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 Erick—llamó la profesora, haciendo que todos se giraran a mirarlo de inmediato. Su voz tenía un tono autoritario, lo que hizo que un nudo se formara en el estómago de Erick.

—¿Estás prestando atención? —preguntó con un deje de enojo.

Erick intentó mantener la calma, pero su cuerpo temblaba. Las miradas de todos lo perforaban. Tragó saliva y, con voz entrecortada, respondió:

—S-sí... —Las palabras salieron como un susurro, casi inaudible.

La profesora se acercó aún más, sus tacones resonando en el suelo mientras lo miraba fijamente.

—Entonces, ¿podrías decirme con qué actividad evaluaremos este parcial? —su tono era casi burlón, como si disfrutara de su incomodidad.

—Erick... —la profesora lo llamó nuevamente, esta vez con más fuerza.

—Lo siento, no volverá a pasar —se disculpó, rojo de vergüenza, sin mirar a nadie en el aula.

La profesora suspiró, decepcionada, y se alejó.

—Procura prestar atención la próxima vez. —El regaño parecía sincero, pero su voz tenía un matiz de hastío.

—Ahora, por favor, anoten con quién van a trabajar —indicó la profesora, mirando a la clase mientras comenzaba a pasar lista.

Erick no se movió, sabiendo que nadie se le acercaría. Nadie quería trabajar con él, y en ese punto el tampoco queria trabajar con nadie.

De pronto, la voz de la profesora lo sacó de sus pensamientos.

—Erick, por favor, pasa a anotarte.

Él dudó.
No quería ser el centro de atención de nuevo. ¿Cómo podría siquiera escribir su nombre al lado de otro compañero? ¿Quién querría estar con él?

Se levantó lentamente, con el rostro tenso y los músculos rígidos. Caminó hacia el escritorio de la profesora, cada paso más pesado que el anterior. Al llegar, miró la lista. Al parecer, ya todos se habían agrupado... solo quedaba...

joel pimentel.

La profesora miró la lista y al verlo, hizo un gesto con la mano.

—Parece que solo queda Joel, este año no trabajarás solo, Erick Eso es bueno, ¿no?

Erick palideció al escuchar el nombre.
—N-no puedo trabajar con él... —se negó, casi suplicando.

Pero la profesora no mostró compasión.
—Es obligatorio. Si quieres una evaluación, tendrás que trabajar con Pimentel.

El salón entero murmuró. Erick bajó la cabeza, sintiendo cómo todos lo observaban. Era como si en los momentos más difíciles para él, fueran un gran espectaculo para todos, Erick levanto la cabeza cuando una chica al fondo, habló en voz alta:

—Joel es un creído y tiene un temperamento insoportable. ¿Quién en su sano juicio querría trabajar con él? —la chica dijo, burlándose de manera exagerada.

Erick no sabía cómo reaccionar, si, Joel era muy popular, pero ¿porque ninguno de los dos parecía encajar en esa situación?

La risa de la chica retumbó en sus oídos, Erick sintió el corazón acelerado. La tensión era palpable, como si todo el mundo esperara que los dos se enfrentaran.

Era todo un show para sus compañeros.

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió el murmullo de la clase. Erick puso su atención en quien estaba a punto de entrar, su respiración se detuvo al ver a Joel parado en el umbral.

—Creo que te has equivocado de clase —dijo la profesora, visiblemente molesta, al ver la hora en la que él acababa de llegar.

—Clase de Literatura —dijo Joel con una sonrisa arrogante, y caminó hacia el frente sin disculparse.

La profesora lo miró furiosa.

—Llegas tarde. No puedo aceptar impuntualidades, sal ahora mismo.

Pero Joel no se inmutó. De hecho, se acercó al escritorio de la profesora y, con una calma desconcertante, dejó una hoja sobre la mesa.

—Mis padres están donando fondos a este colegio, si no fuera por ellos, usted no estaría aquí oor mucho tiempo. —Joel soltó una risa burlona.

La profesora se quedó sin palabras. La tensión en el aula aumentó. La clase quedó en completo silencio mientras Joel se giraba hacia Erick y, casualmente, sus ojos se encontraron con los de Erick.

Erick desvió su mirada a la lista lo que hizo que Joel también lo hiciera

—Trabajarás con Erick. —aviso la profesora

 La incomodidad de Erick se multiplicó al instante.

Joel levanto la mirada hacia Erick, parecía querer decir algo, sus ojos reflejaban la ira y el enojo que sentia en ese instante.

Se volvieron a escuchar las risas de la misma chica quien se burlaba de la situación por lo que Joel se trago sus palabras y fue directo a los asientos de atrás de mala gana, Erick hizo lo mismo.

—guarden silencio —ordeno la profesora

A pesar de que la profesora comenzaba a explicar el tema el mismo grupo de sus compañeros no prestaban atención y solo se concentraban en seguir hablando de Joel, Erick se sentía extraño no sabia el porque lo estaban haciendo cuándo era el el que debería estar en su tema de conversación, Joel era popular no había escuchado a nadie hablar mal de el en toda la preparatoria.

sentía una inmensas ganas de callarlos pero aunque tuviera el valor no podría con todos, desvió su mirada de ellos concentrándose en la clase pero se había sentido observado por lo que miro a todo el salón encontrándose con la mirada de Joel puesta sobre el, Erick Intentó desviar la mirada, pero fue en vano. Joel no lo dejaba escapar .

Como si pudiera ver más allá de sus pensamientos Joel bajó lentamente la mirada hacia la mesa de Erick, observando cómo este había perforando la madera con su bolígrafo, una muestra silenciosa de su creciente ira.

Erick soltó el bolígrafo de inmediato, cubriéndolo con su libro. Miró de reojo a Joel, pero este seguía mirando, no con desprecio, sino con algo más difícil de descifrar con curiosidad tal vez.

Erick sintió un escalofrío recorrer su espalda y deseó que el suelo lo tragara.

Amor Confuso ||Joerick|| EDITANDO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora