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— ¿Vendrás a verme mañana? — Preguntó EunYeong. Las clases finalmente habían terminado y como era costumbre, SeungHyun la llevaba hasta casa. 

— No lo sé, te llamaré para avisarte — Ella asintió. Suspiró pesadamente y comenzó a frotar sus manos tratando de hacer que el calor en estas aumentara. La temperatura era demasiado baja a esas horas y lamentablemente ella había olvidado el abrigo en casa. Al notar esto, SeungHyun pasó el brazo por su nuca pegando su cuerpo al de ella y acariciando su brazo, como si de esa manera pudiera terminar con el frío. Luego de un momento, detuvieron su andar frente a una pequeña y vieja casa. 

— ¿Segura que no quieres ir a casa conmigo? — La chica negó inmediatamente. Choi se inclinó levemente hacia ella, para poder besar sus labios — Nos vemos. 

— Adiós — Se despidió con una diminuta sonrisa dibujada en su rostro y entró a la casa en cuanto vio que el chico comenzaba a alejarse. 

— ¿Por qué has tardado tanto en llegar? El señor Min ha llamado toda la tarde preguntando por ti, se supone que hoy irías a trabajar — Los gritos de su madre no se hicieron esperar. La mujer caminaba de un lado a otro arreglando un poco su aspecto y viendo de vez en cuando a sus hijos, quienes jugaban en la cocina. EunYeong bufó molesta y caminó hacia el par de niños para saludarlos. 

— Su esposa me dijo que hoy podía tomarme el día libre, que se lo diría a él en cuanto lo viera — Respondió. Se acercó a la nevera buscando algo para comer, pero lo único que encontró fueron las sobras de la comida rápida que posiblemente su madre había llevado a casa cuando llegó esa tarde. 

— Da igual tengo que irme, cuida a tus hermanos, llegaré en la mañana — EunYeong asintió sin prestar verdadera atención. Conocía las instrucciones al pie de la letra, por lo que no había necesidad de escucharlas. 

— ¡Noona! — Giró sobre sus talones al escuchar la voz de sus hermanos. Con rapidez ella se acercó a la ventana para asegurarse que su madre se hubiera alejado lo suficiente y no hubiera olvidado nada. 

— Vayan por sus abrigos — Ambos niños sonrieron y acataron de inmediato la orden de su hermana. Ella caminó a su habitación para buscar también una prenda que pudiera cubrirla del frío. Luego de un rato, los tres salieron de casa en dirección a una pequeña tienda que cerraba hasta altas horas de la noche. 

— ¿Qué quieren que prepare hoy? — Preguntó. Los pequeños lo pensaron por un momento. 

— Carbonara, hace mucho que no lo preparas — EunYeong asintió. Su móvil sonó repentinamente, al sacarlo de su bolsillo vio que en la pantalla aparecía un número no registrado, por lo que dudó un poco antes de responder. 

— ¿Hola? — Respondió. Con señas, les indicó que sus hermanos que tomaran las cosas necesarias, mientras ella los observaba. 

— EunYeong.... Soy San, espero que no te moleste que llame a esta hora — Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la chica al escuchar la voz del rubio del otro lado de la linea. 

— Tranquilo puedes llamar cuando quieras, pero tampoco abuses pues me aburro con facilidad — Ambos rieron. Los pequeños observaban a su hermana atentos a lo decía tratando de adivinar con quien hablaba. 

— Ya veo, supongo que tendré que pensarlo bien antes de llamar, por cierto para no hacer mas largo este incomodo momento — Dejó escapar una risa nerviosa — Quería preguntarte si... bueno yo... Lo que pasa es...

— Noona ¿Estás hablando con SeungHyun? — Preguntó el menor de sus hermanos con un tono de voz tan alto que incluso San pudo escuchar. 

— No, es un amigo de la universidad, ve por la soda es lo único que falta — El niño asintió y corrió hasta llegar a las neveras. 

-Promise- [Choi San]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora