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Como era de esperar, la policía llegó tarde, las llamadas de los vecinos se hicieron una hora después de notar las llamas por ¿temor?. Quizás fué eso.
Norman pensó que tener fé en las personas de éste pueblo es una pérdida de tiempo, y así se da cuenta porque el asesino de Luna sigue suelto, era como si cada habitante tuviera una venda en los ojos y fueran manipulados fácilmente.
Una patrulla, ¿¡una patrulla!?. Si, la falta de personal e interés se mostró con la llegada de una sola patrulla.
Dos oficiales descendieron de ella y se acercaron al detective y Aedus quienes están sentados a unos metros de lo que queda de la casa.
Uno de ellos los inspecciona con la mirada, ambos con la ropa sucia, pero la atención se fijó en Norman debido a las manchas de sangre.
—¿Quiere una explicación? —dice Norman
El oficial levanta la vista y nota un cuerpo tendido en el pavimento, unos pasos atrás de ellos.
Toma su radio e indica a su compañero que sigue en la patrulla que necesitan una ambulancia.
—no es necesario—habló Aedus—está muerta, y....¿no llamará a los bomberos?, el fuego si no se controla llegará a los árboles y se expandirá—sonríe burlón—eso sería hermoso de ver.
El oficial retroce y le indica al compañero que necesitan a los bomberos.
Unas horas transcurren.
El incendio se apaga en totalidad y el cuerpo de Dany es levantado del lugar y llevado a la morgue.
—lo ve—indica Aedus observando que se retiran del lugar—hacen su "trabajo" y se largan, no nos hicieron preguntas de nada.
—lo harán—afirma Norman
Aedus suelta una carcajada.
—no sospechan de usted, el detective de renombre que vino como su salvador, creen que usted hará su investigación y dará con el culpable, los bomberos apagaron las llamas y termina para ellos, el médico forense vino a ver la piel pálida de Dany, no buscó cerca el arma homicida , que por cierto está enterrada apenas por debajo de la tierra, aún así no son capaces de verla, Orville es un puto asco.
Norman no pudo debatir.
Se quedó en silencio, él tiene razón, la ineptitud de las autoridades en el pueblo es una vergüenza.
Confían que un extraño como Norman puede cambiar el destino de Orville. Un destino miserable que ellos mismos permitieron que pasara.
—¿adónde vas? —pregunta Norman al ver que Aedus se levanta y camina calle abajo
—sigame—le ordena.
El detective se ponde de pie y le sigue.
No toma mucho tiempo cuando Aedus se detiene frente a la comisaría.
—les daré un pequeño regalo—dijo Aedus mientras avanza dentro del edificio.
Norman lo sigue tal cuál mascota sigue a su dueño.
No sabe que piensa hacer el muchacho, nada de lo que hace tiene sentido y carece de lógica, entonces no sabe a que atenerse.
Aedus llega a la sala de espera, y se encuentran a una pareja de ancianos que conversan con un policía, el cuál les da la noticia que encontraron el cuerpo sin vida de su hijo, el cuerpo es irreconocible.
La mujer le grita que se equivoca, que si el cuerpo es irreconocible como saben que es su hijo.
El policía extiende su mano que sostiene un pañuelo, envuelto en ese está una placa con un nombre grabado.
Norman la reconoce.
Es la placa de Morton.
La pareja son sus padres.
El llanto de la mujer le destroza el corazón sintiendo la culpa de no poder salvar a su mejor amigo.
—tranquilo—la mano de Aedus se posa en su hombro—lo que haré será rápido
El joven avanza llegando junto a la pareja .
—lamento su pérdida—lo miran confusos dado que no conocen al muchacho—era amigo del detective Morton—explica logrando que la pareja de ancianos le sonría con dulzura.
—¿como lo conociste? —pregunta la anciana con voz temblorosa
—digamos que él me daba consejos cada vez que me metía en problemas.
—Aedus y problemas no van en la misma oracion—bromea el policía.
—¿eres un buen muchacho?—indaga el padre Morton
—es un estudiante modelo, con las calificaciones más altas del pueblo, además de ser un gran atleta—elogia el policía.
—pero soy muy joven y tonto que a veces tomo malas decisiones—Aedus rasca su nuca "avergonzado".
Que buen actor, pensó Norman.
—el detective Morton era como un padre para mí, sus palabras de aliento las llevaré conmigo siempre, prometo que honraré su memoria siendo un hombre recto así como él quería.
Norman abre sus ojos incrédulo, ya que una lágrima desliza por la mejilla del muchacho.
—es por eso que no quiero que su muerte quedé impune, decenas de asesinatos se han cometido en Orville y las investigaciones quedan sin avance, dejadas en el olvido—limpió la única lágrima que derramó y dijo—sé quién lo asesino y juro que no me mantendré callado, no importa si corro peligro, hablaré con la verdad.
El joven volteó en dirección a Norman y lo señalo.
—él es el asesino y tengo pruebas.
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AEDUS ©
Gizem / GerilimPermanece quieto, viendo desde su ventana, oculto en la oscuridad, esperando ansioso que las agujas del reloj marquen las 12:00 am. Cuando las campanas suenan anunciando un nuevo día, también anuncian el inicio de la matanza. Aquellos sin suerte qu...