ch. 007

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CHAPTER SEVEN

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CHAPTER SEVEN



En el instante que la Ciudadela se extendió ante ella y se maravilló con su estructura, no supo si era así como imaginó que sería exactamente. De acuerdo a su tío Oberyn, la Ciudadela era un conjunto de edificios en Ciudad de Antigua.

Pese a no ser lo que imaginó concretamente, continuaba siendo un lugar bastante precioso y ostentoso. Concordaba con ellos, quiénes eran y el propósito por el que estaban ahí.

Al principio, fue complejo conseguir que Oberyn pudiera obtener una mano de ayuda por parte de los miembros del cónclave. Pero parecía que al ver ese par de ojos violetas que les recordó a los dragones, o tal vez les fuera la curiosidad provocada por lo que se podría encontrar en esa jaula tan misteriosa y protegida por miembros de la Guardia de Dorne, lo que los llevó a aceptarlos.

El cónclave compuesto por archimaestres de alta posición y reconocimiento por sus conocimientos, la observaron con curiosidad. Había sido un atrevimiento por parte de Oberyn llegar allí pidiendo por una mano amistosa. Pero esos ojos que les recordó al fantasma de los dragones, hizo disipar ese rencor existente con el príncipe dorniense.

─Sin dudas es ella ─musitó uno de los viejos. Helaena no logró adivinar de cuál de ellos provenía aquella oración. Todos lucían similares al otro─, princesa Helaena Targaryen. La primogénita de Rhaegar, el último dragón.

Ella los observó sin decir absolutamente nada. Poseía esos ojos intimidantes que a veces desprendían un destello de la locura inminente en su sangre. O tal vez simplemente fuera el hecho de que les recordaba no sólo a Rhaegar, sino que a Aerys también.

─Ayudarlos nos pondrá en una posición complicada si llega a oídos de Robert Baratheon que la hija del príncipe al que mató, está con vida y en la Ciudadela.

Oberyn debió morder su lengua para no responder con el veneno que deseaba salir desesperadamente de él. Lo pensó una vez más, acomodó sus pensamientos y recién ahí, abrió la boca.

─No deseamos poner a nadie en riesgo ─comentó, haciendo todo lo posible por no sonar arrogante ni mucho menos altanero─, Helaena es la única heredera al Trono. Mientras Robert Baratheon se gasta hasta el último centavo en vino y sus putas, ustedes ayudarán a que mi sobrina encuentre su propia visión del reino y el mundo. La ayudarán a ser regente cuando el día llegue.

El hombre de tez morena y ojos azules observó a Helaena. Él era el principal en tomar decisiones importantes, si él aceptaba, los demás iban a seguirle.

─¿Y sus hermanos? ─preguntó─. Sabemos que ambos están con vida también.

─Lo están ─Helaena habló, por primera vez desde que llegó. Los siete hombres ante ella la observaron con sorpresa, puesto que no esperaron oírle─, mis hermanos están a salvo y lejos de Westeros. Pero ahora no es lo nos compete, ¿van a ayudarnos o volteamos y nos vamos?

reign of fire.       game of thrones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora