GENTE BONITA DEL GREMIO DE TR!!!!!!! EH REGRESADOOOOOOOO :D feliz navidad que lo disfruten:
Elsa vaciló ante la puerta del dormitorio de su hermana, puño en alto, mientras escuchaba cualquier sonido que viniera desde dentro de esta que pudiera dar una indicación del estado actual de Anna.
Al no oír nada, suspiró, golpeando suavemente con los nudillos contra la madera. "Anna?" ella llamó, con timidez. "¿Estas lista para irnos?"
"Sí, casi," dijo una voz apagada. "Estoy sólo- dame un segundo, ¿de acuerdo?"
Elsa asintió. Ella no te puede ver, idiota. "Está bien", respondió ella, tirando de su teléfono de su bolsillo trasero, antes de inclinarse contra la pared a esperar a la chica más joven. Ella echó un vistazo a la pantalla, teniendo en cuenta el tiempo. Anna debía estar en el hospital en treinta minutos.
Elsa jugueteó con el dispositivo en sus manos, mordiendo el interior de su mejilla y golpeando nerviosamente el pie. Estaba preocupada por el próximo procedimiento, no porque fuera particularmente peligroso, pero la cirugía era la cirugía, y la idea de herir a Anna para cualquier cosa era impensable.
¿Te refieres a la forma en que tú la hieres?
Elsa resopló, inclinando la cabeza hacia un lado y descansándola en la pared con un golpe. Deseó que no fuera cierto, pero tan pronto como Anna se había excusado de pasar tiempo con ella ayer - citando el desfase de horarios y un dolor persistente en el tobillo - Elsa sabía que su despido el sábado por la noche había herido profundamente a su hermana. Se había pasado el resto de la tarde tratando de pensar en maneras de hacer las paces con ella, con un centenar de maneras que parecían mal, y ninguna parecía correcta.
El sonido de algo al caer al suelo, seguido de maldiciones entre dientes, interrumpió su tren de pensamiento. "Todo bien ahí dentro?" cuestionó, con el ceño fruncido. "¿Necesitas ayuda?"
"No", fue la respuesta decidida de Anna. Una pausa. "Sí."
Elsa no pudo detener una pequeña sonrisa tirando de su boca. Es bueno ver que su obstinación sigue intacta. Ellaabrió la puerta.
Anna estaba sentada en la silla de su escritorio, un par de pantalones cortos agrupados alrededor de sus pies y sus muletas al azar esparcidas en el suelo. Ella parecía irritada. "No puedo conseguir que estos malditos pantalones suban más de esta estúpida cosa", dijo ella, agitando un brazo en el espesor de yeso que encierra su tobillo y la mayor parte de la espinilla, gruño. "Sólo puedo agacharme hasta aquí. Sería mucho más fácil si los médicos ingleses no habían puesto un puto papel maché fuera de mi pierna."
Elsa apretó los labios, tratando de ocultar su diversión, pero Anna era demasiado perceptiva. "No es divertido!" espetó ella, cruzando los brazos. "¡Si sólo te va a reír de mi desgracia, entonces te puedes marchar de esta habitación!"
Elsa no pudo evitarlo. Una risa escapó, y su hermana entrecerró los ojos, haciendo que la niña mayor se riera con más fuerza. Cuando Anna se enoja es más linda.
Una pluma voló por su cabeza, rebotando en la pared. Elsa se dirijo a su agresor. "¡Hey! ¡No es agradable tirar cosas a la gente!"
"No es bueno reírse de un inválido," la chica más joven respondió. "Ahora vas a ayudar o no?"
Elsa se movió hacia ella. "Sólo porque tú me lo pediste educadamente," dijo, con sarcasmo. En secreto, era un éxtasis que Anna no estaba presionando por completo, dejándose al menos depender un poco de su hermana mayor.