N u e v e

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Más de dos semanas pasaron, las cosas entre JungKook y TaeHyung eran raras, pero no les desagradaba. Su relación había dado un giro desde ese día en que JungKook fue a la casa de TaeHyung y lo vio romperse, confiando su historia que tanto lo hostigaba. El rubio lo abrazaba, le tocaba el pelo y las mejillas cada vez que podía, y el otro no era quién para negarse. El tacto cálido le daba vueltas el estómago y, en momentos donde se hallaba distraído, le calentaba el rostro. JungKook no era alguien acostumbrado al afecto directo, así que las emociones corrían una torpe maratón dentro de su anatomía.
   
   Por otro lado, JungKook cada día le preguntaba a TaeHyung cómo se sentía, pidiéndole total honestidad. El corazón de Tae se calentaba cuando eso sucedía, mandando una sonrisa enorme a sus labios. Se sentía querido por JungKook, incluso corriendo el riesgo de que solo estuviese siendo amable. Y sentirse así iba a ser un problema a la larga, porque él se obligó a acostumbrarse a satisfacerse con el interés que le daba Sung. Al mudarse, estaba seguro que extrañaría la presencia de el pelirrojo, sus chistes malos y personalidad llamativamente única. Sin embargo, ¿cómo parar el calor que le llenaba por dentro cuando JungKook mostraba atención por él?
   
   Ahora, sentados bajo el gran árbol en el patio de la escuela, ambos estaban conversando sobre cosas triviales. TaeHyung acariciaba el cabello rojo de JungKook, el cual tenía la cabeza reposada en su regazo. Habían acabado de almorzar, sus estómagos abultados debajo de sus camisetas. El cielo azul se veía a través de las hojas en la copa del árbol, pintado con algunas blancas nubes. El clima era agradable, no frío ni caluroso. Un punto medio perfecto.
   
   —¿Por qué anoche no contestaste mi mensaje de buenas noches? —preguntó Tae, aunque sonó más como un reclamo.
   
   —Me quedé dormido antes —repuso, sonriendo al ver el ceño fruncido ajeno—. ¿El nene se enojó por eso?
   
   JungKook amaba molestarlo, y TaeHyung perdía fácilmente la cabeza con él... en todos los sentidos.
   
   —Solo... Es que me acostumbré a hablar contigo antes de dormir —hizo un puchero, mirándolo.
   
   Jeon, sin darle tiempo a su cerebro a pensarlo, alzó su mano con el índice estirado. Tocó el labio inferior de TaeHyung, presionando levemente. Como creyó: suave y carnoso. Se dio cuenta de lo que hacía cuando chocó con los ojos abiertos del rubio, viéndolo fijamente. Bajó su mano rápidamente, sintiendo el color apoderarse de sus cachetes.
   
   —Lo-lo siento —tartumudeando, se sentó derecho. ¿Tartamudear? Nunca hacía eso—. Fue un impulso, perdón.
    
   Se sintió avergonzado, las ganas de salir corriendo le hicieron cosquillas en las piernas. Pero se contuvo con la vista fija en el suelo.
   
   TaeHyung pareció reaccionar largos segundos después, negando con la cabeza.
   
   —No es nada —le levantó el mentón con dos dedos para que se mirasen—. Me... Me agradó. Tengo que decirte algo, anda rondando mi mente hace días... Yo...
   
   El timbre resonó en ambas cabezas, sacándolos de su burbuja. Tae mordió su labio y se paró, sacudiendo su ropa. JungKook le siguió, y ambos comenzaron a caminar hacia la clase.
   
   —¿Qué es? — Jeon le tomó la mano antes de poder entrar, tirando un poco hacia él—. No me dejes con la intriga.
   
   —No se puede ahora, tendrá que ser cuando salgamos —se calló un momento—. ¿Tienes libres después de clases? ¿Podemos ir donde fuimos cuando me diste mi primer paseo en moto?
   
   JungKook asintió con los ojos entornado, sin entender nada.

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Partible e inteligente [KookTae/KookV] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora