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En la madrugada, sentía a mi celular vibrar una y otra vez debajo de mi almohada, el sueño me estaba dominando, sin embargo, con los ojos cerrados contestó sin saber quien era.
-¿Hola?- digo con voz muy suave y dudosa por lo dormida que estoy.
-¿Por qué no contestas Mady?- dice con voz elevada.
-Ando durmiendo pendejo- añado con tono alto despertándome.
-No seas grosera- habla en tono bajo.
-Déjame dormir, adiós- me despido sin ganas de hablar con David.
Sencillamente estaba en estado de embriaguez, su voz tenía descontrol, no había ningún ruido, me imaginaba que estaba solo en su habitación, me buscó para hablar, quería que alguien lo escuche pero tenía mucho sueño y decidí caer de nuevo, quizás él tampoco iba a durar mucho en la llamada, quizás también ya está dormido.
Me levanté muy tarde de dormir, es domingo y es el único día donde puedes encontrarte tranquila en casa, me meto directamente a bañar, salgo e inmediatamente me pongo un pantalón flojo y una remera morada, agarro mi cabello y me dirijo a desayunar mientras dejo mi celular cargando.
Me encontraba en la sala viendo series, cuando me levanté no había nadie y para mi es mucho mejor, decidí prender mi celular tan solo escuchaba como llegaban distintas notificaciones pero evitaba ver que era, seguía concentrada en mi serie, al rato, alguien llamaba, es David:
-¿Puedes venir al parque?- pregunta con voz dudosa.
-Al que está cerca de mi casa- pregunto angustiada.
-Si, te estoy esperando- cuelga sin dejarme responder.
Lo único que hago es ponerme un jean azul y salir a buscarlo.
Lo veo por detrás, su mirada estaba buscándome, no logré distinguir si era desesperación o nerviosismo esperando mi llegada, toco su espalda y él despierta de su mundo.
-Hola Mady, qué tal?- dice con alegría.
-Bien, qué haces aquí?- pregunto.
-Vine a dejarle una ropa a mi tía que vive cerca de aquí y a pedirte disculpas- menciona con una mirada triste.
-¿Disculpas?- digo mientras me quedo asombrada.
-Si, ayer me pasé en esa fiesta, sé que estabas ahí, me mirabas con asco, me lo contó Edgar, no soy él que conociste ayer, perdón- dice con voz suave.
-Oh, no pasa nada, cada quien hace lo que quiera, no te preocupes- digo con una sonrisa en mi rostro.
Hubo un silencio incómodo entre los dos, decido irme, le estrecho mi mano para despedirme, él la sujeta y me lleva contra su pecho, me abraza muy fuerte, no sabía porque lo hacía, le quedo mirando dudosa, penetra sus ojos negros con los míos, si me seguía mirando de esa manera juro que voy a caer a sus pies, rendida de amor, David habla lentamente:
-Ve con cuidado, gracias por brindarme un poco de tu tiempo- sonríe levemente.
Jodeeeer, sus dientes blancos como la nieve junto a sus labios rosados eran perfectos, lo quería besar, sentirlo más cerca de mí pero mi orgullo me detuvo; no respondí nada, solo asentí con mi cabeza, me suelto de su agarre, doy media vuelta y camino a casa, mis ganas de regresar a mirarlo son inmensas pero no quiero cruzarme si él me está viendo mientras me alejo.
Llegó a casa y seguía vacía, decido dormir un poco pero el ruido de los señores de a lado no me dejaba, me levanto apresurada a sacarme mi jean azul y ponerme mi pantalón ancho, así me siento más cómoda, mi celular vibra:
¿Mady por qué eres tan dura conmigo?
¿A qué te refieres?
Eres muy hermosa, tus ojos son perfectos pero tu frialdad es venenosa.
En realidad soy débil de sentimientos pero tan fuerte de carácter.
¿Y eso qué tiene David?
Tu quemiportismo duele.
Tus acciones matan.
Solo lo leyó y me dejó de hablar todo el resto de la tarde, quería verlo y hacerle entender que todo iba a estar bien pero no estaba conmigo, realmente vive a unos 20 minutos de mí, pensé en ir a buscarlo pero me quiero lo suficiente.
Antes de dormir, mi hermana me manda por unos encargados, llevo mis audífonos a todo volumen, sintiendo las letras y caminando suave entre el viento frío chocando con mi cuerpo, llego al lugar y había una fila inmensa, decido esperar afuera mientras todas las personas se van, me siento en las banquetas del costado y sigo cantando en voz baja:
Felicidad eso es lo que tú me das, felicidad... quise continuar y él me interrumpe, sacando mis auriculares y escondiéndolos en su chaqueta.
-¿Qué haces aquí tan tarde?- hablo mientras lo miro fijamente.
-Vine a hablar contigo un rato, justamente escribía un texto pidiendo que vengas- sonríe frágilmente.
-Aquí estoy David, qué quieres hablar?- mencionó sin ganas.
-Mady últimamente he estado mal, no he podido brindarte lo que mereces- dice con voz triste.
-¿Qué merezco?- interrumpo exaltada -Supera lo que tuviste y sobre todo supera tu dolor.
Él agacha su cabeza y me mira con lágrimas en sus ojos, agarro fuerzas y lo abrazo demostrándole lo muy débil que puedo ser, él acepta mi acción y también me abraza fuerte, le susurro al oído que lloré lo que tenga que llorar, cuando las palabras no pueden salir, las lágrimas se encargan de curar, David me apreta aún más y lentamente se separa de mi, me mira mientras sus lágrimas disminuyen, mueve su cabeza haciéndome entender que no me preocupe, me quedo concentrada en sus ojos, no sé en que instante pasó pero solo siento como sus labios están junto a los míos, succionando mi labio inferior con su labio superior y viceversa, no sólo era un beso, realmente ese beso me hizo sentir que con David podía estar bien, mi cuerpo se estremecía, realmente con él siento las mariposas enamoradas dentro de mí.
Corto el beso, agachó mi mirada y decido irme, David se para junto conmigo, nuevamente me abraza y susurra:
Eres preciosa.
Besa mi cabeza y se va, veo como se aleja de mi lentamente, mi mente empieza a decirme que vaya detrás de él y le expresé lo que siento, realmente siento mucho por él, realmente siento que lo quiero, levanto mi mandíbula y acepto que no debo, ingreso y compro todo, voy caminando a casa y recuerdo inmediatamente mis auriculares, me doy un golpe en mi cabeza con mi mano hasta que llegó, logró cambiarme rápido y me acuesto pensando como en tan poco tiempo pudo haberse convertido en alguien importante, él no me dio muchas razones para sentir algo simplemente así soy, tan frágil de sentimientos, aprecio todo de él y ahora me encanta, cierro mis ojos esperando superar y liberar tanta emoción que llevaba en mi corazón después de haber sentido todo con tan solo un beso.
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Sus Falsas Palabras.
RomansaÉramos inversos, él tan frío, yo tan fría, éramos el invierno contra el verano, éramos como el negro y el blanco, totalmente opuestos.