Capítulo 5

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-Christian... vete de aquí -mi tono de voz se escuchaba firme, él me miro por unos segundos pasando la mirada por todo mi cuerpo y después se fue a lado de mi hermano-

Gabriel estaba mirando a Maribel y ella a él, mi hermano le sonrió un poco coqueto, por lo que ella le respondió levantando el dedo medio. Christian comenzó a reír, Gabriel levanto la ceja sorprendido por tal acto, supongo que nunca antes alguien se había resistido a él, así que se dio la vuelta y se fue por lo que Christian lo siguió, no sin antes guiñarme un ojo.

- ¿Tu hermano acaba de guiñarte un ojo? -preguntó Sebastián, quien ya se había sentado-

-Si, claro que lo hizo, ¡por el amor de dios! Ese chico no piensa, eres su hermana. Te está viendo como una conquista más -Maribel parecía un poco enojada-

-No se preocupen, tal vez él no piense, pero yo sí y no voy a dejar que se me acerque. Por cierto Sebastián, ¿por qué te llevas mal con Christian?

-Es por mi hermana Paula, ella estaba completamente enamora de él y bueno, él la hizo creer que él también la quería. Cuando ella tuvo relaciones con él la dejo al día siguiente, ella estuvo mal por un tiempo, pero ya lo supero.

Me preocupaba lo que me había dicho Sebastián, sabía que Christian era un rompecorazones, pero no sabía hasta donde era capaz de llegar. El almuerzo estuvo lleno de risas y los horribles chistes de Sebastián, estos chicos son grandiosos y yo pensé que no haría amigos.

La última clase era biología, los minutos pasaban lentos, ya me quería ir a casa, quería salir de aquí, el maestro era de lo más aburrido. Cuando el timbre sonó sonreí y las tres salimos caminando hacia el estacionamiento donde se encontraba el auto de Maribel, ellas dos se irían juntas, pero yo tendría que esperar a Christian y a Gabriel. Me despedí de ellas y me aleje para buscar a Christian o a Gabriel, vi que algunos chicos estaban conversando y entre ellos se encontraba Christian con sus amigos y él me vio.

-¡Zue, ven! -el grito de Christian hizo que sus amigos voltearan a verme-

Comencé a caminar lentamente donde Christian se encontraba, antes de caminar me había quitado el suéter, cuando llegué a su lado ninguno me había dejado de ver.

-Zue... ellos son mis mejores amigos -apunto a unos chicos que se encontraban enfrente de mi-

-Él es Andrés -es un chico moreno con cabello negro- él es Ben -él se parecía a Andrés, hizo un movimiento de cabeza y yo hice lo mismo- y por último mi querido amigo David.

David tenía el cabello castaño claro y sus ojos eran verdes, era un poco más bajo que Christian. Tomo mi mano y deposito un beso en ella, todos rieron por tal acto.

-Es un gusto conocerte Zue

Ignoré por completo al amigo de mi hermano y me puse frente a Christian, quien sonreía divertido por lo sucedido.

- ¿Dónde está Gabriel?

-Hermanita no sabía que me extrañaras tanto -Gabriel llegó a mi lado sonriendo y pasó su brazo por mis hombros- ¿ya conociste a los chicos?

-Pero por supuesto -suspire y entre al auto de Christian con fastidio- ¿podemos irnos?

Estaba fastidiada de todo, fue un día agitado en la escuela y ese chico David que no dejaba de mirarme. Christian y Gabriel subieron al auto y nos dirigimos a casa, cuando llegamos un auto se estaciono detrás de nosotros y de el bajo Andrés, Ben y David

- ¿Qué hacen ellos aquí?

Christian me miro como si la respuesta fuera obvia

-Es jueves y los jueves es día de videojuegos

Al parecer para Christian y sus amigos los jueves era el día de videojuegos, Gabriel no se opuso a la idea y sinceramente yo tampoco, necesitaba hacer algo que me distraiga, en ocasiones jugaba con Gabriel cuando vivíamos en los Ángeles. Nos sentamos todos en los sillones mientras que Christian preparaba el Xbox. Los primeros en jugar fueron Andrés y David, después Ben y Gabriel y por último fue Christian y yo.

-¡Demonios! Esto no puede ser posible -me levanté del sillón y comencé a maldecir ya que se fue la luz y escuchaba como los demás reían-

-Creo que es un empate -el tono de voz de Christian era burlón y eso hizo que mi humor empeorara más de lo que ya estaba-

- ¡Eso es una maldita mentira, yo gane! -no podía verlo, pero sabía que estaba sonriendo-

-Eso solo lo podemos ver el próximo jueves cariño

- ¡Eres un...

- ¡Ya basta! -el tono de voz de Gabriel era firme- no podemos estar a obscuras toda la noche, Christian ¿dónde hay velas?

-Me parece que en la habitación de mamá

- Esta bien, Zue ve con él a buscar las velas

- ¿Qué? ¡¿por qué tengo que ir yo?! -con ese idiota no iba ni a la esquina-

-Zue deja de ser tan dramática y has lo que te pido por favor -dijo un poco molesto- Ben y Andrés busquen donde colocar las velas, mientras David y yo buscamos los cerillos.

Supuse que todos se habían ido, ya que todo se quedó en silencio.

- ¿Christian?

-Mi nombre se escucha jodidamente sexy en tus labios -Christian susurro en mi oído, lo que provocó que diera un brinco por el susto y me odie por un momento al sentir que mi cuerpo había reaccionado a lo que había echo Christian, hizo que me diera escalofríos-

Me di la vuelta y...

Solo eres mi hermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora