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                                   『 𝕃𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕤 𝕔𝕠𝕣𝕣𝕖𝕔𝕥𝕠

                                   『 𝕃𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕤 𝕔𝕠𝕣𝕣𝕖𝕔𝕥𝕠 』

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∂ιмєиѕισ́и в01


Naruto y Sasuke se miraron con culpa y remordimiento, culpándose a sí mismos y al contrario. Había interrogado al hombre que encargó la misión, un comerciante rico que era conocido por su extravagante colección que incluía todo tipo de objetos. Él juraba no saber nada, simplemente había escuchado en uno de sus viajes la existencia de dicho pergamino y lo que podía hacery después de invertir una gran cantidad de dinero para conseguirlo por fin lo tuvo en su sala de exhibición en una vitrina iluminada, entonces  entraron a su casa a robar y aquellos bandidos se apoderaron del preciado objeto. Los shinobis tuvieron que evitar que Naruto se lanzará a golpear al hombre.

Y ahora casi cuatro días después Sasuke había regresado a la aldea. Frente a frente, ambos sólo pudieron repetir algo en sus mentes.

Si hubiera.

Realmente no había razón para que se culparan. Sus hijos eran shinobis, habían desobedecido una orden de su superior y técnicamente no era culpa de más que sus propios hijos -Boruto-, pero aun así, parecía ser su culpa por no prestarles demasiada atención.

Naruto estaba atormentado, los últimos diecisiete años se había preguntado si de verdad hizo lo correcto, en sus peores momentos quiso regresar al pasado, golpear a su yo adolescente y decirle que hiciera las cosas bien. Y ahora su hijo había desaparecido sin dejar rastro, su esposa estaba encerrada aún más en casa y aunque Hinata creía que él no la escuchaba, sabía que ella lloraba y su hija tenía demadiado estrés sobre sus hombros.

Sin ánimo, preguntó — ¿De verdad crees que es lo correcto?

— Sí, es lo mejor que tenemos —contestó fríamente. No había tiempo para sentimentalismos.

— Entonces, ¿planeas dejar a Sakura-chan ahora?

— Ella sabe cuidarse sola.

— Ese no es el punto, teme.

Sasuke también quería insultarse a sí mismo, pero no sabía que más hacer. Su esposa estaba en el hospital, enferma y deprimida, su hijo en cuidados intensivos y su hija había desaparecido.

— Lo sé, Naruto, lo sé —contestó, cortante.

— Sasuke...

— No soy un padre ejemplar, lo tengo muy claro —Sasuke miró los orbes azules adornados por ojeras y con los ojos ónix tan afilados como su katana —, pero tú tampoco lo eres —habló con sorna.

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