IV.

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Zhìxing no estaba contenta. Al contrario sentía su sangre hervir de coraje.

La boda sería organizada para finales del mes de otoño quisiera o no ChanYeol. Ese había sido el acuerdo que su padre dió y eso se debia cumplir. Pero por más que quería tranquilizarse con ello no podía. No cuando el omega regresaba con una sonrisa arrogante delante de ella.

Miró su maleta buscando el frasco que no pensó utilizar. Su padre se lo había dado para finalizar su plan. Pero era una situación especial y no podía poner en riesgo todo por ello.

No podía poner en riesgo su sueño de ser la princesa de Corea por un omega insignificante. Y si debía pagar con la vida de él, así lo haría.

Solo un par de gotas y caería intoxicado. Todo el frasco y sería una muerte instantánea. Y ella, ella no pensaba tener piedad con quién le amenazaba.

Guardó el frasco debajo de su almohada y salió de la habitación caminando por el extenso pasillo. Delante de la habitación de ChanYeol, alzó el puño y tocó tres veces. BaekHyun fue quien abrió la puerta y le miró sorprendido.

—¿Qué haces aquí? ¡Yo estoy durmiendo aquí!— BaekHyun ignoró los gritos y salió de la habitación dejando a la princesa entrar. Cerró detrás de ella, soltando un suspiro. Y gruñendo al no encontrar al alfa de olor a chocolate.

Sentía su rostro arder en coraje y quitando su bata de dormir entró a la cama. Ella dormiría con el alfa sí o sí.

Minutos pasaron, convirtiéndose en horas y ChanYeol no hacía acto de presencia. Fue hasta la medianoche que decidió cerrar sus ojos.  Esperaba ver a ChanYeol al llegar el alba. Pero no.

ChanYeol no durmió en la habitación, y no despertó a su lado. Acomodándose su bata salió de la habitación gruñendo a lo bajo. ¡Una humillación más!

Su padre le había trazado un plan tan perfecto y sencillo que le daba pena admitir que no podía cumplirlo aún.

Aún no enamoraba al príncipe, aún no se ganaba el corazón de todos y aún no ponía en marcha la última parte.

La boda estaría lista para el primer día de Junio. Y eso era menos de un mes. A lo mucho tres semanas.

—Debo liberarme de Byun. El rey puede esperar— entró al baño y realizó su rutina.

Terminó de bañarse y colocó un vestido holgado y de tirantes amarillo mientras colocaba un suéter delgado blanco con estampados de girasoles y salió de la habitación con su cabello suelto.

Caminó a la cocina y sonrió al ver a una de sus cuñadas ahí, no sabía quién, pero era su cuñada.

—¡Oh! Buenos días Zhìxing. Saldremos a desayunar hoy, celebrando el regreso de Baek, ¿Vienes?

Y aún con las ganas de negarse, asintió acompañándola al patio trasero. ChanYeol estaba sentado al lado del omega mientras se reían de las anécdotas que el amigo de Byun contaba.

Se paró atrás de él y sonrió, falsa.
BaekHyun devolvió la sonrisa, falsa.
Un juego en el que ambos tenían sus cartas aún bajo la manga.

—Zhìxing, siéntate acá— la única beta le ofreció la silla al lado de ella lo más alejada a ChanYeol.

—Claro, muchas gracias.

No estaba cómoda, por supuesto que no. Y era más que obvio.







🍒






—¿Qué harás?— la voz de su padre calmó su ansiedad.

—Lo mataré. No dejaré que arruine mis planes. Seré la reina de Corea y fin.

—Solo ten cuidado que no te vean. Si alguien descubres lo que estás intentado hacer será un gran argumento para cancelar el compromiso.

—No lo harán. Están tan emocionados con la llegada que no le ponen atención a nada. Ni siquiera a mi boda.

—Yo me encargaré del rey en la boda. No te preocupes.

—Gracias papi. Te amo.

—Lo que sea por mi bebé.

Y colgó la llamada, si tenía el permiso de su padre, solo faltaba proceder a envenenar al omega no deseado.

Pero si lo hacía en esos momentos, BaekHyun podría tomarlo como una amenaza y no aceptar el té. Debía encontrar una forma de que no la relacionaran pero que tampoco fallara y alguien más lo tomara. Debía ser precavida. Solo era un frasco y no podía darse el lujo de fallar.

Un asesinato más no sería problema para ella, porque su padre le había enseñado que debía deshacerse de todo aquel que le impidiera cumplir sus objetivos, y su objetivo eran dos: ser la reina de Corea y no permitir que ChanYeol le cambiara por su destinado.

Si ella pudo matar a su gran amor predestinado, ¿Por qué no darle una ayuda a ChanYeol para hacer lo mismo?

El amor no existe.

El amor es una debilidad.

Los predestinados son una farsa.

Ella debía estar con alguien que la hiciera fuerte en poder, alguien que le diera un título grande. La familia Lin debía ser fuerte. La familia real Lin no caería por algo tan bajo como el amor. Jamás.

【Mi tonto príncipe.】「C B」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora