CAPÍTULO 25: CONTANDO SECRETOS

10 1 0
                                    

A la mañana siguiente comenzaría mi tortura. Bueno en pocas palabras mañana comenzaríamos con todo el asunto de la mudanza, y no me lo tomen a mal, el hecho de mudarme con Oliver me hacía feliz, aunque me hubiera gustado que fuera en otras condiciones pero bueno.

No puedo esperar que todo en mi vida sea hermoso y perfecto. Lo fue por mucho tiempo. Y aunque todo empezó a cambiar cuando llegó Oliver estoy agradecida de que el amor de mi vida este conmigo

Pero bueno, volviendo al asunto principal. Ya amaneció, por lo que es hora de empezar a empacar, y lo se quedan dos días pero junto a Oliver quedamos en irnos justo después de mi fiesta así que teníamos que preparar todo.

Me levanté con todo el ánimo que me fue posible para meterme a bañar. Esta vez no busque a Oliver pues sabía que estaba en el trabajo en este momento. Mientras yo me alistaba para la escuela.

Termine a tiempo para irme. Baje las escaleras y pude ver a David y Rebeca saliendo tomados de la mano, mientras mi hermana corría en dirección al coche. Yo solo mire esa escena, la cual demostraba una linda familia o al menos eso parecía. Mi mama salió de la cocina interrumpiendo mis pensamientos una vez más – Hija, ¿ya te vas? – la miro por un momento para luego regresar la vista y ver que mi tío me mira también.

– Si, ya me voy mamá – digo mientras tomo mi mochila y me dirijo a la puerta

– Dile a tu tío que te lleve – ambos nos quedamos viendo

– No, iré caminando – sin decir más salí de la casa pasando al lado de David. Pude sentir su mirada por un momento pero luego continúe con mi camino hasta la escuela.

Al llegar a la escuela, encuentro a mis amigas en la puerta – ¡Hola chicas! – digo gritando un poco

– Hola Keily – dicen ambas mientras me toman de los brazos para comenzar a caminar las tres entrelazadas de los brazos.

– Keily tenemos que hablar seriamente contigo – dicen ambas mientras continúan caminando serías.

– ¡No confesaré nada! – digo en forma de broma

– Ambas se detienen y me miran un momento – ¿Ya te reconciliaste con el tío David? – pregunta finalmente Mafer

Miro al suelo un momento al mismo tiempo que siento el nudo en la garganta – No. El y yo seguimos peleados – siento que mis lágrimas empiezan a caer

– Tranquila amiga. Todo va estar bien. Verás que en unos días el y tú volverán a ser los mismos – dice Ángela mientras me abraza

Controlo mis lágrimas un momento para tomar a ambas y llevarlas a donde nadie pueda escucharnos. Finalmente las llevó a la parte trasera de la escuela, donde hay un gran patio. Las dirijo hasta el árbol más lejano, para finalmente sentarnos y hablar

– ¿Porqué nos trajiste hasta acá? – cuestiona Mafer

– Nos dirá que mató a alguien y no quiere que nadie escuche – Ángela ríe ante su comentario y Mafer la acompaña mientras yo solo sonrió de lado

– Es cierto que no quiero que nadie nos escuche pero es porque. Tengo que confesarles un secreto enorme. Algo que les he ocultado un tiempo. Y lo haré porque no puedo ocultarlo más. Tarde o temprano lo sabrán –

– Ya dinos que es – Mafer me regaña por demorarme en decirles

– Esta  bien. Lo que les quiero decir es que... – tomo un poco de aire y continuó. – Estoy casada con el maestro Oliver – digo por fin mientras respiro aliviada

– ¿Que? – contestan ambas sorprendidas – ¿Como? ¿Cuando?

– Tranquilas, les contaré todo. Pues todo empezó cuando comencé a quedarme a las tutorías con el. Me empezó a gustar demasiado y tras dos meses le declare mi amor, ese mismo día el me dijo que también me amaba... – me detuve un momento para observar sus rostros. Ambas estaban sentadas con las piernas cruzadas con la cara reposadas en sus manos mientras miraban atentas

– No te detengas – me regañaron ambas por lo que continúe

– Bueno pues después de que ambos declaramos nuestro amor el me beso. Y me  pidió que fuera su novia. Yo acepté y comenzamos a salir. – detuve un momento mis palabras otra vez ya que no sabía si decirles que me casé con el por mi hermana, pero tras unos segundos continúe – Al día siguiente yo me enteré que el era un mujeriego, además de que lo descubrí con maestra de Matemáticas haciendo el amor...

– Esto esta mejor que la novela de las 8 – comenta Ángela por lo que comenzamos a reír

– Bueno el chiste es que termine con el pero no acabo ahí. Luego el me intentó explicar y empezó a pedir perdón. Aunque yo no quise escuchar debido a que me dolía mucho lo que había hecho –

– Entonces la vez que te llamó y nosotras te orillamos a ir ¿fue para eso? – pregunta Mafer

– Así es. Pero esta bien porque ustedes no sabían nada hasta ese momento

– ¿Y luego que pasó? ¿Como es que terminaste casada con el ? –

– Pues recuerdan que mi hermana enfermo y fue a dar al hospital. Pues necesitaba una cirugía como ya saben. Pero no conseguíamos el dinero. Un día el llegó a casa con mi mamá y le dijo que si yo me casaba con el, pagaría la cirugía.  Pero no fue mi mamá la que aceptó el trato. Si no que fui yo. Desde entonces el vive en mi casa pero no se lleva bien con mi tío.

– ¿Y eso que tiene que ver con el hecho de que estas peleada con tu tío?  – pregunta Ángela mientras ambas me miran atentas

–  Pues como les acabo de decir no se llevan para nada bien. Y el me ha dicho que elija a uno. Pero... –

– ¿Pero escogiste a él maestro Oliver? – dice Mafer con curiosidad
 
– Pues la verdad no. Debo admitir que iba a escoger a mi tío. Yo lo quiero mucho. Tal vez más que a Oliver pero el día que se lo iba a decir empezó a decir que me fuera con el. Yo por el enojo le dije que me iría si eso quería –

Ángela empieza a hablar confundida – entonces ¿amas a Oliver o David?.  –

– A los dos. Pero a Oliver lo veo como mi esposo, como hombre. Mientras que a David lo veo como mi tío –

– ¿Estas segura Keily? – Ángela me mira fijamente como buscando la verdad

– Si claro. David es mi tío. Y yo lo quiero mucho. Pero como a un tío –

– ¿Entonces que harás? – continua interrogándome Ángela

– Pues irme a vivir con Oliver a otra casa. Mi tío ya no me quiere ver ahí. Además es hora de que viva con el. Digo no quería hacerlo en un principio pero ahora estoy segura

– Esta bien. Nosotras te apoyamos – dice resignada finalmente Ángela.

Tras esta larga historia en la que por fin le conté a mis amigas la verdad. Sonó el timbre de la campana que indicaba que la primera clase iba a empezar por lo que nos levantamos y fuimos corriendo hasta el salón.

Hoy la primera clase era con Oliver por lo que al entrar con mis amigas ellas me hicieron burla después de que yo dijera – buenos días profesor – ellas imitaron mi frase pero con un toque burlón y coqueto – buenos días profesor. Al final reímos y Oliver se unió a nosotras.

COMPRADA POR MI MAESTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora