El sol le pegaba en la nuca, haciéndole refunfuñar bajo por la sensación molesta. Se subió el cuello de la chaqueta, tapándose. Estaba llegando tarde a la escuela, y no era como si le importara mucho, pero, en esa situación, extrañaba a su motocicleta. Estúpido semáforo que hizo que casi un camión lo llevase arrastrando metros de distancia. Por suerte, consiguió desviarse, aunque eso terminó con él en el suelo y su adorada bebé (la moto) con graves golpes. También él tenía golpes en el cuerpo, pero eran mínimos. Los que más se notaban eran la raspadura en el pómulo y el corte pequeño en el labio.
Apuró el paso ya estando a una cuadra, vio el establecimiento a los lejos, alto y siendo remodelado aún. Pensó en qué sucedería si un pedazo de techo se le caía a un estudiante en la cabeza, y deseó que fuese un idiota de primer año el desafortunado. Era broma, claramente.
Consiguió llegar a la puerta, viendo a la directora para frente de ella. Tenía la mirada brillante, como si estuviese disfrutando de las expresiones de sueño y sufrimiento de cada adolescente que entraba. Es decir, ¿a quién le agrada el regreso a clases?
Intentó hacer lo posible para que no lo viese, bajando la cabeza y apurando sus piernas, pero era inútil si vestía totalmente de negro y llevaba la cabeza de un rojo cereza.
—Jeon —su apellido se deslizó por su boca pintada de un bordo llamativo, pareció haber disfrutado de haberlo llamado—, ¿nuevo color de cabello?
—Sí, ya sabe, hay que regresar como los mejores —sonrió, mas solo por cortesía falsa. Simplemente, quería ingresar de una buena vez—. ¿Solo era eso, directora?
—No, no. Debo avisarte algo —dio unos pasos hacia él—. Como ya sabes, todos los años, al comenzar, se hace un acto y los mejores alumnos de cada curso se paran al frente. Sorprendente, de tu curso eres tú. Así que es lo que debes hacer.
JungKook, con la cabeza baja otra vez, rodó los ojos lo más discreto que pudo para no ser visto. No era que le avergonzaba ser el que tenía mejores calificaciones de su grupo, solamente no le agradaba la idea de pararse a la vista de todos. Sí, él era conocido por cada alumno, sin embargo, no era porque lo quisiera. Poseía algo que cautivaba, llamaba la atención y te dejaba atrapado. Tenía una fama media idiota, aunque no movería ni un dedo para cambiarla. La imagen que tenían de él era totalmente ideal a las actitudes de los chicos malos en las películas americanas. Eso lo hacía reír a veces, viendo como los demás se hacían un lado por temor a hacerlo enojar con el tonto hecho de sólo hablarle.
La cara de JungKook la mayoría del tiempo mostraba indiferencia, con rasgos filosos. De vez en cuando, sonrisas gélidas le decoraban los rosados labios, pero solo eran un disfraz de pensamientos irónicos. Aunque nada de eso era porque era un "bad boy", él, exteriormente, se expresaba así. Tampoco significaba que, fuera de todo eso, era un pan de azúcar. Su temperamento no era el mejor, no le gustaba socializar y mucho menos establecer más de dos palabras con alguien que no fuera parte de su círculo, el cual era pequeño.
Sin embargo, con sus amigos bromeaba, reía y jugaba. Claro, todo fuera de la escuela. Ya que, aún no siendo lo que la gente creía y afirmaba, su fama le permitía algunos caprichos y beneficios que no iba a descartar.
Entonces, junto a una sonrisa con los labios sellados y los ojos oscuros clavados en la mujer, dijo:
—¿Es fundamental que sea yo? Puedo ceder mi puesto al siguiente en la lista —ladeó la cabeza—. Haré el sacrificio, ser el centro de atención no encabeza mis cosas favoritas.
Con un suspiró y aceptado que no iba a conseguir algo distinto, desistió.
—Bien, pero será nombrado de todas formas.
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Partible e inteligente [KookTae/KookV]
Fanfiction"-No lo hice por ti, fue por él. Mañana volverá a esa aula repleta de ineptos y necesitará de alguien para sobrevivir, porque es así de dramático. Tú eres uno, pero no te faltan tantas neuronas como a ellos." ESTA HISTORIA NO ES DE DOMINIO PÚBLICO...