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Me levanto muy temprano para evitar el cuestionamiento de mi hermana ante mi marca roja en el cuello, realizo el desayuno muy temprano y le brindó a Ivy, mientras comemos, pongo mi cabello adelante tapando por completo mi cuello.
Terminó rápido y me levanto sin ningún inconveniente, siento que se olvidó de eso.
Me dirijo a la cocina, dejó lavando los trastes y agarro mi mochila para irme.
-Mírame- dice Ivy mientras quita mi cabello de mi cuello.
-!Auch!- me quejo.
-Si no me dices qué es lo que tienes en ese cuello realmente- me mira -no te vas.
-Bien, no me iré- la miro -ya te dije lo que pasó ayer- me siento en el sofá.
-Una picadura no te va a dejar una marca tan grande- eleva su voz.
-Quizas, sea alergia- miro al suelo -por eso es que me arde.
-Vete- mira como me levanto -vendrás a casa rápido.
Salgo de ahí rápidamente, Ivy no deja de mirarme fijamente hasta que desaparezco de la casa.
Llegué a clases un poco temprano, el día transcurre normal junto a Emma y a Lina, reímos todo el día como es de costumbre, unas cuántas llamadas de atención pero a ninguna nos importa, bueno, quizás un poco.
-Les invito unas galletas- habla Emma evadiendo el tema que hablamos.
-Vamos- responde Lina al igual que yo.
Vamos directo a la tienda y compramos lo dicho, galletas con yogurt y comenzamos a devorar a cada una mientas íbamos camino a la parada del autobús.
Se despide Lina primero y Emma se va después.
Me subo y ubicó mis audífonos a alto volumen como siempre mientras observó a la gente que me rodea, llegando a la segunda estación.
-Hola preciosa- David susurra en mi oído mientras me entrelaza en sus brazos.
-Hola- respondo seca.
-¿Qué tienes?- frunce su cejas.
-Me dejaste marcas y en el cuello pendejo- lo miro fríamente.
-Me encantó succionar tu piel con mis labios- guiña su ojo.
-Cállate- lo miro y río.
Me devuelve una sonrisa perversa.
-¿Qué haces aquí a esta hora?- lo miro distraída.
Se supone que él sale más temprano que mi de clases y él ya debería estar llegando a su casa y no aquí esperando.
-Te llevaré a casa- deja un beso en mis labios y agarra mi mano.
-¿Qué harás mañana en la noche?- vuelve a hablar.
-Me quedaré en casa- lo miro confundida -¿Por qué?-
-Mañana te recogeré a las 7pm- sus ojos parpadean rápido -Ponte más bella.-
-¿A dónde iremos?- pregunto.
-Hay una cena en la casa de un amigo- apreta mi mano -te llevaré conmigo- me besa.
-Está bien- le brindó un abrazo de agradecimiento -ojalá obtenga el permiso-
-Debes ir, tengas o no tengas permiso- eleva su voz.
-Después que me dejas así mi cuello- señaló con mi mano -quieres que tenga permiso de la noche a la mañana- elevó más mi voz de lo que él lo hizo.
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Sus Falsas Palabras.
RomanceÉramos inversos, él tan frío, yo tan fría, éramos el invierno contra el verano, éramos como el negro y el blanco, totalmente opuestos.