ch. 003

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CHAPTER THREE

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CHAPTER THREE








Desde hacía ya algún tiempo, Helaena había comenzado a levantarse mucho más temprano que sus hermanos y sus lecciones finalmente comenzaron. Habían sido leves, aprendiendo a distinguir cosas básicas que podían reconocerse sencillamente. Por ejemplo, las casas que están dentro de los Siete Reinos de Westeros. Todas las nobles casas que componían un extenso país como tal.

La niña ya había demostrado ser buena con su memoria, por eso, las Septas que la acompañaban en esa educación junto al Maestre Fermin, no se sorprendieron cuando ágilmente nombró cada una de forma correcta con sus correspondientes lemas y animales representativos.

Así, empezaron a tomar nota de cómo era Helaena, de su forma en desenvolverse en éstos aspectos académicos. Quizá aún fuera pronto para el Maestre Fermin, pero anotó: Brillante. Los dejaba pasmado, con cada enseñanza que ellos ponían ante ella, Helaena prestaba atención a todo, quizá hasta el mínimo detalle, e incluso, en lo que no se decía. Por eso, no consideraba que la niña fuera normal, podría ser mucho más inteligente si era capaz de pulir sus habilidades correctamente.

Hablándole sobre la Casa Martell, Helaena escuchó atenta. Desde cómo se originó hasta los días de la Conquista, dándose cuenta de que la Casa Targaryen, de quién también era parte, había fallado en su cometido por someter a Dorne. Haciendo que fallezcan tanto un dragón como su jinete y aquello, sólo significó que la conquista ahí era severamente difícil.

─¿El dragón fue derribado? ─preguntó, con interés. El Maestre asintió.

─Mhm. Lanzas volaron hacia el dragón y una de ellas alcanzó a darle en el ojo, cayó de los cielos de inmediato y con su jinete, ambos padecieron en manos de Dorne. Vuestra sangre, princesa.

─Por mi sangre también corre sangre del dragón ─murmuró, recordando las palabras de Oberyn─, ¿no es así?

─Sí, princesa, es exactamente así. Vuestra madre era la princesa Elia, la tercera hermana de ambos príncipes Doran y Oberyn. Era buena, amable y siempre sonreía. Tienes su larga melena negra ─le comentó él─. Vuestro padre era Rhaegar Targaryen, el último dragón. Príncipe de Dragonstone y legítimo heredero del trono. Por consiguiente, uno de ustedes debe sucederle. La ley así lo dicta.

La cabeza de la princesa permaneció alzada, intentando pensar un poco más en los nombres de sus padres. Oberyn también le había hablado sobre ellos, sólo que con palabras medio vacías y que ella no comprendía mucho. Siempre intentaba sonar amable cuando le explicaba quién fue su padre, pero a veces era palpable su disgusto, aunque quizá solo fuera una leve decepción causada por su confianza en un hombre al que consideró honorable.

─¿Puede hablarme más sobre mi padre? ─preguntó, sus ojos púrpuras nunca dejaron los del hombre─. Quiero conocerlo.

─Puedo hablarle sobre él, princesa ─dijo él, con una sonrisa amable. Pero, antes de que ella pueda agradecerle, ante ella colocó un gran libro─, pero primero, terminaremos sus lecciones de hoy. Debe leer en voz alta, en alto Valyrio, que sea fuerte y concisa.

reign of fire.       game of thrones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora