Tres años habían pasado, tres años desde que lo vio en persona por última vez. Fue en una noche tan helada que calaba los huesos, con las estrellas brillando y la luna presenciando. Una llamada, un aviso y una despedida. JungKook aún recuerda la expresión de tristeza marcado el decaído rostro de TaeHyung, rompiéndole por dentro. Fue una daga que abrió cortes en su acelerado corazón. Aun así, JungKook le aseguró que estaba bien y que era por su seguridad, y el pelirrojo haría todo por ella, incluso si eso significaba dejar ir a su novio. Los pares de ojos se llenaron de lágrimas, pero ninguna salió. Se prometieron que se volverían a ver, esperarían el momento correcto porque ese parecía no serlo. Tae le prometió que arreglaría su vida y regresaría a él, y JungKook aguardaría todo el tiempo que fuese necesario. Aceptó que su corazón le permanecía al chico de cabellos de oro, y que no existían posibilidades de que eso cambiase. Tampoco lo quería, porque sabía que no encontraría a nadie que lograra prender en él lo que TaeHyung encendía.
Por algunos meses, JungKook se acostumbró a pasar por frente de la que fue su casa, soñando que, por alguna loca razón, TaeHyung estuviese parando frente el gran portón. Sin embargo, jamás sucedió y se obligó a abstenerse de hacer algo que le rasguñaba por dentro. Se sintió decaído por varias semanas, incluso recibiendo constantes mensajes y llamadas por parte de TaeHyung. Había momentos donde le pedía algún audio riendo, o videos de su día y día. Él le enviaba lo mismo.
Ahora, estando en otro año más de universidad, JungKook había perdido comunicación con el joven. No fue de un instante a otro, los mensajes se fueron volvieron menos y las llamadas duraban menos de cinco minutos. No era igual, y fue algo que le dolió aceptar. Finalmente pasó, no hubo una respuesta de nuevo. Insistió por varias semanas, después, simplemente, no lo hizo más. ¿Para qué? Si parecía no querer saber de él, y tampoco tenía la opción de ir a buscarlo para obtener una razón de su desaparición. Calmó sus impulsos de seguir reclamando por mensajes y, por último, olvidó su chat.
Le jodió, obviamente que sí. Vivió horas creando teorías de por qué dejó de saber de él. Se sintió miserable y culpable en algún punto, pensó que, quizá, hizo algo sin darse cuenta que terminó en su alejamiento. Pero nada parecía encajar, entonces se tuvo que acostumbrar a la asfixiante tristeza y al sentimiento de falta. Poco a poco, se hicieron menos fuertes, aunque seguían ahí. Solo pedía que, en cualquier sitio donde se hallara, TaeHyung estuviese bien y a salvo. Siempre pediría por su bienestar y su más alta felicidad.
Los estudiantes se levantaron de sus asientos, el profesor dando por concluida la clase. Soltando un suspiro largo, tomó sus cosas y salió del salón. El pasillo estaba concurrido por pocas personas, tomando en cuenta la cantidad que asistían a su universidad. Con la mochila colgada en un hombro, se dedicó a buscar a sus amigos, hallándolos en unos bancos fuera. Entrecerró los ojos cuando el sol le pegó de lleno, formando una fina línea con sus labios mientras seguía caminando. Hacía algo de calor, lo cual no le agradaba en absoluto.
—¿Por qué están al rayo del sol? —cuestionó cuando llegó.
—Estamos esperando que HoSeok salga de su última clase para irnos juntos —explicó Nam—. ¿Vienes a almorzar con nosotros?
JungKook lo meditó, su estómago molestaba de hambre y no le quedaba tarea por hacer. Una alternativa era volver a su apartamento para hacer nada, solo tirarse en el sofá a comer comida instantánea y ver una serie al azar.
—Cla...
Jin lo interrumpió con los ojos mirando un punto detrás de él. Parecía sorprendido mientras intentaba decir algo. Abrió y cerró la boca varias veces, balbuceando.
—Ese... ¿Ese no es TaeHyung?
A Jeon le costó reaccionar, creyendo que oyó mal, pero, al caer que no, se giró deprisa y torpe. Tragó saliva, encontrándose con sus ojos primero. La caja torácica se le podría romper si sus latidos no se calmaban, aparentemente siguiendo el ritmo de su respiración irregular. Estaba ahí, parando a unos metros frente de él, tan hermoso como siempre y vistiendo igual de extraño, y no lo podría creer. Tenía los rasgos más marcados y duros, sin perder la suavidad de sus expresiones. La piel seguía del mismo color bañado por el sol y el cabello igual de brillante. Sentía que le hablan detrás suyo, pero las emociones eran demasiadas como para poder entender qué. Un pequeño empujón fue suficiente para que sus pies empezaran a dar pasos, lentos al principio. Fue subiendo la velocidad hasta quedar cerca, lo necesario para poder asegurarse que era real, y no un producto de su afligida cabeza.
—Hola —Tae le susurró, la voz provocando que su sangre corriera con más velocidad. Apretó los dedos en un intento por mantener la calma.
—Hola.
—Yo... Sé que seguramente estés enojado porque desaparecí, pero tiene una explicación —su labio inferior tembló, dando un paso más. —. Por favor, déjame explicarte...
Lo rodeó con sus brazos, apretándolo contra su cuerpo. JungKook lo abrazó con temor de que pudiese desaparecer, cerrando los ojos al hundir su nariz en el cabello ajeno. Los labios le tiraron en una sonrisa débil cuando lo notó temblar, correspondiendo al aferrarse a él. Ambos ya no sintieron la opresión usual en el pecho, se encontraban juntos de nuevo. Se quedaron así por un largo rato, escuchando la respiración contraria y, por momentos, tal vez los latidos también.
—Tienes que saber lo que sucedió —comenzó TaeHyung cuando se alejó lo suficiente para verle a la cara. Su cintura estaba apresada por las manos contrarias, sintiendo arder su piel. Ahí fue consciente de lo mucho que lo extrañó, incluso si ya poseía una idea de eso—. No quise alejarme de ti, pero las cosas se me fueron de las manos y tuve que. Después de irme de esta ciudad, estuvimos moviéndonos por unas cuantas más. Estaba exhausto y harto de hacer eso, de huir. No era lo que quería para mi vida. Así que una noche me le planteé a Sung y le dije que no seguiría con lo que traíamos. Él quiso negarse a mis quejas al principio, pero creo que notó lo mal que me tenía ya y lo serio que hablaba al respecto. Entonces intentamos hallar una solución, sin embargo, ninguna parecía adecuada. Pensamos hasta reunirnos con Hwan, incluso dejar que nos atrapara por fin. E hicimos algo así, pero no para pedirle que me dejase en paz, no al cien por ciento al menos. Contactamos con la policía con riesgo de que Sung fuera detenido, ahí nos enteramos que le estaban siguiendo el rastro hace rato, y me ofrecí para ayudarlos. Tuve que contarles toda mi historia, me preguntaron el porqué traicionaría a mi padre. Mi respuesta fue inmediata: Hwan no era nada mío. No le debía una mierda e, incluso así, él me había arrebatado tanto. Les contesté que únicamente la sangre nos unía, nada más.
»Me quedé quieto en una ciudad, esperando de que diera conmigo, y así fue. La primera vez que lo vi sentí como el oxígeno abandonaba mis pulmones y pensé que podría llorar en cualquier momento, no entendí al principio la razón. Aun así, seguí lo planeado, le hice creer que necesitaba de él. Se lo comió entero, y, cuando estábamos apunto de irnos, lo arrestaron. JungKook, si tú..., si tú hubieses estado ahí para ver la forma que me miró, entenderías mejor. Me caló hasta el alma con sus ojos, pienso que vio hasta lo más escondido en mí. Sé que supo que logró joder la gran parte de mi vida, entonces sonrió, sonrió grande y con la crueldad brotándole. Antes de que lo metieran en el patrullero, me gritó que jamás tuve que haber nacido y que era la razón de la mue-muerte de mi madre. Fue lo que consiguió romperme, caí de rodillas al suelo y lloré como jamás hice. Lloré por la madre que nunca conocí, el padre que jamás tuve, las amistades que nunca me permití hacer y el chico que me vi forzado a dejar.
»Me tomó tiempo, pero logré levantarme de nuevo, y no solo literalmente. Las palabras de Hwan se hicieron espacio en mí, clavándose hasta lo profundo. Fueron pocas, sin embargo, dieron en el clavo. Me preguntaba por qué me afectaron tanto, y comprendí que, después de todo, siempre tendría un pequeño pensamiento de que Hwan era mi padre. Siempre esperaría por él, algo bueno claramente. Estuve tanto sin ánimos de nada, pasaba los días acostado y mirando a mi pared. Sung hasta trató de animarme diciéndome que, por fin, podría verte de nuevo. Eso ayudó un poco, pero hace semanas que no te hablaba, así que caí en cuenta de que, probablemente, ya no querrías saber de mí. Eso me bajoneó un poco más, hasta que un día me levanté decidido a buscarte. Incluso si me mandabas a la mierda, lo soportaría si eso significaba verte una última vez.
TaeHyung había comenzado a llorar en medio de su relato, ahora mantenía la cabeza baja mientras trataba de secar sus lágrimas. Dos dedos se adueñaron de su mentón, elevándolo. Topó con unos ojos brillantes que lo derritieron por dentro, piezas flojas parecieron comenzar a situarse donde correspondían. Mordió su labio para tragarse un sollozo junto al grueso nudo en la garganta.
—Me buscaste, me encontraste y ya nunca más podrás escaparte de mí. Tae, este es nuestro momento, el momento correcto.
No permitió que le contestara, porque, básicamente, no existía más por decir. Cubrió su boca con la suya, iniciando un beso lento. Se permitió saborear el dulce sabor de la boca de TaeHyung mezclado con el salado de sus lágrimas. Las cuales secó con los pulgares cuando acunó su rostro para profundizar el beso. Pero no solamente besó sus labios, también se encargó de llegar a su alma Que, JungKook sabía, todavía dolía.
Las manos de TaeHyung se cerraron en la camiseta ajena, pegándolo más a él. No quería espacio entre ellos, ya no más. Habían soportado kilómetros, no permitiría ni un solo centímetro ahora.
—Bueno, supongo que no vendrá a comer con nosotros —se lamentó, falsamente, Nam metros más allá. Recibió una golpe en su nuca.N/A:
Fin~. Ahre, basta. Sí, este es el final de esta rara historia. Espero que les haya gustado.
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Partible e inteligente [KookTae/KookV]
Fanfiction"-No lo hice por ti, fue por él. Mañana volverá a esa aula repleta de ineptos y necesitará de alguien para sobrevivir, porque es así de dramático. Tú eres uno, pero no te faltan tantas neuronas como a ellos." ESTA HISTORIA NO ES DE DOMINIO PÚBLICO...