse e imita su acción.

—papá no es una persona fácil, trata de cuidarme de una manera extraña, me ama, lo sé, aunque a veces le cueste demostrarlo—baja los escalones y Alex la sigue—además, detective acaba de ganarse mi respeto

—¿por qué?—indagó

—llevarle la contraria a un monstruo como Timothy Reed es algo que no se mira con frecuencia.

Alex negó sonriendo, si Lexi supiera, Timothy no era un monstruo, no como los que él a visto.

—vamos Lexi, te acompañare a casa—dice caminando calle abajo.

AEDUS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora