Min Yoongi al borde del colapso donde solo la platinada luna y oscura noche son testigos de las cristalinas lágrimas que derrama al verse a sí mismo en un reflejo, en aquello que se ha convertido y que desea destruir.
Sus miedos e inseguridades lo s...
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— ¡Buen día! ¿Dormiste bien? —Sonrió al verme ingresar a la cocina —He preparado el desayuno, siéntate.
—Yo...No tengo hambre hoy, Haneul —Abrí el refrigerador y de ahí saque una lata fría de cerveza.
—Yoongi ¿Estás bien?
—Mejor que nunca —Sonreí hasta mostrar mis encías y abrí la lata para dar un largo trago.
—¡Me alegro! Así que si te ayudo la sesión con el psicólogo —Me abrazo fuertemente haciendo que me sorprendiera y levanto la cabeza, observándome— ¿Volverás a llamar para otra cita?
—Creo que esa fue suficiente, me siento mucho mejor —Correspondí a su abrazo temiendo ir pronto pudiese desvanecerse.
Después de aquello en completa soledad tome de mi cerveza mientras veía la televisión en un canal completamente extraño. Pero lo importante era distraerme.
Hasta que mi celular vibro a causa de una llamada
—¡Yoongi! Por fin contestas.
—Perdóname, Jin. Estuve bastante ocupado estos días.
—Está bien, lo comprendo. Quería invitarte a la casa nuevamente.
—No le digas a Hyung que yo te dije —Gritó alguien en el fondo de la línea.
—Si bueno, parece que Jungkook quiere volver a verte, después de ese día en el cine no deja de insistir en que te llame ¿Por qué no te fas una vuelta por aquí?
—¡Te dije que no le dijeras! —Se escuchó nuevamente el grito.
Reí al imaginar a Jin burlándose en la cara de Jungkook-Bien, estaré por allá en un rato-dije sin pensarlo más-¿Puedo llevar a alguien conmigo?
—¡Claro! Entre más, mejor. Nos vemos aquí —Finalizó la llamada.
Hice un vago esfuerzo por levantarme del sofá y dirigirme a la cocina. Hasta llegar a la señora ardilla con sus cachetes llenas de comida.
—Haneul, hoy quedé con ese amigo del que te conté e iras conmigo, no vamos en unas horas.
—¡¿Mmhhh?! —Hizo un extraño sonido sin poder hablar por estar comiendo.
—Tú dijiste que querías ser amiga de Jungkook, el chico simpático. Solo lo hago realidad-me encogí de hombros.
Una vez que terminó de comer, habló —Supongo que está bien, tienes suerte de que solo trabaje tres días.
[...]
—¡Yoongi, que gusto volver a verte!—Cuando abrieron la puerta fui recibido por un cálido abrazo por parte de los hermanos.