Domingo, 3:12 am
Estoy perdido en mi propia ansiedad. Mi alma pide a gritos salir a buscarte. El vacío de la madrugada me ha susurrado que aún no has vuelto, cuando yo he jurado verte frente a mí la noche anterior. Me estoy ahogando en la nada, en versos sueltos, en escritos pobres, que intentan llamarte a escondidas. Mi diario quiere leerme, pero solo he conseguido llenar cada letra de una historia rota que llora inconsolable, y por cada gota de tinta derramada en mi hoja arrugada, escucho el eco profundo de mi esperanza cada vez más débil, cada vez más hiriente. Estoy tan lejos de ti que las palabras no me llegan, pero los recuerdos nunca fallan. Nunca falla el primer beso, el primer juramento de amor. Extraño oír tu voz, oírte decir que me amas. Extraño la última noche que te vi, cuando me dijiste al oído que te quedarías para siempre, aunque haya sido para calmar mi temor y luego irte para no volver. Tus infinitos ojos lloran justo frente a mí, y cuando quiero besarlos vuelvo a tropezar con la realidad, con mi almohada, con la pluma, con el papel empolvado y viejo. Me odio, por escribir tan mal cuando he pasado tanto tiempo buscando la palabra que encaje perfectamente en la cadena. El insomnio no se ha ido, y ya no sé si es malo. No tengo claro cuándo fue que dormí por última vez. Te sigo esperando. Es temprano, puedes venir si quieres. El café de la mañana te espera tibio. Ven y abrázame, calma mi dolor un rato, necesito de ti incluso más que de mi propia existencia. Cura mi insomnio y quédate a dormir conmigo, tan solo..una vez más.
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Como un grito al silencio
PuisiMis noches eran desvelo y llanto. Sin pensarlo, me perdí en la poesía, en una poesía muy mía, que se alimentaba de mis recuerdos y de la necesidad de volver a respirar. Entre lágrimas escribía lo que recordaba, en metáfora. La tristeza me invadía; y...