XI

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Me quedé en silencio mientras analizaba sus palabras.

Decidí que quizás ya era momento, y si no lo era y me estaba equivocando, entonces, era un buen riesgo.

—M-Me gustas, Chris —solté, mirando al frente—. Desde que somos pequeños que me gustas, desde ese evento, desde el momento en que me sacaste a bailar y me miraste con esa mirada que me —sujeté mis propios brazos—, que me llena de nervios y revuelve mi estómago.

—Lo sé —dijo después de un no tan largo silencio y se sentó derecho, conectando su mirada con la mia—. Desde pequeños que pude ver ese brillo en tus ojos cuando me miras, y a decir verdad, tú también me gustabas, pero creí que jamás pasaría nada por la diferencia de edad y entonces decidí no volver a fijarme en ti y bueno, me fijé en Emily.

—¿Por eso dejaste de venir? —asintió.

—Lo siento si te hice sentir mal, pequeño Erick.

—Tranquilo, Chris, ya pasó.

—Sí —suspiró—. Tú también me gustas, Erick. Me encantas.

Nos miramos en un silencio para nada incómodo. Nuestras miradas reflejaban las palabras que no nos salían.

—¿Quiéres ser mi novio, Chris?

Sonrió y se acercó para dejar un beso en mi mejilla cariñosamente.

—Sí, pequeño Erick.

Me llené de emoción y reí ligeramente recostándome en su hombro. Pasó un brazo por detrás y me abrazó con cariño, me dejé envolver y me acurruqué en su pecho.

—Te quiero, Erick.

—Yo también, Chris.

Brillo || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora