Hoy aclararé varias cosas, primero, yo quería mucho a la familia de mi ex, pero cuando hablaban de matrimonio todo se ponía feo. "Ya tienes 23 y todavía no tienen hijos, yo a esa edad ya tenía dos". Luego yo entraba en la dinámica de "sí, pero yo quiero terminar mi carrera, trabajar, viajar y quizás después de haber experimentado eso ser madre". La contrarespuesta hacía que me explotara una neurona y una célula de mi tímpano cada vez que la escuchaba "es que si sigues esperando te van a salir las crías enfermas, te pueden salir mongolos". A lo que yo empecinadamente le respondía: "de ser así, tendré que quererlo igual".
Era tremendo, mi ex cuñada un poco menor que yo, se casará en mayo de este año, yo le busqué asesoría para el maquillaje y las uñas, solo le faltan detalles del vestido. Porque quiere que prontamente le digan "señora". En cambio, cada vez que me dicen "señora" siento que un dementor se tragó mi felicidad. Otras veces que me dicen "señora Martina" es como si le hablaran a mi abuelita, y no les respondo. Aunque me dolió en el alma terminar esa relación, creo que fue un alivio también. Es que no me podía casar, no podía dejar mis proyectos de vida por ser alguien quien nunca quise ser. Maravilloso por todas las que quieren ser mamá a los 23, que fantástico quererlo, pero tampoco es que yo esté mal. Todos deberíamos ser respetados por nuestros proyectos de vida.
Yo quiero viajar, quiero conocer varios países, quiero carretear. Sí, porque ahora paso entre trabajos y estudios y no tengo tiempo. Quiero tiempo para mí y en eso estoy, en realidad, eso trato, pero como quemaron la peluquería ya no tengo los horarios de antes. Por lo menos no estoy con la U.
El día de "enchulamiento" fue un éxito. Salimos tipo 10 AM con mi tía y nos dirigimos a Las Condes posom!! Allá nos dieron el catálogo de "regaloneos" que nos podíamos hacer. Es que te morí, todo muy espacioso y muy elegante, te juro que me sentía como las viejas esas de la tele (Léase con voz abc1). Pero no, no lo soy, así que parecía turista: "¿para qué sirve eso? Y ¿eso pa qué es y eso duele?" Creo que tenía un poco estresada a la estilista, pero si bien trabajaba haciendo las uñas, nunca había visto tanta maquinaria.
Nos pusieron unas máquinas de vapor, luego unas mascarillas bknes de arcilla, después unos menjunjes de cremas, después una cuestión que parecía colafría para sacar los puntos negros, luego otros menjunjes más, unos pepinos (¡¡¡cabros, lo de los pepinos es verdad!!!), luego una toalla calientita y luego una máscara en frío. Yo pensaba: si yo me hiciera esto todas las semanas, en vez de 23, tendría 13. Mi tía me decía: "viste Martina, tienes que darte estos lujos de vez en cuando, porque solo se vive una vez". Y yo le dije: "ella, la azúcar moreno". La estilista nos hizo callar porque estabamos en masaje con piedras calientes. A mi tía le empezaron a hacer masaje en las piernas y le dio ataque de risa. Eran tan fuertes sus carcajadas que no me pude relajar. Nos tuvieron que separar de pieza.
Al final, ahora estoy tan relajada que me siento de vacaciones. Lo mejor de todo, es que no había cachado que hoy es viernes y que por lo tanto, mañana no trabajo en los juegos del hambre.
Yo creo que es un premio del universo por tanta mala cuea.
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Diario de una Fracasada con pelo brillante
Teen FictionMartina es una joven estudiante de pedagogía muy esforzada que empezará el 2020 escribiendo su vida por una apuesta que hizo con su amiga Belén, quien ríe a destajo cada vez que Martina le cuenta sus tragedias amorosas y de la vida misma.