CAPITULO 15: ME ENTREGO A EL

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Han pasado algunas semanas desde que vivimos con mi familia. Y no ha sido tan difícil como imaginaba. Aunque se ha vuelto una rutina, ya me acostumbré a la locura de mi vida.

Cada mañana despierto temprano, hago el desayuno para mi familia, después Oliver me lleva a la escuela y me da clase. Y por la tarde voy con mi hermana y tío. Ellos me llevan a casa mientras que Oliver tiene que ir a trabajar a la empresa de su madre.

Es una rutina simple, y el hecho de no tener que ver a Oliver todo el día lo hace más fácil. Sólo es molestó al llegar porque el sabe que frente a mi tío el es mi vida. Pero de ahí supongo que todo ha sido lindo.

Es viernes por la noche. Mi madre y hermana fueron a casa de mis abuelos. Mientras yo me quedé en casa ya que mi mamá me pido que me quedara a esperar a mi tío y Oliver. Ha pasado un rato desde que se fueron. Una hora aproximadamente.
Acabe mi quehacer, y decido dar una vuelta por el vecindario antes de que ellos regresen. Salgo sin pensarlo demasiado, comienzo a vagar por las calles mientras pienso en Oliver. En cómo se ha comportado hasta hoy. Algo en mi me hace pensar que puedo confiar en el.
Sigo pensando en el cuando comienzo a sentir la lluvia caer. Veo al cielo y observó las nubes negras mientras el agua cae poco a poco. Decido ir rápido a casa. Aunque estoy a unos 15 minutos de casa.
Aunque intente correr por unos minutos la lluvia me alcanzó, y al cabo de unos minutos era un completo aguacero. Pero aún así no me detuve hasta llegar a casa. Una vez ahí me quite los zapatos y fui a mi cuarto a cambiarme. A punto de entrar al baño para ducharme de una vez el ruido del teléfono me interrumpe, bajo rápidamente y contestó - bueno, ¿quien habla? -

- Bueno, amor, soy yo Oliver. Sólo marcó para avisar que llegaré un poco tarde -

- Esta bien Oliver - contestó aún con mi voz temblorosa por el frío que me causa la ropa mojada

-¿estás bien amor? Te escuchas rara -

-Estoy bien. - digo intentando calmar mi voz temblorosa - bueno me tengo que ir. Adiós - me despido rápidamente de el para por fin cambiarme. Me dirijo a las escaleras nuevamente cuando suena el timbre de la puerta, maldigo un poco en mi cabeza pero al final decido abrir.
Al abrir veo que es mi tío - Hola hija, ya regrese - entra sin ver mi apariencia

- Hola tío. Que bueno que volviste - cierro la puerta y me dirijo a la sala junto con el - bueno ahorita vuelvo - mi tío voltea, dándose cuenta que estoy empapada

-Hija, ¿que te pasó? ¿Porqué estas toda mojada? - pregunta mientras se quita su saco y me lo pone

- Es que... Salí a dar una vuelta pero me agarró la lluvia cuando regresaba, pero ya voy a cambiarme antes de que me haga daño - señaló que iré arriba mientras mi tío sólo asiente con la cabeza. Por fin subo hasta mi cuarto. Decido darme un baño. Pasan unos 10 minutos cuando salgo ya con mi piyama de corazones. Es una piyama pequeña de short y blusa de tirantes. Admito que no es la mejor pero no tenía otra seca. Ignoro el problema y bajo a la cocina para cenar con mi tío.

El calentó la cena para nosotros dos. Por lo que al bajar ya estaba la comida en la mesa. Me senté con el y comienzo a comer

- Hija, deberías haberte puesto otra piyama. No quiero que te enfermes -

- Lo se tío, pero mi mamá lavo la ropa en la mañana y no se han secado mis pijamas -

- Te hubieras puesto una mía o una de tu querido esposo. Seguro que tiene muchas ¿no es asi? - su cara cambio una seria

- Tío, no quiero discutir esto. Iré a dormir primero. - Me levanté de la mesa sin más y deje a mi tío cenando solo. La verdad no me siento bien pero si le decía me hubiera regañado aún más.
Fui a mi cuarto y me acosté acurrucandome bien con mis cobijas ya que sentia mucho frío. Pensé que era por la pijama que tenía puesta por lo que no pensé más.
Pasado unos minutos seguía sintiendo frío. Quise llamar a mi tío pero al parecer no escuchaba

COMPRADA POR MI MAESTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora