Capitulo 25

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DEMIÁN

Voy llegando al pueblo en busca de mi esposa, necesito verla me hace mucha falta, encuentro a los señores Rodríguez en el almacén

-Demian querido- escucho a la señora con alegría

-Las señorita fue a entregarle unas cosas a la novia de Reed- comenta el señor- vive a un par de casas atrás de la cantina

-Gracias- digo en caminandome en mi caballo

Llegó a la casa de Molly la novia de Reed pero ella no sabía nada de mi esposa lo cual me hizo pensar lo peor, un pequeño callejón acorta la distancia pero pasas por un lado de la cantina

Regreso en mi caballo esperando que se haya podido encontrar con algún amigo de sus padre, entró al pequeño callejón que se encuentra solitario, bajo de mi caballo con mi rifle en la mano hasta que veo dos personas a lo lejos

-Dejame enseñarte lo que es un hombre de verdad princesita- ese hijo de puta la a golpea, Ayleen grita con dolor

Me aproximó a sacarse lo de encima con fuerza, comienzo a golpearlo con rabia, eso jamás se le debe a hacer a una dama, nadie se mete con mi familia mucho menos con mi esposa

-Te vuelves a meter con ella o su familia y me voy a encargar de cortarte todos y cada uno de tus dedos para luego hacer que te los tragues- susurre lleno de rabia

Busque a mi esposa con la mirada, está en sosteniéndose de la pared con sus ojitos cerrados haciendo que un nudo en mi estómago se forme, como pueden sucederle cosas tan malas a personas tan buena,tomo las cosa que reed le había mandado a su novia y los gordo en mis alforjas, silbó a mi caballo para que venga hacia nosotros, la tomo en mis brazos despacio como si fuera de cristal

-Demian- susurro dolorida

-Estoy aquí princesa- le digo besando su frente

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Tengo un nudo en la garganta al ver a Ayleen temblar ante el más mínimo contacto, me adentro en la casa para posteriormente llegar a nuestra habitación, la depósito en la cama para ir en busca de algo con que limpiar sus heridas

Tomo un paño mojado con agua para comenzar a limpiar su labio el cual tiene un poco de sangre pero está rodeado por una mancha rojiza al rededor, luego lo deslizó por su mejilla está solo tiene un poco de hinchazón
Sus ojos solo se cierran con fuerza cada vez que poso el pañuelo en su piel, tomo la orilla de su blusa para sacarla, el corset apretado me dejó ver su ropa interior, solté y saque todo junto, sus pechos tienen pequeñas marcas, trato de quitarle la falda pero me detiene rápidamente la mano

-Yo puedo hacerlo- comento sin expresión alguna

-No Ayleen- me dolió verla así- yo lo haré tu apenas te puedes mover

Comienzo a desabrochar lo botones para luego pedirle que se levantará dejándome a mi de rodillas, la falda desciende por su piernas dejándome un vacio en el estómago ante los aruñones de sus piernas dejaban ver un poco de sangre, tomé el pañuelo y comencé a limpiarla hasta que termine

-Lo siento tanto Ayleen- susurré sintiendo el ardor en mi pecho pues me siento demasiado culpable por lo que pasó

-Estoy no es culpa de nadie- contesto casi inaudible- solo es mala suerte

Busco en su baúl un camisón para poder ponerselo, una lágrima recorre su mejilla por primera vez desde que llegamos al rancho, comienza a hacer pucheros y me aprieta las manos con fuerza, solloso llena de dolor y lo único que puedo hacer es abrazarla para demostrarle que estaba aquí, que jamás me iría de nuevo de su lado
Subimos a la cama con cuidado de no lastimarla para luego meterla entre mis brazos

-No me sueltes nunca- susurro acomodándose

-Te quiero Ayleen- susurre cuando ví sus ojos cerrarse

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