××Lindo Detalle××

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Una en un millón, esa era la probabilidad de encontrar a alguien de su agrado, quizás nunca pensó que en algún punto de su vida se toparia con ella, pero ahí está, justo frente a sus ojos.

Sabe que no puede salir del auto, tocar la puerta de su casa y decir 'Hola soy la persona que casi te asesina, un gusto verte de nuevo'.

Sonrió de manera burlesca apenas penso en aquello.

—Lexi Reed—dijo viendo como la chica camina en su habitación del segundo piso, tan despreocupada cantando una canción horrible de pop, con las ventanas abiertas dejando entrar el frío aire de Orville.

Era como si le mostrara al mundo y especialmente a él que seguía de pie, que no le temía.

Las horas pasaron hasta que las luces de la familia Reed se apagaron, el auto del oficial seguía en la esquina cuidando a la jóven, sin embargo él está cien por ciento seguro que el policía que la "cuida" duerme plácidamente.

Como no hacerlo si esos hombres hacen turnos de veinte horas al día por la falta de personal.

Bueno, es su momento.

Debe darle algo y no puede esperar más.

Bajando sigiloso del auto, aprieta en sus manos la caja de regalo que lleva consigo, cruza la calle y llega al buzón de los Reed.

—¿que haces?—indaga una voz detrás de él.

Por un fallo en sus cálculos no predijo que esto pasaría. Pues al voltear miro a sus hermanos cruzados de brazos, viéndolo con furia.

—te adverti que no lo hicieras—su hermana avanza a él con la intención de arrebatarle la caja, aunque él es más rápido y lo evita.

—¿enserio quieres hacer un escándalo?—mira calle abajo dándose cuenta que están solos, al menos el policía no se a percatado

—acordamos que su obsequio se lo darías mañana, en el colegio, donde todos puedan ver la cara de terror que ponga al...

—¡vete a la mierda!—se acercó a ella logrando que por primera vez desde que vino, su hermana mayor se pusiera alerta—te agradezco que consigueras lo que pedí pero lo que haga con mis presas solo me concierne a mí, así que no te metas—sentenció

—Que molestos—musito el menor quien los veía como espectador—¡las cosas son simples y ya!—eleva su voz logrando que ellos le presten atención

Notando un despiste su hermano decide arrebatarle la caja y correr con ésta hasta la entrada de la casa, la deja frente a la puerta y toca el timbre.

Las miradas de sorpresa en los rostros de sus hermanos eran para reírse, pero lo dejara para después.

—¿se quedaran ahí como estúpidos?—les grita mientras corre al bosque y desaparece entre los árboles.

—a veces desearía que fuéramos una típica familia—Dany suspira y sube al auto.

—no pidas lo imposible—contesta él subiéndose del lado del conductor—¿cual será su reac..?

AEDUS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora