Shoot Eight

67 4 0
                                    

Narras Tú

No pude pegar el ojo en toda la noche, miraba a Michael que dormía como un  bebé a comparación de mí, siquiera logré dormir dos horas por lo menos, de ahí en más no dormí nada. Ya no tenía nada que hacer en la cama por lo que me levanté para ducharme y vestirme sin hacer ruido.

Dejé mi cabello natural y muy poco maquillaje para viajar hasta Nueva Orleans sin estar incómoda pasando por lo  menos tres horas en el avión, con cuidado saqué mis maletas de mi habitación, no sin antes dejarle un  beso a mi esposo en su frente p...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejé mi cabello natural y muy poco maquillaje para viajar hasta Nueva Orleans sin estar incómoda pasando por lo  menos tres horas en el avión, con cuidado saqué mis maletas de mi habitación, no sin antes dejarle un  beso a mi esposo en su frente para dejarlo descansar. Cerré la puerta de mi habitación a mis espaldas, solo unos cuantos pasos y entré a la habitación de mis hijos, los miré dormir, este viaje tiene la intención de buscar a Klaus y explicarle que puede conseguir a mi doble si viene a mi casa y terminar con ella de una vez por todas; besé las frentes de mis dos hijos y bajé las escaleras hacia la sala, Stephan ya estaba esperándome con sus maletas a un lado.

Stephan: ¿Lista?

—Vámonos de una vez antes de que despierten—Stephan asintió con la cabeza y salimos de la casa. Había hablado con uno de mis guardaespaldas para pedirle que nos llevaran al aeropuerto y nos dejaran viajar solos, sería complicado cuidar a alguien más cuando incluso nosotros arriesgamos nuestras vidas yendo a una ciudad plagada de vampiros, licántropos y brujas que siguen a una sola familia.

-Llegamos al aeropuerto en media hora, me despedí de mi guardaespaldas y bajamos con las maletas en nuestras manos rumbo a la sala de espera, faltaba una hora para nuestro vuelo a Louisiana, Stephan pidió un avión normal en primera clase, nos sentaríamos juntos por cuestión de seguridad y comodidad, tenía puestos mis lentes de sol a pesar que eran las 6:30 de la mañana. Gracias a que he aparecido en televisión, revistas de medicina y ciencia al igual que en varias entrevistas junto con Michael al ser su esposa: una cirujana de gran éxito y una de las pocas cirujanas pediátricas-fetales que existen en el país y que cuente con una tasa de mortalidad baja. En fin con todos esos datos que circulan sobre mí es difícil moverme sin que algún reportero me atrape y empiece a hacerme preguntas-

Stephan: Te estás quedando dormida—Recosté mi cabeza en el hombro de Stephan y aparté mi cabello de mi rostro—¿Descansaste?

—No pude dormir en casi toda la noche, a lo mucho dos horas y media. Estoy nerviosa.

Stephan: Igual yo, espero que Klaus no quiera romperte el cuello apenas te vea.

—Tengo mis métodos para defenderme, no lo hará—Mis ojos se sentían pesados por el poco tiempo que dormí y por lo temprano que me había levantado de la cama.

Stephan: Descansa unos minutos, te despertaré cuando debamos irnos.

Cerré mis ojos y caí profundamente dormida.

[...]

Los movimientos en mi hombro me despertaron de mi sueño profundo, parpadee varias veces para adaptarme un poco a la luz de las lámparas que había por todo el aeropuerto, al parecer Stephan había retirado mis lentes de sol y cubrió mi rostro con parte de mi cabello.

Un Crepúsculo eterno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora