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El frío comenzaba a sentirse cada vez más, pero EunYeong no parecía sentirlo o simplemente trataba de ignorarlo. Se encontraba sobre el techo de su casa, con una blusa de tirantes, un pantalón negro de algodón, sin zapatillas, con su cabello sujeto en un moño alto y con un cigarrillo a punto de terminarse en la mano. Junto a ella se encontraba SeongHwa, quien a pesar de estar abrigado seguía temblando levemente por el frío.

— Si tienes frío entra a la casa — Dijo EunYeong mientras lanzaba la colilla del cigarro lejos de ellos.

— No quisiera despertar a tus hermanos, tuviste dificultades para que se durmieran — SeongHwa le dedicó una mirada molesta a la peliverde al ver como sacaba una cajetilla de cigarros de su bolsillo. Los últimos días había comenzado a fumar más de lo normal y eso los mantenía a todos muy preocupados. Sin pensarlo dos veces, el pelinegro le arrebató la cajetilla y la guardó en su abrigo.

— Dámelo — El chico negó inmediatamente.

— Deberías dejarlo por un tiempo — Aconsejó. Choi bufó molesta y cruzó los brazos sobre su pecho — Ni siquiera SeungHyun fuma tanto como tú.

— Solo dame la cajetilla por favor —Extendió su brazo frente a Park esperando que obedeciera y le entregara sus preciados cigarrillos.

— ¿Qué es lo que te tiene así? ¿Aun te afectan tanto los rumores de la escuela? — Preguntó. EunYeong lo miró, furiosa.

— Nunca han dejado de afectarme — Respondió secamente. SeongHwa al darse cuenta de que había metido la pata, se acercó vacilante y pasó su brazo por encima de los hombros de la chica, atrayéndola a él.

— Es por ese niño ¿Cierto? — La mandíbula de EunYeong se crispó al instante.

— Claro que.., —El pelinegro ni siquiera la dejó terminar. Su reacción la había delatado por completo.

— Tal vez puedas mentirle a SeungHyun y a las chicas, pero a mí no — Aunque no le gustara admitirlo, el chico tenía razón — Nos conocemos desde la secundaria, tantos años contigo me han servido de algo.

 EunYeong se mantuvo en silencio por un momento. Por más que quisiera ocultarles cosas a sus amigos, SeongHwa era quien siempre le causaba dolor de cabeza, pues no podía engañarlo por más que lo intentara.

— Sigo sin poder creer que él haya dicho esas cosas — Dijo mientras apoyaba su cabeza en el hombro del chico.

— Me dijo que no fue él — EunYeong lo miró inmediatamente, pues no pensó que SeongHwa y San se conocieran — Lo escuché hablando con MiSuk hace unos días y... me fue inevitable meterme en su conversación.

— Seguro MiSuk le decía cosas horribles sobre mi —Park negó mientras escuchaba a la chica reír levemente.

— No exactamente pero... Si tienes tantas dudas, deja de evitarlo y habla con él, tal vez lo estas juzgando de la manera equivocada.

Claro que existía la posibilidad de que estuviera equivocada con respecto a San. Pero aun no estaba preparada para hablar con él. Sabía que si los veían juntos lo único que lograrían seria que se crearan más rumores y tal vez mucho peores que el anterior. Aunque quisiera solamente pensar en sí misma, no dejaba de atormentarla la idea de perjudicar a San de alguna manera.

— ¿Ya puedes darme mis cigarros? — SeongHwa negó inmediatamente y se puso de pie acercándose a un extremo, donde la rama de un viejo árbol era la que les ayudaba a entrar y salir de la habitación de la chica cada vez que ellos lo querían.

— Debo ir casa — Dijo el pelinegro, rompiendo el breve silencio que se había formado entre ambos — Y por favor, habla con ese chico de una vez por todas. Estoy seguro que tiene mucho que decirte.

-Promise- [Choi San]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora