O c h o

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Su mano bajaba y volvía a subir por su espalda, una y otra vez, llegando a rozar el nacimiento de cabello en la nuca. Escuchaba la respiración cálida y tranquila de TaeHyung, pegándole en el cuello. Lo tenía prendido a su cuerpo, escondido.
   
   La mente de JungKook se hallaba en un lío. No se le hacía complicado comprender lo que TaeHyung le había dicho, pero como que su cabeza se negaba a dejarle libre camino al tema. Le estaba dando vueltas mientras miraba a un punto cualquiera del lugar. Aunque ningún pensamiento conciso, solo destellos que iluminaban menos de un segundo y volvían a perderse. Apoyó el mentón en la cabeza dorada bajo de él, apretándolo más entre sus brazos. Su corazón iba rápido, vibrando dentro. Estaba seguro que ya había sido descubierto, y no era algo que le intimidara en momentos así.
   
   TaeHyung presionó su rostro contra su hombro, apoyando la mejilla en este después para verlo. Al principio mantuvo los ojos cerrados, respirando calmado. JungKook se le quedó mirando, buscando algo que le asegurara que el llanto se esfumó entero. Porque no se veía capaz de sentir el cuerpo de Tae temblar entre sus brazos una vez más, y la única razón era que le rompía por dentro. Quería y le gustaba presenciarlo feliz y sonriente, deslumbrando. Sin embargo, también estaría dispuesto a dejarlo llorar si era lo que requería, ya que tenía la idea casi segura que no lo hacía seguido.
    
   —Gracias —el susurro le dio una caricia por dentro—. Y perdón por tener que verme así de horrible.
   
   Jeon sonrió al par que negaba, soltando un bufido luego. Le corrió mechones rubios que le caían por la frente hasta los ojos. Fue similar a un mimo. Sus ojos estaban clavados en los ajenos, ambos intentaban descifrar qué escondían detrás de esa capas brillantes. JungKook lo miró, miró su rostro, su piel, sus pupilas y labios. Lo miró lo que pareció una eternidad, pero, sinceramente, no creía tener suficiente. TaeHyung era una obra de arte que jamás alguien pensaría en cansarse de apreciar, una creación sublime. Pero se obligó a responder, tratando de no parecer un loco al quedarse callado y observándolo.
    
   —Incluso con los restos de mocos, te ves bien —aunque quiso decir hermoso—. No des las gracias, no hay razón. Se que es complicado, pero estoy aquí para que sigas confiando en mí. Probablemente me consideres nadie, y por eso pudiste decirme lo de antes... Aun así, de la manera que me tengas, estoy para escucharte e intentar ayudarte.
   
   Los labios de TaeHyung buscaron soltar una risita tonta, burlona. ¿Considerarlo nadie? Él no le revelaría lo que más le pesaba a alguien irrelevante, no permitiría verse débil y roto frente de una persona que no tenía en cuenta. Él, claramente, no se dejaría sostener por JungKook si no confiara en que sus brazos lo agarrarían. TaeHyung no era de confiar, no era de darse. Era simpático y amable, lo suficiente para ser alguien con quien querer llevarse. Pero no soltaba más de lo necesario, volviéndose una persona superficial en ocasiones. Y él detestaba el sabor que eso le dejaba, porque no quería mostrarse así, verse llevando una máscara. Le encantaría exponerse, convertirse en el agua misma y, así, enseñar todo lo que ocultaba. Sin embargo, sencillo no iba a ser. Pero lo anhelaba, y estaba seguro que con JungKook podría lograrlo. Tomaría su tiempo, incluso más del que posiblemente tenían.
    
   —No te menosprecies, JungKookie —le tocó la nariz con el índice, sonriendo—. Confío en ti, es decir, ¡subí a esa estúpida moto! ¿Tú confías en mí?
    
   El pelirrojo rió bajo, apretándolo más contra sí. Por momentos, TaeHyung tomaba la imagen de un niño, uno un tanto inocente. Con sonrisas grandes y ojos rasgados de alegría, de calor blando.
    
   —Confío en ti.
   
   “Y me gustas, aunque tal vez eso te asuste y no sientas lo mismo”, pensó JungKook. Sí, le gustaba. Pero veía torpe y apresurado decirlo. Lo haría, porque no encontraba lógica a guardarlo, pero cuando se viera lo suficiente preparado para hacerlo.

 Lo haría, porque no encontraba lógica a guardarlo, pero cuando se viera lo suficiente preparado para hacerlo

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Partible e inteligente [KookTae/KookV] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora