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Erick corría hacia la preparatoria. Solo faltaban cinco minutos para que comenzara su primera clase, y lo daba todo, aunque el cansancio en sus piernas lo retrasaba. Aun así, aceleraba, con la respiración descontrolada y una mezcla de adrenalina y ansiedad.

Al cruzar la calle, divisó la puerta de entrada y sintió alivio al ver a algunos compañeros entrando aún. Se detuvo un instante para recuperar el aliento y, con renovada energía, siguió adelante, esquivando y a veces empujando a quienes se interponían en su camino mientras pedía disculpas apresuradas. A medida que avanzaba, su nerviosismo crecía; buscaba con la mirada al encargado de darle su horario, completamente concentrado en su misión.

De pronto, alguien lo empujó por detrás, casi haciéndolo caer.

-¡ldiota! -exclamó un chico en voz alta.

Los estudiantes alrededor los miraron, expectantes. La tensión flotaba en el aire.

Erick se quedó inmóvil, deseando con todas sus fuerzas que no fuera él. Pero conocía esa voz demasiado bien. Respiró profundo, intentando calmarse, y giró, allí estaba él

Joel.

-¿Eres sordo? -gritó Joel, dándole otro empujón.

Erick lo miró de arriba abajo buscando la causa del problema, hasta que notó la gran mancha de café en la camisa de Joel.

—lo sient... -intentó decir Erick, pero Joel lo agarró del cuello, impidiéndole continuar.

—¿Crees que puedes burlarte de mí? —inquirio apretando el agarre hasta casi cortarle por completo la respiración

Erick trató de liberarse, pero la fuerza de Joel era superio.

—deten-te —apenas logro pronunciar con la voz entrecortada

—Basta, lo estás lastimando —dijo Zabdiel, uno de sus amigos, interviniendo al ver la escena se acercó rápidamente, tomando a Joel del brazo e intentando que soltara a Erick, pero sin éxito.

—Aléjate, Zabdiel —respondió Joel, deshaciéndose de su agarre sin dejar de sostener a Erick.

Erick intentaba zafarse, pero apenas podía respirar. Con ambas manos intentaba separarse, pero era inútil.

—Claro... —se burló Joel, disfrutando de la desesperación de Erick—No sabía que podía humillarte más —una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.

—Joel... por favor... —rogó Erick, con la voz apenas un susurro.

—¡Callate! —le gritó

—Estas cruzando la linea, te meterás en problemas si lo lastimas—dijo Zabdiel con severidad.

Joel alternó la mirada entre Erick y Zabdiel, apretando los labios, hasta que soltó a Erick con un empujón que lo hizo caer al suelo. Erick no intentó levantarse de inmediato; jadeaba, intentando recuperar el aire.

—No vuelvas a decir mi nombre, ¿me oíste? —advirtió Joel, señalándolo con el dedo —la próxima vez, no lo dejaré pasar

Erick sintió las lágrimas en sus ojos. Había sido un error... Si tan solo hubiera hecho las cosas bien, nada de esto estaría pasando. Agachó la cabeza y se golpeó levemente la frente con el puño mientras suspiraba, arrepentido, e intentaba levantarse.

Amor Confuso ||Joerick|| EDITANDO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora