Capítulo 13

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Dos semanas

Cuando llegamos a la playa aparcamos el coche y nos dirigimos a la misma roca de ayer.

-Si te cuento ésto me tienes que prometer que no le dirás nada a nadie.- me dijo Ulises mientras nos acomodábamos en la roca.

Yo asentí,nerviosa porque no sabía si estaba preparada para escuchar lo que me iba a decir.

Ulises se quitó la camiseta y se dirijió a la orilla.

-Tienes que meterte en el agua,sólo así me creerás.-me dijo mostrándome su mano para que fuese junto a él.

-Uli,el agua está helada.Ya no estamos en verano¿De verdad es necesario?- le contesté dudosa de si bajarme de la roca o no.

-Confía en mí.- me respondió.

Volví a dudar pero,finalmente,acepté.

Me quité las zapatillas y los pantalones vaqueros. Me puse junto a él y nos sumergimos en el agua.

No lograba ver nada,si no fuera porque nuestras manos estaban entrelazadas no sabría si quiera que estaba a mi lado.Buceamos un poco para alejarnos más de la orilla hasta que noté que Ulises se paró en seco.

Sacó algo brillante color turquesa de su bolsillo y lo colocó entre nuestras manos.De repente,una especie de burbuja de aire se fue formando a nuestro alrededor y mi primo me miró fijamente con esa mirada tranquilizadora que sólo él tenía.

-Aquí estuve metido durante unos 5 minutos,no sé cuánto dura.El caso es que en cuanto me dí cuenta que podía respirar y hablar me fuí directo a la superficie.- me dijo.

-¿Es lo que tiraste al agua el otro día?¿Cómo lo has encontrado?- le contesté.

-Al principio me estaba quedando inconsciente por la falta de oxígeno,pero tu pequeño amigo ángel,o lo que sea ese tipo, apareció frente a mí y me lo dio.-me dijo mientras tocaba con un dedo la burbuja de aire.

Yo no sabía que pensar.

Primero Yael mata a mi mejor amiga y después salva a mi primo.

Estaba desconcertada.

-El ángel que había en la casa estaba buscando ésto,Ulises.No quiero que lo tengas.-le dije entonces asustada.

-Lo sé.Deja que investigue un poco y luego lo tiraré¿Vale?Vayamos a la superficie.- me respondió mientras me abrazaba.

Salimos a la superficie y nos vestimos.

Nos volvimos a sentar en la roca sin decir nada,parecíamos dos plantas absorbiendo la luz y el calor del sol.

-Ulises...-le dije mirando al suelo.

Él no respondió,se limitó a mirarme esperando a que yo terminara la frase.

-Tu madre volverá en dos semanas.Estoy de acuerdo con que investigues la gema,pero no me gustaría que cuando volviese tu madre se encontrara el percal de los ángeles bíblicos en su salón luchando con espadas sagradas.-le dije tranquila a pesar de lo que suponía lo que acababa de decir.

Una vez que volviese mi tía Alisson yo me iría a casa de mi madre,ella se ofreció a llevarme para poder darle a mi madre el regalo que le había comprado en México.

Ya no volvería a ver a Ulises hasta la próxima primavera.

-¿En qué piensas?.-Me sobresalté al oír la voz de mi primo tan cerca.Me había sumido tanto en mis pensamientos que por un momento me había olvidado de que estaba allí con él.

-En lo que te he dicho.- le contesté.

-Ya pensaremos en eso.Ahora aprovechemos éstas dos semanas.¿Jugamos al Pádel?-me dijo emanando una gran sonrisa.

Yo no me podía negar a esa sonrisa,aunque aún estaba mal por la falta de Ari y no me apetecía mucho jugar.

-Prefiero comer antes y averiguar si ya se ha ido el "inquilino" del salón.- le contesté.

Él asintió y me ayudó a levantarme para ir al coche.

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Cuando llegamos a casa la puerta estaba abierta de par en par.Aparqué el coche en el garaje y entramos en la casa.Todo estaba patas arriba: la mesa del comedor boca-arriba,las cortinas colgando,las sillas amontonadas,algún que otro cristal por el suelo....

-Voy a llamar a los chicos para que nos ayuden a limpiar ésto.-me dijo Ulises con las manos en la cintura observando los destrozos.

Mentiras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora