XIV

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A Adam le gustaba la lluvia y las cosas que provocaba en el paisaje: los páramos lucían más verdes, el aroma de la tierra se elevaba junto a la bruma e inundaba el ambiente, el sonido le hacia tener sueños más felices... Pero no le gustaba que la lluvia se hubiera infiltrado en la casa de campaña que compartía con Brian, debido a los agujeros que el granizo le había hecho, y que de esa manera la posibilidad de prolongar un día más su estancia, se fuera por el drenaje. Era como si por primera vez en toda su vida, el clima se había vuelto en su contra, en contra de sus planes, y por primera vez se preguntó si había perdido los poderes que su padre biológico le había dado porque también se sintió diferente, tenía miedo. 

Así que a primera hora de la mañana, el grupo de adolescentes se había reunido en torno a lo que la noche anterior había sido una fogata en la que habían asado malvaviscos y salchichas, mientras los adultos responsables daban instrucciones sobre el levantar las tiendas, sus mochilas y limpiar el lugar, el autobús estaba ya listo para ser abordado y conducirlos a Tadfield. 

- Dijiste que no llovería- Pepper dijo con un dejo de reproche a su amigo. Ellos no sabían bien que pasaba todavía, pero estaban seguros de que la palabra de Adam respecto a ciertos temas era ley, y el clima era uno de ellos. 

Adam miró por la ventana del autobús, que marchaba a paso lento, no respondió al reproche de sus amigos que siguieron a eco lo que la chica había dicho, tenía un muy mal presentimiento, lo estrujaba por dentro. Por primera vez en su vida, no quería estar en Tadfield. 

***

- ¿Recordaste algo, entonces? -Sherlock miró a la joven bruja de arriba a abajo y con trabajo logro saber que no era aquella la razón por la que se habían presentado en la posada y los habían estado buscando entre los comensales, y habían accedido a charlar fuera del lugar, era obvio que era algo escandaloso - no nos marcharemos. 

- ¿C-cómo...?- Newton había quedado estupefacto ante la afirmación de aquel hombre, cómo todo humano promedio, había quedado sorprendido ante la capacidad deductiva de Sherlock. 

- Tengo razones para que lo haga, señor Holmes. 

- ¿Qué pasa? - John miró a Sherlock y a la joven. 


- ¿Crowley?- Aziraphale Estaba confundido también. 

- Sherlock la asustó. Si, encontramos a Anathema durante la noche, le pedí que se acercara a ella porque creí que podría ayudarnos. Pero ahora... Creo que piensa que desean lastimar a Adam. 


- ¿Y cuáles son sus razones? - Sherlock la miró con arrogancia. 

- No son los primeros que vienen intentando dañar a Adam Young  y no voy a permitirlo. 

Sherlock frunció el ceño. 

- No venimos a dañar a nadie- intervino John - soy el doctor John Watson. Y no sé de dónde saca esas conclusiones señorita... 

- Anathema Device - dijo muy segura de si - resulta que hay... 


- Las predicciones, ¡el libro!- dijo Aziraphale una vez que la chica titubeó al no poder explicar a qué se refería. - John, pídele que te muestre la profecía.  


- Bien, Anathema, muéstrame la profecía. - dijo John y después se vio confundido. Al igual que Sherlock y los otros dos jóvenes, como si lo que acababa de decir hubiera sido un pensamiento que le había robado a alguien más. 

- ¿Como supo de la profecía? - Anathema le cuestionó intrigada. 

- Yo... Solo lo supe - John se explicó. 


- Ángel, eso no está ayudando. 

-  John, dile que Aziraphale te lo dijo. 


- Aziraphale me lo dijo - John exclamó después de unos minutos. 

- ¿Conoces a Aziraphale? - Anathema cuestionó sorprendida y de inmediato se vio más accesible a dar información. 

- Al parecer si, es decir... si, lo conozco. ¿Puedes mostrarnos la profecía? 

Sherlock estaba completamente desorientado y había guardado silencio, quizás John tenía un plan que parecía funcionar, aunque eso no evitaba que ahora mismo lo mirase como si hubiera perdido la razón, su gesto era severo, aún había cosas que no sabía como explicar, y sus teoría parecían no ajustarse. Cuando has eliminado lo imposible... Cómo sea, Anathema saco de su bolsillo la tarjeta con una profecía que recitaba:

"Cuando el elegido sea de nuevo atracción, las sombras se encontrarán y enlazarán, el mal encontrará a su otra mitad, y un alma buena podría tornarse en la oscuridad". 


- Eso podría significar cualquier cosa- Crowley suspiró- ¿No se suponía que esas cosas solo predecían hasta el año en que ocurrió todo lo del no apocalipsis o algo así?

- No lo sé, en realidad eso es lo que suponían los Nutter, nadie sabe con exactitud que estaba pasando por la cabeza de Agnes. No hay orden, no hay interpretación. 


- ¿Qué demonios se supone que significa eso?- exclamó Sherlock al fin, estaba desesperado, o más bien irritado por varias razones, entre ellas que John sabía más de esa situación que él y porque todos parecían estar hablando como un montón de locos. 

A Anathema no le gustaba que le gritaran, como a ningún otro humano, y era una más de las razones por las que desconfiaba de Sherlock, sus aires de superioridad y expresión de inteligencia que nadie más poseía... era desagradable.

- ¿Podrías explicarnos la profecía, por favor?- intercedió John nuevamente, mientras repetía sin estar consciente de aquello, las palabras del ángel sobre su hombro, y después, tras ver el gesto de incredulidad en el rostro de la joven, añadió:- Te aseguro que Sherlock y yo haremos todo lo posible por darle solución a este problema, y que no vamos a dañar a nadie. 

Anathema frunció el ceño, y clavó la mirada en los ojos del detective. No era bueno que su aura, al igual que la de Adam estuviera ausente, y no sabía que significaba aquella sombra que lo rodeaba además, ese hombre, Sherlock Holmes la hacía sentirse de una manera que no podía explicar, pero que no estaba muy segura de que le agradase. Decidió al fin confiar en John, quien parecía ser al contrario de su acompañante, un hombre de mucha luz... y sensatez. 

- Bueno... Adam había sido un chico en que varias personas se interesaron hace algunos años... Y no pasó nada bueno entonces. Ahora ustedes lo buscan y esto parece decir que otro desastre se avecina, es por ello, que les pido que se vayan. 

Sherlock se dio la vuelta como si no hubiese estado hablando con ellos, metió las manos a sus bolsillos tras levantar el cuello de su abrigo  y se alejó caminando. 

- ¡Sherlock! - exclamó John, pero el detective no se volvió. - Yo... disculpen.

- ¿Para qué necesitan a Adam?- Anathema preguntó antes de que John se alejara también. 

- Es un caso - John respondió para alcanzar a su amigo. 


***

Tras despedirse de sus amigos, Adam entró en su habitación  y le echó el seguro, se lanzó sobre la cama, esperando que el dolor en su pecho y cabeza se detuvieran si tomaba una siesta.






Nota:

Gracias por su espera. Ya quiero terminar este fic, así que intentaré actualizar pronto.  


Deducciones Y PresagiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora