—¿Viste lo que pasó con Chris y Emily? —dijo mamá en medio de la cena.
—No, ¿Qué pasó? —preguntó papá.
—Terminaron.
—¿Por qué? —dije esta vez yo.
—No se sabe. Pero, mira qué triste, iban por los tres años.
—Es cierto —correspondió papá.
—¿Y tú amor, cuándo me traerás a tu pareja?
—Cuando tenga una —respondí.
—Tienes diecisiete, Erick, y mira qué lindo que eres, con ese cabello, tu sonrisa. Debes tener a muchas pretendientes.
—Pero no me gusta nadie, mamá, no quiero a nadie. El amor es un asco.
—No digas eso —habló papá—. Deberías buscarte a una jovencita bonita para ti.
—No quiero a nadie —dije y subí a mi cuarto.
Un mes después hicieron una pequeña reunión en casa de Chris.
Fueron solamente dos familias, la mía y una más.
—Bienvenidos —nos recibió Daphne. Quien se veía más adulta que antes.
Durante estos tres años no había visto a Chris, digo, nuestras mamás se reunian pero Christopher había dejado de ir a visitarnos.
—¡Erick!¡Mírate! —dijo emocionada—. ¡Estás tan hermoso!
—Gracias —sonreí timido.
Pasamos y saludamos al resto.
—Christopher está arriba —dijo Daphne—. Ha estado algo triste después de lo de Emily.
—Oh, pobrecito —dijo mamá.
—Sí. Sube, Erick, no creo que le moleste.
Asentí y subí. Toqué la puerta.
—Pase.
Abrí despacio. Él me daba la espalda sentado frente a su computadora.
—Hola, Chris —saludé. Se giró al instante.
—¿Erick?
—El mismo —respondí con una sonrisa mientras lo veía. Estaba tan bonito.
—Cuánto tiempo, eh.
—Sí —cerré.
—Ven, toma una silla y siéntate —obedecí.
—¿A qué juegas? —pregunté mirando la pantalla.
—A Habbo.
—Yo jugaba a eso cuando era pequeño.
—Yo también. ¿Quiéres jugar a un juego de a dos?
—Bueno —acepté.
Jugamos entre risas, y podía decir que este era uno de mis momentos favoritos.
Bajamos para cenar y luego decidimos salir a su patio trasero.
Nos sentamos en el suelo.
—Oye, Chris, no es de chismoso, pero ¿Qué pasó con Emily?
—Nada que no haya visto venir —se encogió de hombros y soltó un suspiro—. Desde hacía cinco meses ella se comportaba extraño, lucía nerviosa y nunca había podido entender el porqué de sus tan repentinas actitudes, el que esté tan a la defensiva ante cualquier acercamiento mío a su celular por más que nunca le revisé nada porque no soy así, o que cada vez que decía para ir a cenar al restaurante de aquí a unas dos cuadras y ella se negaba con miedo. Resulta que ella se acostaba con el camarero del lugar, me estuvo engañand. Después de terminar una de sus amigas me contó que ella ya estaba de novia con ese chico. Una lástima.
—Yo... lo siento tanto, Chris —posé una de mis manos en su hombro y di suaves caricias.
—Tranquilo, Erick, ya pasó —me sonrió debilmente.
Nos quedamos en silencio un momento.
—Y tú, Erick ¿Estás con alguien?
—No —negué—. No estoy con nadie.
—¿Por qué? Eres lindo, Erick.
—Porque... no lo sé, simplemente no me fijo mucho en eso.
Asintió.
—Oye, Erick.
—¿Qué? —me giré a verlo y me sorprendí al encontrarme con esa mirada que tanto había extrañado y me llenaba de nervios.
—¿Quiéres ir a pasear el sábado?
—¿Una cita?
—E-Eh, sí —sin importar que no haya mucha claridad pude notar su sonrojo. Sentí mi corazón llenarse de ternura.
—Claro —acepté y sonreí. Él hizo su bonita expresión y después, ambos terminamos mirándonos con una mirada especial y a la vez, sonrojados.
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Brillo || Chriserick
Novela JuvenilPara mí, él no tenía brillo, sino que, él brillaba por sí solo y yo era capaz de admirarlo sin cansancio hasta el fin de los tiempos. BY: Pendeja4ever.