Capítulo 38

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Catra gimoteó, agarrando los flacos brazos morados que sujetaban su cintura como si temiese que la soltasen y la dejasen caer hacia su muerte.

A Catra no le disgustaba volar.

Lo ODIABA.

No había nada natural en ello. Seguro que tenía algunas ventajas, pero sobre todo hacía que Catra quisiera vomitar.

¡¿Cómo pudo Alondra tolerar sus propias habilidades de vuelo?! Catra simplemente sentía más respeto por la primera Reina de los Magicats.

"¿Estás bien?" Preguntó Angella, con un tono divertido.

"¡¿Aparte del hecho de que estás intentando matarme?!"

Angella soltó una risa elegante. "No te preocupes. Pronto estaremos allí."

Catra no respondió. Cerró los ojos en su lugar, esperando que eso calmara sus náuseas.

Angella la había encontrado en el patio donde había tenido lugar la fiesta la noche anterior, charlando con Netossa y Spinnerella sobre los Disidentes y el plan que las Alianzas habían acordado. La reina había pedido una conversación privada con Catra, especificando que quería hablar en una parte concreta del Bosque Susurrante.

Si Catra hubiera sabido que Angella quería ir allí con sus propias alas, no habría aceptado.

"Estoy comenzando nuestro descenso. ¡Cuidado con las ramas!" Advirtió Angella. Catra abrió los ojos y jadeó al ver que los árboles se acercaban peligrosamente rápido. Se protegió la cara con los brazos, pero Angella manejó el vuelo perfectamente. Cuando aterrizaron, Catra no tenía heridas en la piel, para su sorpresa.

"No volveré a volar nunca más", refunfuñó Catra mientras se aflojaba el cuello de tortuga, sintiéndose de alguna manera sin aliento. "Entonces, ¿A dónde me has llevado, Angella?"

La Reina de Luna Brillante se tomó su tiempo para doblar sus alas y se quitó algunas hojas de su ropa. Luego le sonrió a Catra y le hizo un gesto para que la siguiera. Catra caminó a su lado, sintiéndose extrañamente ansiosa mientras esperaba que la reina hablara.

"¿Cómo debería llamarte en privado?" preguntó Angella. Esa fue una pregunta inesperada.

"Catra está bien".

"Está bien, Catra. Hay muchas cosas que he querido decirte."

Catra no rompió el silencio que siguió. Angella tenía una forma de inspirar respeto que Catra no podía comprender.

"¿Cómo te sientes entre los Magicats?"

Catra se encogió de hombros. "Bien, supongo."

"¿Te dieron una cálida bienvenida?"

No había ningún tono sospechoso en su voz. Angella era genuinamente curiosa, e incluso sonaba un poco preocupada.

"Tan calurosamente como pudieron dadas las circunstancias", respondió Catra. "Podría haber sido peor."

"Ya veo", sonrió Angella. Parecía dudar en seguir. "¿Has encontrado a tus padres?"

Era como si una piedra acabara de caer en el estómago de Catra. Ella desvió su mirada. Definitivamente no esperaba que su charla comenzara de esa manera.

"No. Sólo Anya sobrevivió."

"Lo siento mucho..."

"Está bien".

Por mi bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora