Exacto hoy subí dos relatos juntos ya que el primero era muy corto pero muy importante, sin más que lo disfruten:
-¡Oh! ¡Ahí hay uno!
Elsa tiró el volante a la izquierda con fuerza mientras su hermana dirigía un dedo a la dirección del lugar vacío para estacionarse.
-Coño, al fin- murmuró, tirando del freno de mano y girando la llave para apagar el auto. Anna ya había desabrochado su cinturón de seguridad y estaba a la medio fuera del asiento del copiloto llamando a un grupo de chicas que caminaban por el estacionamiento. Elsa la vio trotar para alcanzarlas y suspiró.
Como si ella quisiera pasar el rato con tu penoso ser. Es amiga de prácticamente todos aquí, incluso a los jugadores del otro equipo.
Elsa se arrastró del auto, pero no sin antes contemplar si podría escaparse sentándose ahí dentro toda la noche sin seguridad pensando en que estaba ahí para lidiar con los alegres e ingenuos estudiantes de primer año.
¿Prefieres sentarte en una celda de cárcel toda la noche o enfrentar la situación y mirar tres horas de fútbol americano que valgan la pena?... En realidad, no contestes.
Se dirigió al campo, tratando de resistir la tentación de darse la vuelta e irse, recordando la promesa que hizo a su madre de cuidar a Anna.
Su hermana estaba pasando por la parte de la conducta post-ruptura a la que Elsa gustaba llamar "estar completamente loco", en la que una persona que fue votada recientemente trata de llenar el vacío que su otra mitad dejó con cosas como partidos de fútbol, fiestas y simplemente interacción general con otras personas. La chica mayor no vio apelación absoluta.
A pesar de todo, ahora que Anna había roto con Hans -Elsa se negaba a aceptar que el universitario botó a su hermana porque ella no quería complacerle -estaba buscando otras maneras de llenar su necesidad de contacto humano. Y por mucho que Elsa deseara poder darle eso, sabía que Anna no era exactamente una gran fan de Starcraft o los comics como para querer pasar todo el día encerrada en el cuarto de Elsa.
Aunque nunca lo admitiría, una pequeña parte de Elsa estaba feliz de que su madre la haya forzado a ir de chaperona, o probablemente habría hecho una excusa para mantenerse pegada a la pantalla de su computadora, perdiendo la adorable visualización que en ese momento estaba presenciando. Su hermana estaba saltando de arriba a abajo con entusiasmo, los listones verdes y púrpuras que había entrelazado en sus trenzas cuando estaban en el auto brillaban debajo de las luces mientras sonreía a sus amigos.
Dios, qué linda es.
Elsa sintió una boba sonrisa en el rostro cuando su hermana la saludó con señas.
La sonrisa desapareció muy rápidamente cuando Elsa se dio cuenta de que iba a tener que hablar con las amigas de Anna. Sabía que el espectro de emociones que las chicas sentían por ella oscilaban entre ligeramente asustadiza hasta completamente hostil, este último sobre todo debido a un desafortunado accidente que terminó con un vaso de refresco de las manos de Elsa al vestido nuevo de una de las amigas de Anna. No lo había hecho a propósito, por supuesto, pero su nerviosa y balbuceante explicación sobre manos sudorosas había sido ahogada por los chillidos de la chica, mientras claramente trataba de hacer saber a todos dentro de un radio de diez millas lo caro que era el vestido con el puro volumen de sus gritos.
Elsa se quedó mirando al grupo de chicas mientras ellas la veían con recelo.
Mierda, mierda, mierda. Muy bien. No arruines esto. Sé normal. Por el amor de Dios sólo tratar de ser normal.
-Chicos, conocen a mi hemana, ¿verdad?-Preguntó Anna, tirando de la chica mayor a su lado. Elsa saludó con un pequeño ademán.
-Hola, Elsa- una chica respondió, inclinando un poco su cabeza. -¿Lista para algo de fútbol?